BARROSO (De:
Heráldica)
Historia y origen:
Linaje establecido en Ginzo de Limia,
cabeza de partido de la provincia de Orense. Don Pedro
Barroso Gómez se halló en la conquista de Sevilla, donde fue
heredado con otros caballeros gallegos que en ella se
encontraron. Su hijo, D. Fernando Pérez Barroso, casó con
D.ª Mencía García de Sotomayor, y tuvo por hijos a D. Pedro
Gómez Barroso, Cardenal español, que rigió la archidiócesis
de Toledo; a D.ª Sancha Fernández Barroso, quien casó en
Toledo con D. Pedro Fernández de Ayala y Salcedo, de quienes
descienden los condes de Fuensalida y otra mucha nobleza
toledana. Los comendadores D. Gómez García Barroso, de
Santiago, en 1304; Frey Suer o Pérez Barroso, en Santiago de
Maqueda, en 1220; D. Frey Gómez, primer comendador de
Alcántara, hijo de Gutierre Fernández Barros, señor de
Moyatel, en 1219; y D. Gómez Barroso, XXVII maestre de la
misma orden, en 1383, proceden todos de este linaje.
Armas:
En campo de gules, cinco leones de
plata, puestos en sotuer. Algunos agregaron a los leones
tres fajas jaqueladas. El Cardenal Barroso, en su sepulcro
de la catedral de Toledo, ostenta en su blasón las fajas
jaqueladas de los Sotomayor. En campo de gules, cinco leones
de plata, rampantes, colocados en sotuer.
El apellido Barroso pertenece a un noble y antiguo linaje
de Galicia que radicó en la provincia de Orense. Baños de
Velasco dice que tuvo solar en Ginzo de Limia. En el partido
judicial de Ribadavia, de la misma provincia, hay un lugar
llamado Barroso del que sin duda tomó esta familia el
apellido. En Piña de Esgueva (Valladolid) moraba a mediados
del siglo XIV, una rama de los Barroso de la que fue
Francisco Barroso quien ganó ejecutoria de nobleza, en
Valladolid, el 16 de septiembre de 1549. Se tienen noticias
de una familia gallega que se estableció en Andalucía desde
el siglo XIII; uno de sus miembros, Pedro Gómez Barroso,
figuró en la conquista de Sevilla y su nieto Pedro Gómez
Barroso ocupó el arzobispado de Toledo. En el siglo XV Pedro
Barroso obtuvo el señorío de Parlá y uno de sus biznietos,
el marquesado de Malpica por merced otorgada por Felipe II
(1599). Pertenecieron también a esta familia Miguel Barroso,
pintor del siglo XVI que nació en 1538 y murió en el
Escorial en 1590. Era discípulo de Becerra y en 1585 pintó
el retablo de un altar para la iglesia del Hospital de
Afuera o de Tavera en Toledo y una parte de las pinturas del
patio de los evangelistas en el monasterio de San Lorenzo
(Escorial) en 1589 fue nombrado pintor de cámara de Felipe
II. También perteneció a esta familia Antonio Barroso y
Castillo quien desempeñó el cargo de ministro de Gracia y
Justicia de España, en el año 1907. Son varios los
portadores de este apellido que figuran en las listas de
soldados que sirvieron en las filas del ejército español
entre ellos, los siguientes que se citan en el Archivo
General Militar de Segovia en las fechas y regimientos
indicados: Pedro Barroso (Infantería, 1826-Noble), José
Barroso Iglesias (Médico, 1898) y Juan Barroso González
(Infantería 1839).
Diego Hernández
de Mendoza dice que su verdadero origen está en Portugal, de
donde pasaron a España. Lo cierto es que desde muy antiguo
florecieron en Galicia, de donde se extyendieron a Portugal,
pasando desde allí nuevamente a España.
Otras ramas de
este apellido hubo en las provincias de León, Palencia,
Toledo, Cáceres y en Andalucía.
Blasón de Armas: En gules, cinco leones de
plata, rampantes colocados en aspa.
Interpretación: Gules (rojo) denota valor y el plata
(blanco), pureza.
Timbre: Tres plumas de avestruz de su color
natural.
Origen: España
Apellido
Barroso: Linaje gallego, de Ginzo de Limia (Orense).
Descripción
del Escudo de Armas: Por armas trae: En campo de gules,
cinco leones rampantes de plata puestos en sotue.Otros
representan los leones en oro.
Descripción:
El apellido Barroso pertenece a un noble y antiguo linaje de
Galicia que radicó en la provincia de Orense.
Descripción:
Linaje gallego, de Xinzo de Limia (Ourense).
Nobre e antiga
liñaxe galega estabelecida na província de Ourense.
BARROSO, BARROSSO: Linaje noble mozárabe, de Toledo, antes
de la reconquista de la ciudad en 1085. Pedro Gómez Barroso
vivió en el reinado de Alfonso VII? en el siglo XII. Existe
también un apellido Barroso de origen gallego, con solar en
Ginzo de Limia (Fernando González-Doría) El General Barroso,
Capitán General de Granada y Ministro del Ejército del
Generalísimo Franco, a mediados del siglo XX. José Barroso,
conocido empresario, a fines del siglo XX. En 1997, treinta
y ocho familias en Toledo y en cuarenta y cuatro en Granada.
BARROSO:
Apellido gallego, de Ginzo de Limia, en la provincia de
Orense. Algunos dicen que es de la ciudad de Toledo, de
gentes llegadas de Portugal
The BARROSO last
name belongs to a nobleman and old lineage of Galicia that
it resided in the county of Prays you. Bathrooms of Velasco
say that he/she had lot in Ginzo of Limia. In the judicial
party of Ribadavia, of the same county, there is a place
called BARROSO of the one that without a doubt took this
family the last name. In Pineapple of Esgueva (Valladolid)
it lived by the middle of the XIV century, a branch of the
BARROSO one of which was Francisco BARROSO who won
executorship of nobility, in Valladolid, September 16 1549.
