La carretera flamea espadas negras y t� no vuelves. Melocotones siembran aromas dulces quiebran la tarde. Entre los tilos cantan ruise�ores sus alas rotas. Hay luna llena tus ojos la vac�an de sus silencios. Rosa cerrada abierta a los besos de la alborada. Ning�n testigo vio abrirse al crisantemo solo la aurora. No me sonr�es Tu rostro es misteriosa rosa cerrada. |