Corporaciones multinacionales y el desarrollo económico: la inversión extranjera directa y las condiciones de su eficiencia productiva
Raúl Conde Hernández

 

La cuestión de la posible contribución de las corporaciones transnacionales al crecimiento del subdesarrollo es uno de los temas principales desde los años 50. La inversión extranjera tiene una importancia decisiva en la economía mexicana por su cuantía y por el control que ejerce en la más importantes actividades económicas del país. La gran mayoría está representado por empresas filiales de grandes negociaciones de Estados Unidos; operan como monopolios en la producción y venta y como monopsonios en la compra esto hace que les sea posible ejercer hacia las autoridades del país para obtener ventajas

El carácter monopólico de la inversión en un contexto de estrechez del mercado interno, determina sus efectos inhibidores de una industrialización más intensa y homogénea desde el punto de vista tecnológico, además de generar poco empleo. Las exigencias del desarrollo industrial nacional no eran y no siguen siendo coincidentes con las estrategias de expansión de las corporaciones transnacionales.

La presencia de las corporaciones multinacionales era vista como factor que perjudicaba a la industrialización. El desarrollo económico debía sustentarse en la integración de los distintos sectores que componen la economía, en particular entre la agricultura y la industria, pero también en la integración de las cadenas productivas en todos sus eslabones hacia atrás y hacia delante. Sólo así se podía construir una cadena fuertemente entrelazada para superar el círculo vicioso de la pobreza sustentado en la falta de ahorro interno. Las esperanzas de superación basadas en el crecimiento interno está sustentada en aspectos históricos. La penetración del capital extranjero se realiza en todas partes de modo independiente del grado del desarrollo industrial, de ésta manera se corta la formación de empresarios nacionales, no hay acumulación y no hay posibilidad de reproducir capital propio.

Endeudamiento internacional, CTs y globalización

A partir de los setenta el enfermizo concepto de la inversión extranjera cambio radicalmente, los gobiernos la alentaron. La industrialización por sustitución de importaciones no funcionó. Se cayó en una economía basada en endeudamiento como consecuencia, la posibilidad de sustituir el ahorro interno con el ahorro externo se planteaba como la opción inmediata para financiar el crecimiento. Los préstamos directos predominaban sobre la inversión directa. Se trata de los inicios de la globalización y de toda su ideología: un solo modelo de desarrollo y una solo manera de obtenerlo, el capital internacional.

Las economías emergentes suponían que la forma de financiar su desarrollo vendría de afuera. Para justificar esta actitud se señaló los mismo que antes, para financiar el desarrollo hace falta ahorro interno y a falta de el, se recurre al exterior. Los beneficios que acarrearía la llegada de las grandes corporaciones son la incorporación de tecnología, acceso a mercados internacionales y financiamiento de la industrialización.

DE nueva cuenta se ha levantado el debate sobre los verdadero beneficio o perjuicio de los flujos internacionales de capital hacia los países emergentes. El nuevo debate tiene como punto de partida la constatación ampliamente aceptada hoy por hoy de la desconexión que se viene operando entre los flujos internacionales de capital y la inversión real. Esta desconexión significa que las entradas de capital no han contribuido efectivamente a desarrollo de la capacidad productiva del país receptor, canalizándose más esos flujos de capital hacia el aumento del consumo.

La globalización se da como un hecho irreversible y se considera que son los movimientos de los capitales su rasgo distintivo. La diferencias se establecen a partir de los flujos de capital de corto plazo y los de largo plazo; serían los capitales de largo plazo los que tendrían la capacidad de contribuir efectivamente a la actividad productiva

La preeminencia histórica de las condiciones productivas nacionales son los factores principales de la articulación virtuosa con el mercado mundial. la estrategia, estructura y rivalidad de la empresa; condiciones de la demanda; sectores conexos y de apoyo, y condiciones de los factores productivos. A partir de estos elementos se gestará el desarrollo de empresas que articulen favorablemente la economía nacional al mercado mundial.

Segmentación de los mercados y corporación transnacional

La empresa busca luchar contra las tendencias a la desorganización y descomposición, la gestión del factor tecnológico por la empresa y las estrategias de búsqueda de la estabilidad, el comportamiento de la gran empresa en su proceso de expansión ya sea a través del comercio o mediante la inversión foránea, busca reproducir, administrar diferencias, aprovechándolas en el interior del espacio, ese si homogéneo de la red organizacional de la gran corporación transnacional. Podemos afirmar que el llamado mercado mundial es en realidad un espacio fragmentado y jerarquizado, tanto por la acción propia de los intereses internos y externos de los gobiernos nacionales manifiestos en las políticas comerciales discriminadoras, como por la estructura de la red de corporaciones transnacionales que convierten al mercado mundial en un tejido de segmentos controlados y manejados por las grandes corporaciones. La corporación transnacional por ella misma no tiende a homogeneizar condiciones de producción y de remuneraciones salariales y de generación tecnológica. La corporación transnacional aprovecha la heterogeneidad, la integra a sus estrategias de expansión y con ello profundiza la diferencia.

El caso de México es especial porque el deterioro se produjo simultáneamente con el fortalecimiento de algunos sectores de gran dinamismo comercial y tecnológico, en particular la industria automotriz. Cuando el mercado interno deja de ser atractivo para la inversión extranjera debido a las crisis recurrentes, las corporaciones tienen las siguientes alternativas: vender o cerrar; racionalizar la operación de la empresa, manteniendo una participación mínima en el mercado con las consecuentes reducciones en personal e inversión y, finalmente, adoptar una estrategia ofensiva para reestructurar las operaciones que implican nuevas inversiones orientadas a ajustar a la subsidiaria a un nuevo sistema de producción internacional de la matriz, en el contexto de su estrategia de globalización La implantación maquiladora; estrategia productiva que cuando se acompaña, además de la baratura de la mano de obra, de otras ventajas como la cercanía al mayor mercado del mundo, puede adquirir gran dinamismo. Pero también conocemos sus limitantes. Es muy evidente el vigor exportador de la economía mexicana y la transformación de la estructura de sus importaciones . Pero no es a causa de una revolución productiva. Se debe al comercio casi exclusivo con Estados Unidos, y a las transnacionales con alto margen de exportación. La diferencia entre el crecimiento asiático y mexicano radica en el desarrollo hacia dentro en Asia y el crecimiento de fuera en el caso nacional. Las consecuencias son dependencia más marcada y un disfrazado crecimiento.

¿Qué hacer?

Ante todo, debe existir un financiamiento del crecimiento y a la creación de condiciones favorables para la expansión industria local. Estos aspectos comprenden reforma fiscal integral y política monetaria y crediticia orientada prioritariamente al desarrollo económico; recuperación productiva del campo mexicano; mecanismos de renegociación con el capital foráneo (leyes, reglamentos). Todo esto es claro que implica un cambio social de gran alcance donde la democratización deberá ser el hilo conductor. El debate queda abierto.

 


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