News of a Galician family are had that settled down in
Andalusia from the XIII century; one of their members, Pedro
Gómez BARROSO , figured in the conquest of Seville and his
grandson Pedro Gómez BARROSO it occupied the archbishopric
of Toledo. In the XV century Pedro BARROSO obtained the
dominion of Parlá and one of his great-grandsons, the
marquisate of Malpica for grace granted by Felipe II (1599).
they also Belonged to this family Miguel BARROSO, painter of
the XVI century that was born in 1538 and he died in the
Escorial in 1590. He/she was pupil of Becerra and in 1585
he/she painted the altarpiece of an altar for the church of
the Hospital of Out or of Tavera in Toledo and a part of the
paintings of the patio of the evangelists in San Lorenzo's
monastery (Escorial) in 1589 painter of camera of Felipe was
named II. It also belonged to this family Antonio BARROSO
and Castillo who it carried out minister of Grace and
Justice of Spain, in the year 1907. They are several the
payees of this last name that figure in the lists of
soldiers that served in the lines of the Spanish army among
them, the following ones that make an appointment in the
Military General File of Segovia in the dates and suitable
regiments: Pedro BARROSO (Infantry, 1826-nobleman), José
BARROSO Iglesias (Doctor, 1898) and Juan BARROSO González (Infantry
1839).
Diego Hernández of Mendoza says that his true origin is in
Portugal, of where they passed Spain. The certain thing is
that from very old they flourished in Galicia, of where they
extended to Portugal, happening from there again to Spain.
Other branches of this last name had in the counties of
León, Palencia, Toledo, Cáceres and in Andalucia.
Heraldry of Weapons: In gules, five silver lions, rampantes
placed in cross.
Interpretation: Gules (red) it denotes value and the silver
(white), purity.
Stamp: Three feathers of ostrich of their natural color.
Origin: Spain
O BARROSO por
último nome pertence a um nobre e linhagem velha de Galícia
da que residiu no município o Pede. Banheiros de Velasco
dizem que he/she tiveram lote em Ginzo de Limia. Na festa
judicial de Ribadavia, do mesmo município, há um lugar
chamado BARROSO do que sem dúvida levou esta família o
último nome. Em Abacaxi de Esgueva (Valladolid) viveu pelo
meio do século de XIV, uma filial do BARROSO um de qual era
Francisco BARROSO que ganhou executorship de nobreza, em
Valladolid, 16 1549 de setembro. São tidas notícias de uma
família galega que se estabeleceu na Andaluzia do século de
XIII; um dos sócios deles/delas, Pedro Gómez BARROSO,
figurado na conquista de Sevilha e o neto Pedro Gómez
BARROSO dele ocupou o arcebispado de Toledo. Pelo século de
XV Pedro BARROSO obteve o domínio de Parlá e um dos bisnetos
dele, o marquisate de Malpica para graça concedida por
Felipe II (1599). eles também Pertenceram a este Miguel
BARROSO familiar, pintor do século de XVI que nasceu em 1538
e ele morreu no Escorial em 1590. He/she era o aluno de
Becerra e he/she pintaram o retábulo de altar de um altar
para a igreja do Hospital de Fora em 1585 ou de Tavera em
Toledo e uma parte das pinturas do pátio dos evangelistas no
monastério de San Lorenzo (Escorial) em 1589 pintor de
máquina fotográfica de Felipe foi nomeado II. Também
pertenceu a este Antônio BARROSO familiar e Castillo que
levou a cabo o ministro de Grace e Justiça de Espanha, no
ano 1907. Eles são vários os beneficiários deste último nome
que figura nas listas de soldados que serviram nas linhas do
exército espanhol entre eles, o seguinte que marca um
horário no Arquivo Geral Militar de Segovia nas datas e
regimentos satisfatórios: Pedro BARROSO (Infantaria, 1826-nobre),
José BARROSO Iglesias (o Doutor, 1898) e Juan BARROSO
González (Infantaria 1839).
Diego Hernández de Mendoza diz que a verdadeira origem dele
está em Portugal, donde eles passaram pela Espanha. A certa
coisa é isso de muito velho eles floresceram na Galícia,
donde eles estenderam para Portugal, enquanto acontecendo
novamente de lá para a Espanha.
Outras filiais deste último nome tiveram nos municípios de
León, Palencia, Toledo, Cáceres e em Andalucia.
Heráldica de Armas: Em gules, cinco leões de prata,
rampantes colocaram em cruz.
Interpretação: Gules (vermelho) denota valor e a prata (branco),
pureza.
Selo: Três penas de avestruz da cor natural deles/delas.
Origem: Espanha
De Joao Barroso da
Fonte:
Gostei muito
de saber noticias desde a Colombia, sobretudo por suspeitar
que tenhamos o mesmo tronco (BARROSO) no nome.
Aqui como ai,
há estudos para averiguar as origens do nome "BARROSO".
Sabemos que foi em Trás-os-Montes e Galiza (Norte de Espanha)
que começou, por volta de 1350 este topónimo, pois existe
uma região que se chamou "Terras de Barroso". Trata-se da
terra onde eu nasci e abrangeu 3 concelhos :
Montalegre,
Boticas e Chaves. Do lado de Espanha essa região tem por
capital as Terras de Ginzo e Limia.
Hoje já não
há fronteiras entre estas duas regiões luso-galaicas que
pertenceram ao antigo reino de Leão.
Se me fizer
chegar o seu endereço para seguir em correio, enviarei
documentos escritos (livro e recorte de jornais) que tenho
em poder.
Fico ao
inteiro dispor,
Joao Barroso da Fonte
Genealogía
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APORTES HISTÓRICOS: PARLA
El primer documento en el que se hace
refencia a Parla, es un documento promulgado por el rey
Alfonso XI, el 6 de enero de 1338 en Trujillo por el que se
cede la aldea de Parla al cardenal Don Pedro Barroso por su
participación en las luchas contra los musulmanes.
