Desenjaezando
Desearía hoy enredarme una
flor
entre la hiedra
menoscabando así el manar
sin espuma
y el pretender lancear sin Rocinante.
¡Ay caliente humedad, casto
desierto,
perfectamente desordenada sed,
qué enjaezarme!
Láctea desnudez recorre
el redondo espinazo,
como si el pordiosero correteara
a
la monja
o la corista vistiera al capellán,
aunque el prójimo aumente...
alegoría rota en pedacitos
cual montaña nerval.
Flor de retina...
La vida no es tan clara como dice
Ricardo...
es un geranio en forma de aguijón
(diadema inveterada, invitadora).
Todo el asunto está en desasirse
como se pueda
de la garra infinita
como hicieran el Marqués,
o Masoch, o aun Moloch...
La realidad es tan frágil
como la hierba
pero ¡a ver quién la
pisa!
Los dioses nos engarzan un arete
en la lengua
y luego nos dan caramelos de limón
para que no caigamos en divinas
impudicias
o en casto deshonor...
El hombre es un conejo con muchísimas
orejas
en el sexo
y calzado con guantes de celofán
marrón,
metido en un sombrero
del cual mana el misterio...