La
Guitarra
Y
sacaron de su costillar a la mujer
Que
vendría a ser su compañera para siempre
Y
de la mujer, de su tierno corazón,
sacaron
una pulcra y hermosa guitarra
También
agregaron un perro para cuidar
La
entrada de sus sueños
Por
eso debajo de los balcones, un estoico trovador
soporta la lluvia
Es
el mismo caballero nocturno que escribe en
las paredes
Saca
finas melodías a una guitarra que llora con él
Y
la guitarra se enternece enrrollándose al
tronco de un árbol
Se
combea infinitamente
Se
funde con el guitarrero
Formando
un nuevo ser cuyo perfil puede verse
en noches tibias
Semejando
un candelabro plateado brotando
centellas.
El
día fue formulado para serlo
con un bardo, una muchacha,
el perro
y una guitarra
Por
eso la mujer está condenada a sucumbir
con canciones
Y
vestirá trajes acampanados y de vivo satén
El
trovador deberá estar a pocos centímetros
del amanecer
Sacudir
sus hojas
Y
envolverla con su sombra
Y
encontrar sus años
Culminada
la labor, el trovador tendrá que enfundar el torneado madero
Dar
algunos golpecitos en la cabeza al perro
E
irse como lo ha hecho toda la vida
Por un viejo camino
Buscando otras estrellas.