Posteriormente este documento fue confirmado por Pedro I, el
7 de diciembre de 1351.
HISTORIA DE PARLA (Los Barroso y Parla)
Parla es actualmente una aglomeración urbana
de, aproximadamente, 100.000 habitantes, población asentada
en un territorio de poco más de 23 kilómetros cuadrados, y
que está constituida por los descendientes de aquellos 1.781
parleños que se censan en 1960, cuando Parla era aún una
villa rural, más las personas o familias que fueron llegando
de las diversas regiones de España desde finales de la
década de los sesenta, atraídas por la transformación
industrial de Madrid, y por sus descendientes a los que hay
que añadir en la actualidad algunos miles de emigrantes
procedentes de todos los continentes y de la Europa del
Este. Pero Parla, como cualquier otro pueblo, villa o ciudad
tiene su historia y tanto su territorio, como su población,
como la ubicación de sus hábitat, como sus actividades,
costumbres y fisonomía ha ido evolucionando hasta
configurarse tal y como es en la actualidad. Vamos a
intentar dar una visión general de esa historia en tan corto
espacio.
PREHISTORIA
Edad de Piedra.
Del estudio de los restos arqueológicos,
instrumentos de sílex correspondientes a los períodos
paleolíticos hallados en el actual término municipal de
Parla, se detecta la estancia y el paso de los hombres de
aquellas épocas por la zona. Debieron vivir en pequeños
grupos o bandas nómadas unidas por relaciones de parentesco
y de sistema igualitario, cuya subsistencia se basaba en la
recolección de los frutos, hojas y raíces de diversas
plantas, en la caza y en la pesca. Ese tipo de economía
depredadora implicaba una fuerte movilidad de los grupos en
función de la mayor o menor abundancia de recursos. Sus
asentamientos se detectan fundamentalmente en las
proximidades del arroyo Humanejos, necesario para su
abastecimiento de aguas. No se tiene constancia de la
neolitización de la zona en la que, durante ese período,
subsistieron la economía depredadora y el estancamiento
poblacional hasta el segundo milenio antes de Cristo en el
que se inicia un proceso de aculturación, procedente del
Mediterráneo, de pueblos conocedores de la metalurgia.
Edad de los Metales.
Las culturas del bronce.
A partir del segundo milenio antes de Cristo
llegaron a la región de Madrid distintos pueblos
mediterráneos conocedores de la metalurgia, son los pueblos
de la "cultura campaniforme". Introdujeron la metalurgia del
cobre, la ganadería, la agricultura y el tejido. La
introducción de técnicas de economía previsora, sobre todo
agrícolas, iniciaron un proceso de sedentarización para
adaptarse a los nuevos modos de vida y un desarrollo en las
relaciones interpersonales. Su organización será tribal y el
clan y el linaje serán las unidades básicas de la tribu cuyo
sistema seguirá siendo igualitario. La sedentarización dará
origen a los primeros asentamientos estables, constatados a
orillas del arroyo Humanejos, cuyos restos arqueológicos nos
dan información sobre las épocas de dichos asentamientos y
sobre las distintas actividades que se deducen del utillaje
encontrado. En el yacimiento arqueológico de Humanejos,
destruido parcialmente por la construcción de la variante de
la carretera de Toledo, se realizó una excavación de
urgencia de la que queda un sucinto informe archivado en el
Ayuntamiento, pero una excavación metódica nos daría una
información importante desde esas épocas del bronce hasta la
desaparición definitiva del poblado en 1649. Tras los
hombres de la cultura campaniforme, llegarán a la zona otros
buscadores de metales de origen levantino que no se
asentaron en ella por estar agotados los filones de metal,
pero mantuvieron relaciones comerciales con las diversas
tribus y prosiguieron el fenómeno de aculturación.
Las culturas del Hierro.
A partir del siglo VIII antes de Cristo se
detecta la llegada de elementos nuevos cuya cultura se
superpone sobre las anteriores del bronce y que introducen,
además del hierro, cambios en los aspectos sociopolíticos.
Las anteriores sociedades igualitarias evolucionaron, bajo
su influencia, a otras formas caracterizadas por la jefatura
donde el rango aparece como elemento nuevo. Hacia los siglos
VI y V antes de Cristo, tribus celtas de origen indoeuropeo
atravesaron la sierra madrileña. Ellos introdujeron la
utilización más abundante del hierro y la cerámica hecha a
torno. Vivieron principalmente de la ganadería y de la
agricultura. Estos pueblos no interrumpieron la relación, y
por tanto las influencias, con los pueblos levantinos
denominados en esa época iberos. La fusión de las dos
culturas, celta e ibera, dio lugar al grupo de pueblos
denominados celtíberos. Los que vivieron en esta zona
recibieron el nombre de carpetanos , nombre que les dieron
los historiadores y geógrafos griegos. Estos poblados de la
cultura del Hierro se superpusieron, a orillas del arroyo
Humanejos, sobre los poblados del bronce. Las viviendas
pasaron de tener forma circular, característica de la
cultura del bronce, a tener forma rectangular. El utillaje
cambió adaptándose a las nuevas necesidades y a los nuevos
descubrimientos. Son numerosos los restos arqueológicos
existentes en el yacimiento de Humanejos correspondientes a
esta época cultural. La evolución y expansión de esas
culturas quedó interrumpida con la llegada primero de los
cartagineses y posteriormente de los romanos. Ellos nos
darán las primeras informaciones escritas sobre estos
pueblos a los que genéricamente se denominan prerromanos.
EDAD ANTIGUA
Cartagineses.
Hispania entra en la Historia con la llegada
de los romanos que son los que aportan información escrita
amplia de todos los acontecimientos y las causas que los
motivaron desde su llegada hasta la caída de su Imperio en
el siglo V después de Cristo. En su Historia nos hablan del
general cartaginés Aníbal que, en el año 220 antes de
Cristo, regresa de una campaña por la Meseta Norte, donde ha
saqueado ciudades como Helmantica (Salamanca) y Albucala
(Toro). Los guerreros de las tribus carpetanas le esperan a
orillas del Tajo donde le plantan batalla. Gracias a su
habilidad como estratega, Aníbal consigue derrotarlos en una
batalla que comenzó mal para sus tropas. Tras la victoria,
devasta sus campos, incendia y saquea sus poblados y los
somete obligando a muchos de ellos a formar parte de sus
ejércitos. El estudio arqueológico del yacimiento de
Humanejos podría darnos algún nivel de destrucción que,
datado adecuadamente, podría asociarse a ese paso de las
tropas de Aníbal por la zona.
Romanos.
Los romanos llegaron a España en el siglo
III antes de Cristo como consecuencia de sus guerras contra
los cartagineses (Guerras Púnicas) y más concretamente en la
Segunda Guerra Púnica contra Aníbal. El año 210 antes de
Cristo desembarcó en Ampurias Publio Cornelio Escipión el
Africano, un joven general romano con la misión de atacar la
retaguardia de Aníbal. Fue el primer contacto romano con la
Península y el inicio de la conquista de Hispania. La
conquista de la Carpetania se inició en el siglo II antes de
Cristo. Las legiones romanas ávidas de riquezas penetraron
en la Meseta, una región pobre con clima extremado y
recursos naturales insuficientes para mantener una economía
estable. No había ciudades importantes, sólo pueblos
pastoriles que ni siquiera utilizaban la moneda en sus
intercambios comerciales. Los intereses de enriquecimiento
de los conquistadores se frustraron y sus métodos crueles
para conseguir algún botín los enemistaron con los
indígenas. Los carpetanos, como habían hecho antes con los
cartagineses, les opusieron resistencia siendo derrotados,
sistemáticamente, por los sucesivos pretores enviados por
Roma que acabaron sometiéndolos y anexionando el territorio.
Tras el proceso de conquista romana y resistencia indígena,
comenzó el de romanización, si bien en esta zona esa
aculturación fue poco intensa, perviviendo las formas de
vida anteriores a la llegada de los romanos. La única
constancia de restos romanos en Parla de los que yo tengo
conocimiento, es el descubrimiento de varias lápidas romanas
realizado por don Juan Miguel Martínez del que se da cuenta
en la sesión de la Real Academia de la Historia celebrada el
1 de marzo de 1895 y publicada en su Boletín del mismo año.
Es suficiente, sin embargo, para deducir su poblamiento
durante algún período de tiempo en esa época. No he
encontrado en mis rastreos de superficie ni restos de
tégulas ni de terra sigillata , cerámicas que se encuentran
en cualquier yacimiento romano y que sí aparecen, por
ejemplo, en el próximo yacimiento de Loranca en Fuenlabrada
LA EDAD MEDIA
Los pueblos bárbaros.
En los primeros años del siglo V después de
Cristo, concretamente el año 409, invadieron la Península
Ibérica diversos pueblos bárbaros, suevos, alanos y
vándalos. El decadente Imperio Romano se vio impotente para
defender todos sus territorios y pactó con otro pueblo
bárbaro, los visigodos, para que expulsaran a los invasores
a cambio del permiso para poder asentarse en se territorio
pero, aprovechándose de la debilidad imperial y presionados
por otro pueblo, los francos, los visigodos acabaron
instalándose definitivamente en Hispania y poniendo su
capital en Toledo. Este pueblo no fue importante
numéricamente por lo que, a pesar de imponerse militarmente,
no afectaron social y culturalmente a los pueblos
hispano-romanos, más numerosos y con una cultura superior a
la suya. El poblamiento a orillas del Humanejos se debió
mantener, pues, como en la época inmediata anterior.
Volvemos a reiterar que el estudio arqueológico del
yacimiento, nos podría dar cronologías derivadas del estudio
de las tipologías de los materiales cerámicos que aparecen
en el mencionado yacimiento.
Los musulmanes.
El año 711 desembarcaron en Gibraltar dos
generales musulmanes, Tarik y Muza, que derrotaron a las
tropas visigodas del rey Don Rodrigo en la Batalla del río
Guadalete, iniciando así la conquista de la Península
Ibérica. La zona en la que está situada Parla quedó bajo la
esfera musulmana dependiente del Emirato de Córdoba,
incluido en el Imperio Islámico con capital en Damasco.
Dentro de ese mundo islámico, y siguiendo sus avatares
político-religiosos, Emirato Dependiente, Emirato
Independiente, Califato de Córdoba y Reinos de Taifas, llega
el año 1085 en el que el rey de Castilla y León, Alfonso VI,
conquista el Reino de Toledo y lo incorpora al mundo
cristiano.
La Reconquista.
Tras la llegada de los musulmanes a España y
la conquista de toda la Península Ibérica, surgen en las
montañas del norte, núcleos de resistencia cristianos que
van a iniciar un proceso lento de expansión hacia el sur. El
territorio que estudiamos se incorpora a la España cristiana
en los años previos a la conquista de Toledo y dentro de los
preparativos militares para dicha conquista, es decir entre
los años 1083 y 1085.
En esos años posteriores a la conquista de
Toledo es cuando se debe producir la repoblación de la zona
con gente procedente de otras zonas más o menos próximas
pero pertenecientes al mundo cristiano. Así se puebla
Humanes con mozárabes procedentes de Alcalá de Henares.
Humanejos debe surgir en un momento inmediatamente posterior
y con gente procedente de Humanes. El diminutivo ya indica
procedencia pero, además, la iglesia de Humanejos queda
aneja a la de Humanes lo que nos puede indicar el que, en un
principio, Humanejos quedase como un barrio o colación de
Humanes. Parla debió surgir también como una alquería en
esos primeros instantes de repoblación cristiana. Lo que sí
queda claro es que, en esos momentos, durante toda la Edad
Media y posteriormente hasta el despoblamiento definitivo de
Humanejos, en 1649, el territorio actual de Parla estaba
dividido en dos: el de Parla, al norte, y el de Humanejos,
al sur, siguiendo la línea del arroyo, y los dos
pertenecientes al alfoz de Madrid.
El primer documento que conocemos en el que
aparece Parla, es uno datado el 22 de marzo de 1255, cuando
vecinos, hombres buenos, de Pero Parla declaran, por mandato
del Rey Alfonso X el Sabio, en un pleito sobre derechos
señoriales entre la Orden del Hospital de San Juan y el
Concejo de Humanes. El documento cita textualmente: "E
otrosi ayunte ombres buenos de Pero Parla: Luis Martín e
Pasqual Roman; Domingo Tello; Miguel Perez; don Gil el Moço;
don Clemente; Domingo Minguez, Estos VII sobrescriptos
juraron verdat a Dios e a sus animas que puede sembrar el
yugo de los bueyes V cafizes". Se menciona Parla como Pero
Parla, lo cuál nos lleva a un antropónimo que nos indica la
existencia de una persona que tuvo una relevancia en el
proceso de constitución del poblamiento o de su desarrollo.
Ese Pero (Pedro) Parla pudo ser quien inició el poblamiento
en determinada época o la persona más caracterizada en
determinado momento de la vida del poblado, por lo que acabó
dándole su nombre. El hecho cierto es que Pero Parla era
aldea de la tierra de Madrid, y que en ese año se mencionan
siete hombres buenos, lo que podría indicar la existencia de
grupos sociales diferenciados. El siguiente es un privilegio
rodado, emitido el 6 de enero de 1338 desde Trujillo por el
rey Alfonso XI, por el que cede la aldea de Parla al
Cardenal don Pedro Barroso,
por los servicios prestados como embajador frente a los
nobles levantiscos, por su apoyo en la corte papal de Aviñón
primero para que la concesión al rey Don Alfonso las tercias
y décimas y las indulgencias de la Cruzada para proseguir la
lucha contra los moros, y posteriormente para el
nombramiento de don Gil Álvarez de Albornoz como arzobispo
de Toledo . Se lo cede "con sus vasallos, tierras, casas,
viñas, prados, bosques, dehesas, aguas para moler y
heredades, con todas sus entradas y salidas, términos,
derechos, y demás pertenencias, y con todo el dominio y
Jurisdicción de poder prender y castigar por delitos de mero
mixto imperio; y assi tan plenamente como Nos lo tenemos, y
posseemos, y tambien todo aquello, y cuanto de aqui
adelante, mientras viviéremos..." . Parla, a partir de ese
momento, será villa de señorío. El 26 de enero de 1342, el
Cardenal Pedro Barroso
firma un documento en el que hace constar la línea de
sucesión en sus posesiones dejando como primer heredero a su
hermano Garcí Fernández y después de la muerte de su hermano
se siguiese la línea de sucesión instituida por su abuelo
Pedro Gómez Barroso
y por su padre Fernán Pérez
Barroso. Los reyes sucesores de Alfonso XI
van a ir confirmando el privilegio emitido por dicho Rey.
Así lo hará, por ejemplo, Pedro I, el 7 de diciembre de
1351.
Debieron existir abusos, en cuanto al
ejercicio del señorío, ya que el Concejo de Madrid protesta
por lo que considera usurpación de su territorio dado que,
en 1405, Enrique III dirige una carta al Oidor de su
Audiencia para que vea las reclamaciones de la Villa de
Madrid sobre la ocupación de varias aldeas de su término,
entre las que está Parla, por nobles poderosos. No tenemos
constancia de las medidas tomadas por dicho Rey, pero en
1407 muere Enrique III y se inicia una época de regencia
larga ya que su sucesor, Juan II, era niño de corta edad y,
por tanto, de inestabilidad y de abusos de la nobleza,
inestabilidad que se vuelve a producir durante el reinado de
Enrique IV.
El año 1348 se inicia una epidemia de peste
negra que causa una gran mortandad en todo el territorio de
Castilla y del resto de la Península. Humanejos, en relación
con la disminución de población provocada por dicha
mortandad, con el afianzamiento de las tierras de señorío y
con el debilitamiento del poder Real, se despuebla y sus
escasos habitantes, presionados por los de las villas
limítrofes, se trasladan a vivir a las villas de señorío
donde se sentirán más protegidos. Las Relaciones de Felipe
II, confeccionadas el año 1575, nos hablan de la
despoblación de muchos lugares de realengo, en esa época
bajomedieval, debido a los abusos de los habitantes de las
villas de señorío próximas. En 1427 hay una visita al
arcedianazgo de Madrid. El visitador eclesiástico visita la
iglesia de Humanejos y le toma cuentas al mayordomo que no
vive en Humanejos sino en Parla porque en Humanejos no vive
nadie "ca no tiene parroquianos sino en Parla" . Es decir,
Humanejos está despoblado y se deduce que sus últimos
habitantes se trasladaron a vivir a Parla en el siglo XIV.
El mismo año visita también la iglesia de Parla, donde están
todos elementos litúrgicos que se trasladaron de Humanejos
cuando se despobló, lo que refuerza la idea de una relación
fuerte entre Parla y Humanejos ya en esa época.
A finales del siglo XV, y ya en el reinado
de los Reyes Católicos, se inicia un movimiento repoblador
de los lugares de realengo despoblados. La autoridad Real se
ha afianzado y pone a los repobladores de los lugares de
realengo bajo su amparo regio, no permitiendo los abusos de
los hombres del señorío, castigándolos cuando se producen.
En 1481 varios vecinos de Parla solicitan al Concejo de la
Villa de Madrid autorización para avecindarse en Humanejos
que se vuelve a poblar con vecinos, sobre todo de Parla,
pero también de las villas próximas como Pinto o Torrejón de
Velasco, e inicia su última andadura como aldea. La Edad
Media termina, pues, con ese trasvase de vecinos desde la
villa de Parla, de jurisdicción señorial, a la de Humanejos,
de jurisdicción real y con un enfrentamiento fuerte con los
señores de las villas limítrofes que no se resignan ni a
perder vasallos, ni a perder los pastos de los términos
despoblados.
LA EDAD MODERNA
La Edad Moderna comienza, en los reinos
hispánicos, durante el reinado de los Reyes Católicos y ya
hemos visto como, en la zona que historiamos, se inicia con
esos movimientos repobladores propiciados por los cambios
políticos.
Parla, aparte de sus contribuciones, como
cualquier otro lugar de Castilla, al mantenimiento de las
políticas europeístas de los sucesivos reyes de la Casa de
Austria, inicia el siglo poniendo el retablo mayor de su
iglesia a tono con los tiempo. El señor de Parla don
Payo Barroso de Ribera
contrata en 1522 su factura con Juan de Borgoña, importante
pintor, arquitecto y retablista de finales del siglo XV y
comienzos del siglo XVI asentado en Toledo. Ese contrato se
hace en Toledo e imaginamos que dicho retablo estaría hecho
con el estilo renacentista propio del autor y de la época.
Probablemente de esa época sea el ábside de la iglesia de
Nuestra Señora de la Asunción, y por tanto sea la de su
construcción, ya que la bóveda de crucería es del estilo
gótico propio de esos años, finales del siglo XV e inicios
del XVI, y el estilo de los escudos de los
Barroso de Sotomayor,
que hay a ambos lados del presbiterio decorando las ménsulas
sobre las que cargan los terceletes de dicha bóveda, es de
esa época.
Al final del siglo XVI y comienzos del XVII
se observa en Parla una actividad febril en torno al mundo
religioso: se construyen las ermitas de San Roque, y de la
Concepción y se reforma el humilladero de Nuestra Señora de
la Soledad cuya bendición se realiza el 23 de enero de 1591
por el Obispo de Salónica don Diego de la Calzada. El 23 de
marzo de 1624, el obispo don Alonso de Requesens bendice la
ermita de San Roque, santo asociado a la curación de
enfermos afectados por las frecuentes epidemias de peste que
se producían en esos siglos.
Además, en 1617, se funda la Cofradía de San
Diego a instancias del parleño fray Juan de Cáceres, persona
venerada por los Reyes, tanto Felipe III como Felipe IV ,
que aporta reliquias del santo Alcalaíno. También consigue
que la reina Isabel de Borbón les haga de limosna el altar
para dicho santo, para lo cuál manda a Juan Gómez de Mora, a
la sazón maestro mayor de las Obras Reales, haga las trazas.
Dicho altar se bendice el año 1627.
Algunas de las costumbres festivas
religiosas de los parleños se inician en es siglo XVII. En
1649 se inicia la costumbre de sacar los pasos de Domingo de
Ramos, de Jueves Santo y Viernes Santo, después de predicada
la Pasión. Así lo hace constar el cura en los libros
parroquiales. Es por tanto el inicio de la celebración de la
Semana Santa de la forma en que se hace en la actualidad.
Dentro de esa línea de lo espiritual se
fundan instituciones de caridad para atender a un colectivo,
cada vez más amplio, de pobres. El Hospital de Parla, bajo
la advocación de Santa María y San Bartolomé, tendrá la
función de atender a los enfermos pobres de Parla y a los
que estén de paso. En 1604, don Antonio Correa, Receptor del
Santo Oficio de la Inquisición en el Virreinato del Perú,
natural de Valdemoro y residente en la ciudad de los Reyes
en Perú, funda en Parla lo que será conocido posteriormente
como Pósito de Indias, cuya función será dar trigo y pan a
los pobres de Parla y a los que estén de paso. Para ello lo
dotará de 3.000 ducados y encargará de su gobierno y
administración al Concejo de Parla. No es ninguna casualidad
que el alcalde ordinario primero de Parla, ese año de 1604,
se llame Juan Correa.
En 1620 nace Bartolomé Hurtado García que
llegará a ser aparejador mayor de las Obras Reales del
alcázar de Madrid durante los reinados de los reyes Felipe
IV y Carlos II, que participará en obras como el
Ayuntamiento de Madrid y hará las trazas y construirá el
convento del Sacramento. En Parla construirá la ermita de
Nuestra Señora de la Soledad e iniciará las fiestas de
septiembre dejando una dotación para el mantenimiento de la
ermita y de la hermandad. También hará diversas obras en la
iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, obras estas
últimas perdidas en su reforma. Además construirá su casa de
recreo en Parla para pasar temporadas de descanso y las
fiestas de septiembre. En ella vivirá los dos últimos años
de su vida y en ella morirá el año 1698. Esa casa que está a
punto de arruinarse y que, por su carácter emblemático,
merece un esfuerzo para su rehabilitación.
En 1649 se despuebla definitivamente
Humanejos trasladándose sus últimos habitantes a vivir a
Parla. Desde ese momento se inicia el proceso por el que el
territorio de Humanejos pasará a integrarse en el de Parla
configurándose lo que es el actual término municipal. Ese
proceso durará hasta comienzos del siglo XIX y supondrá un
enfrentamiento con los lugares circunvecinos, sobre todo con
Torrejón de la Calzada. La iglesia del despoblado de estilo
gótico-mudéjar, bajo la advocación de los santos Justo y
Pastor, irá arruinándose lentamente. Sólo nos quedará de
ella el testimonio gráfico del pintor gallego Jenaro Pérez
Villaamil para la España Artística y Monumental.
El siglo XVIII comienza con el cambio de
dinastía reinante, entronizándose la casa de Borbón, pero
para ello, España tendrá que soportar una larga guerra
sucesoria entre los partidarios de la Casa de Borbón,
legalizada por el testamento de Carlos II, y los partidarios
de la Casa de Austria. Parla, como los lugares
circunvecinos, tiene que soportar los gastos derivados de la
guerra y los desmanes de las tropas catalano-aragonesas del
candidato de la Casa de Austria tras su paso por Madrid.
Tras la Paz de Utrech, firmado en 1713, España inicia un
período de paz que dura hasta la invasión de las tropas
francesas de Napoleón. Durante el siglo XVIII se elaboran
varios censos y el famoso Catastro de Ensenada que nos da
una referencia clara para Parla de sus habitantes y su
realidad económica y social a mediados de dicho siglo. Parla
es una villa de señorío con una población dedicada a la
agricultura, a la ganadería y, fundamentalmente, a la
arriería, abasteciendo a la Corte de paja, cebada y
hortalizas.
LA EDAD CONTEMPORANEA
La Edad Contemporánea comienza para Parla,
como para el resto de España, con penurias económicas y de
todo tipo derivadas de la Guerra de la Independencia
provocada por la invasión de las tropas francesas de
Napoleón I. Esos seis años de ocupación francesa y de estado
permanente de guerra, se saldaron con una disminución de la
población y con un empobrecimiento económico. Las ermitas de
San Sebastián y San Roque se desmoronan debido a la falta de
mantenimiento y, probablemente, a la utilización por las
tropas francesas para fines militares. Además, todas las
alhajas de plata de la iglesia y ermita son requisadas por
los franceses para llevarlas a la Casa de la Moneda de
Madrid donde se convertirán en moneda. Se pierde así la
costosa lámpara donada a la ermita por Bartolomé Hurtado,
Isabel Hurtado y Ana María Fernández Hurtado en el siglo
XVII y otros objetos de orfebrería realizados por los
mejores maestros orfebres madrileños y toledanos de los
siglos XVI, XVII y XVIII. Durante el siglo XIX se dan las
leyes desamortizadoras y las de supresión de señoríos y
mayorazgos, por lo que las tierras del clero, tanto secular
como regular, pasan por subasta a manos de particulares,
sobre todo las familias más pudientes de Parla y algunos
vecinos de Madrid, y las de mayorazgos quedan libres para
poder salir también a la venta. Además Parla deja de ser del
señorío de los sucesores de
los Barroso, entonces los marqueses de
Malpica. Se produce, pues, un cambio en las estructuras de
la propiedad del terrazgo y de la jurisdicción. El final del
siglo XIX e inicios del XX, durante el reinado de Alfonso
XIII, España asiste a la pérdida de sus últimos restos
coloniales, Cuba y Filipinas, y a las campañas de Marruecos
derivadas de la ocupación de su territorio, como
protectorado, lo que supone una sangría humana y económica.
Parla, que sigue siendo una población rural que vive de la
agricultura y de la arriería, contribuye con sus mozos y sus
impuestos a dichas guerras. A pesar de todas las penurias
económicas y de las dificultades que supusieron la pérdida
de tierras de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad
con cuyas rentas se pagaba el mantenimiento de la ermita y
los gastos derivados del cumplimiento de sus ordenanzas, la
Hermandad consigue subsistir aglutinando el esfuerzo de
todos los parleños para mantener la ermita, que al final del
siglo XIX estuvo a punto de derrumbarse, y de mantener las
fiestas y el culto a Nuestra Señora de la Soledad. Peor
suerte tuvo la Iglesia que, en la década de los años veinte,
pierde su nave, su sacristía y baptisterio y la torre con el
chapitel construido por Bartolomé Hurtado, siendo sustituido
por el edificio actual, quedando únicamente del antiguo
edificio, como testimonio de su estilo gótico, el ábside
cubierto con bóveda de crucería con terceletes apoyados
sobre ménsulas decoradas con el escudos de los
Gómez Barroso y García de Sotomayor.
La iglesia perdió su carácter. Entre 1936 y 1939 se produce
la Guerra Civil. Parla, como el resto de España, soporta sus
consecuencias y estando en una vía importante de acceso a
Madrid, se convierte durante unos días en zona de combates.
Posteriormente, cuando el frente se estabilice en los
alrededores de Madrid, Parla seguirá estando en una zona
inestable. Durante los primeros instantes de esa guerra se
pierden el resto de bienes culturales pertenecientes a la
Iglesia: el retablo churrigueresco del altar mayor,
construido en el siglo XVIII, el retablo del barroco
madrileño trazado por Juan Gómez de Mora hacia 1617 y las
diversas imágenes que inventaría el párroco de la Asunción
en 1908, hechas en los siglos XVI, XVII y XVIII, desaparecen
y se pierden para la posteridad. Parla se queda sin una gran
parte de su patrimonio cultural.
Tras la guerra, Parla continúa siendo un
paisaje agrario, un caserío de viviendas bajas con
corralones, hasta finales de la década de los sesenta. A
partir de esas fechas, Parla asiste a un crecimiento
desmesurado de su población propiciado por la
industrialización de Madrid, que atrae personas y familias
procedentes de otras tierras de España en busca de trabajo.
La vida rural comienza a languidecer y gran parte de las
tierras de cultivo se convierten en asiento de bloques de
edificios. Parla deberá asumir el futuro pero tratando no
perder, o perder lo menos posible, sus referencias del
pasado.
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Propuesta de
modificación del escudo de Parla
JOSÉ ANTONIO MATEOS
CARRETERO
Cronista oficial de
la villa de Parla
El autor de este
estudio ha propuesto al Ayuntamiento de Parla el cambio del
símbolo oficial del municipio tras la publicación de su
último libro, Algunas noticias sobre el señorío y señores de
Parla: los Barroso. El cronista oficial parleño se basa en
sus exhaustivas investigaciones sobre los señores que
dominaron la villa hace varios siglos.
Dado que el escudo de
una localidad debe representar sus símbolos emblemáticos o
recoger aspectos de su historia se debe, en ambos casos, ser
lo más riguroso a la hora de decidir los elementos a incluir
en él. La propuesta de escudo presentada por el Ayuntamiento
de Parla el año 1976, aprobada en Junta por la Real Academia
de la Historia el 25 de junio de dicho año y posteriormente
por decreto del Ministerio de la Gobernación 2834/76 de 12
de noviembre, no se ajusta con rigor al señorío. El estudio
presentado por el consistorio fue hecho con prisas y sin
profundidad, por lo que son lógicos los errores de poner en
el segundo cuartel el escudo de los Ribera por "haber
pertenecido al señorío de Malpica de los Ribera". No es
correcto decir que Parla perteneció al señorío de Malpica,
sino que los Barroso de Ribera fueron al mismo tiempo
señores de Malpica y de Parla.
Efectivamente, los
marqueses de Malpica (Barroso de Ribera) fueron señores de
Parla, pero hay que aclarar para ajustarnos al rigor
histórico que no lo fueron por ser Ribera sino por ser
Barroso, ya que el señorío parleño le fue concedido a un
personaje de dicha familia, el cardenal don Pedro Barroso,
en la Edad Media. Las tres fajas de sinople en campo de oro
que están bien para las villas de Malpica, Los Navalmorales
(Navalmoral de Pusa) o San Martín de Pusa por haber sido de
señorío de los Ribera no lo están para Parla. La
modificación, por tanto, debería ser en el segundo cuartel
ajustándolo a las armas del cardenal Barroso, que fue el
primer Señor de Parla desde enero de 1338 por voluntad del
rey Alfonso XI. Posteriormente y por documento fechado el 26
de enero de 1342, el cardenal Barroso agrega el señorío de
Parla al mayorazgo fundado por su padre, Fernán Pérez
Barroso, sobre la dehesa de Calabazas y otros bienes en
Toledo y continúa la línea de sucesión al mayorazgo
establecida en el documento de fundación dejando como
sucesor a su hermano Garcí Fernández Barroso, que lo
heredará a su muerte en 1348. Esta documentación debería
bastar para demostrar qué linaje era el titular del señorío,
pero hay mucha más en la Real Academia de la Historia.
A mediados del siglo
XV don Pedro Gómez Barroso casa con doña Aldonza Ribera
enlazando así los dos linajes y mayorazgos de los Barroso
sobre Parla y la dehesa de Calabazas, y de los Ribera sobre
Malpica y Valdepusa. El que el título de marqués, concedido
el año 1599 a don Pedro Barroso de Ribera por el rey Felipe
III, llevase el nombre de Malpica significó el predominio
del apellido Ribera sobre el de Barroso. No obstante, hay
infinita documentación posterior ya en la época en que los
señores de Parla son además marqueses de Malpica, sobre todo
en pleitos por la sucesión del mayorazgo, ya que los
marqueses cuando tienen que demostrar sus derechos de
sucesión al señorío de Parla deben demostrar que son
herederos legítimos del mayorazgo de los Barroso, es decir,
que son de dicho linaje. El escudo de los Barroso está
reconocido también por la Real Academia de la Historia. y
aparece en piedra caliza en la iglesia de Nuestra Señora de
la Asunción de Parla a ambos lados del presbiterio. Está
cuartelado en cuatro de la siguiente forma: primer y cuarto
cuarteles en campo de gules con cinco leones rampantes de
plata dispuestos en aspa; segundo y tercer cuarteles en
campo de plata tres fajas jaqueladas de gules y oro.
Lógicamente son los del cardenal don Pedro Gómez Barroso y
Sotomayor, primer señor de Parla, que traería las armas de
los Barroso (primero y cuarto por su padre, y de los
Sotomayor, segundo y tercero, por su madre). Queda claro que
no es el escudo de los Ribera el que ostenta la iglesia
parleña, sino el de los Barroso.
En cuanto al primer
cuartel del actual escudo, no discuto que la avutarda fuese
animal abundante en Parla, pero también lo fue —y a veces
más— en Valdemoro, Pinto, Torrejón de la Calzada, Humanes,
Griñón y otros lugares de la zona. Desconozco "esas veraces
noticias, como las Relaciones de Felipe II" que destacan
Parla como lugar cinegético al menos desde los inicios del
XVI, las cuales no están en los manuscritos que se conservan
en la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El
Escorial. Desconozco también esas otras fuentes que
describen Parla como importante lugar cinegético, salvo lo
recogido en el Madoz que dice "cría caza de liebres y
avutardas". No obstante, y dada la sensibilidad que
determinadas asociaciones parleñas muestran hoy día con
dicho animal, podría ir integrada en el escudo.
Mucho más emblemático,
tradicional y relacionado con la leyenda que daría origen al
nombre de la localidad es el pozo de los milagros de la
ermita. En un "Inventario de las ropas, alhajas y demás
objetos de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción de la
villa de Parla" hecho en 1908, informa el cura al hablar de
dicha ermita, del pozo y del milagro, aunque no lo relaciona
con el nombre del pueblo: "Es de particular atención un pozo
pequeño que existe dentro de la ermita con agua fina y
abundante en la que todo este vecindario tiene una fé grande
y que además tiene la nombradía hasta en los pueblos
limítrofes de ‘el agua del calderillo’ y para beber
siguiendo la tradición antigua hay colgado un calderillo de
cobre pequeño en el que todos han de beber y no en vaso y
hasta se dice (sin auténtica) que en época remota vino una
mudita, bebió agua del calderillo, imploró la protección de
la Virgen Santísima y recobró el habla". El pozo sí está
documentado desde el siglo XVI. El 23 de enero de 1591 don
Diego de la Calzada, obispo de Salónica, bendice el
Humilladero, donde dicen la Fuente Santa camino de Humanejos,
por don Diego de la Calzada, licenciado en Decretos, Obispo
de Salónica. Una vez construido por los cofrades de la
Sangre de Jesucristo, sería la ermita de La Soledad y esa
Fuente Santa es el primitivo pozo de los Milagros. El agua
está presente en el origen del nombre de Parla, en la
leyenda y en la explicación científicofilológica. Por ello
debería integrarse en el escudo un brocal de pozo de oro
mazonado.
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