Foro Económico Mundial
( Nueva York )

En la reunión del FEM de Nueva York se codean estos días los personajes más influyentes del panorama económico mundial: mandatarios, príncipes árabes, banqueros, laureados premios Nobel y empresarios de todos los sectores. Destacan Bill Gates, Colin Powell, Hamid Karzai (nuevo gobernante de Afganistan), etcétera.

La historia de la cumbre de Davos comenzó en enero de 1971,cuando un profesor de administración de empresas dicidió reunir de forma informal a los líderes ejecutivos europeos. Davos es una localidad suiza y también la abreviatura que recibe la reunión anual del Foro Económico Mundial, una fundación privada a la que sus miembros aportan cuantiosas sumas de dinero, y que lleva desde 1971 celebrándose entre sus montañas nevadas. En más de 300 reuniones, intentaron crear un consenso de élite sobre problemas económicos y políticos, concertar negocios importantes, conducir negociaciones políticasy
definir la "agenda global". El Foro Económico Mundial abandona su sede habitual y se reunió hasta el 4 de febrero en Nueva York, en un acto de solidaridad. Bajo el lema "El liderazgo en tiempo de fragilidad: una visión para un futuro común", se abordaron, entre otras cuestiones, el impacto de septiembre en la economía mundial.

Los debates del FEM se centraron en la necesidad de una mayor cooperación entre las fuerzas económicas y sociales y en la manera de afrontar la recesión, la vulnerabilidad de las empresas o los efectos del terrorismo, entre otros. Las reuniones girarán en torno a seis ejes: reforzar la seguridad y convivir con la vulnerabilidad; redefinir las estrategias de negocio, con el fin de satisfacer la demanda de los inversores y, al tiempo, encontrar la manera de responder a una ciudadanía más participativa y exigente; reducir la pobreza y mejorar la equidad, impulsando las iniciativas públicas y privadas que promueven el desarrollo económico, a la par que la equidad social, incrementar los recursos ya existentes de infraestructuras, sanidad y educación, instituciones públicas y el desarrollo del sector privado; reevaluar el liderato y la gobernabilidad, en medio de las crecientes expectativas puestas en gobiernos y empresarios. El Foro analizó qué instituciones es preciso desarrollar para redefinir el papel de los gobiernos en tiempos de cambio, generado por el impacto de la globalización y la revolución tecnológica; restaurar el crecimiento sostenible, ante la primera recesión sincronizada de la economía global; compartir valores y respetar las diferencias en los estilos de vida, culturas y creencias religiosas para asegurar el mantenimiento de la paz y la estabilidad.

La agenda de la globalización

31 de enero: El recuerdo de los daños

Unos 1.000 ejecutivos de algunas de las compañías más poderosas del mundo se mezclaron con jefes de Estado y ministros de Economía y Finanzas para discutir los nuevos desafíos que enfrenta el capitalismo mundial e intentar conseguir contratos corporativos.

Una de las principales preocupaciones de la jornada fue saber si los Estados habían superado la recesión. Para Roach, la recesión que sufre EEUU no está superada y no se va a superar tan pronto como algunos vaticinan. Por su parte, Frenkel auguró un crecimiento de hasta el 4% para finales de este año.

1 de febrero: Pobreza, terrorismo y protestas callejeras

La segunda jornada del Foro estuvo dedicada a asuntos como el terrorismo y la pobreza y estuvo marcada por una nutrida asistencia de miembros de la administración estadounidense, encabezada por su secretario de Estado, Colin Powell, quien reconoció que la pobreza es una de las causas del terrorismo.

El secretario del Tesoro, Paul O'Neill no relacionó las dos realidades, pero aseguró
que los prestamistas internacionales tienen que rebajar los costos de la deuda para que los países en desarrollo puedan convertirse en economías desarrolladas.
El Foro también se ocupó del continente olvidado, el africano, en un debate en el que el primer ministro canadiense, que organiza la próxima reunión del G-7, recordó la diferencia entre el 20% más rico del mundo y el 20% más pobre ha pasado de 30 a 1 en los años sesenta, hasta el actual 74 a 1.


2 de febrero: Los grupos antiglobalizadores

Las críticas vertidas desde la calle, donde se llegaron a concentrar unas cinco mil personas para protestar por el modelo de globalización que defiende el Foro. En las sesiones del Foro, el director del Fondo Monetario Internacional, Horst Köhler, se refirió al egoísmo de los ricos que se aferran a sus privilegios: "Las sociedades en países avanzados son demasiado egoístas para poner fin a sus privilegios, algo necesario para dar a los pobres más oportunidades".

3 de febrero: La recuperación económica, en manos de EEUU

Los líderes que asistieron al Foro Económico Mundial compartieron el criterio de que la esperada recuperación mundial depende "críticamente" de lo que haga Estados Unidos, . Respecto a qué tipo de recuperación se espera que tenga EEUU, Fischer dijo que es poco probable que la productividad de la economía norteamericana logre las cuotas de la década de los 90, y mantuvo que lo más probable es que ronde el 3 o 3.5%. En el caso europeo, dijo, es evidente que su recuperación irá a la zaga, ya que, entre otras cosas, todavía no han sido "visibles" los beneficios que, esperaban muchos, traería la puesta en circulación del euro.

¿Respecto de Argentina, dijo que hubo un amplio consenso en el seno del Foro, ha habido "poco contagio" a nivel económico a través de los mercados. Se mostró partidario de que el acuerdo que el Gobierno de Eduardo Duhalde negocia con el FMI contemple superávit primarios para poder hacer frente a sus obligaciones.

Por su parte, el ministro sudafricano de Finanzas, Trevor Manuel, y encargado de resumir lo tratado en el área de pobreza y desarrollo, dijo que había encontrado un extraordinario consenso en que la pobreza es el mayor reto para el mundo. "Muchos han identificado la pobreza con la falta de acceso a la información, porque ésta los excluye de la toma de decisiones, lo que plantea interrogantes", subrayó.

Críticas

El Foro Económico Mundial concluyó sus cinco días de debate, en los que los asuntos económicos pasaron a un segundo plano, eclipsados por cuestiones como la seguridad y la lucha antiterrorista. También predominaron las divisiones entre europeos y norteamericanos en la visión del mundo y de la economía, el momento de la recuperación económica y la necesidad de que la globalización atienda a cuestiones sociales, aunque no sea más que un ardid publicitario. No se tocaron los puntos de deuda externa y de pobreza en serio, simplemente se habló de globalización como válvula de escape a los problemas económicos mundiales. Así, el secretario general de la ONU -Kofi Annan- instó a los empresarios a ayudar a los pobres, pero ante los hombres más poderosos de la tierra defendió la globalización como herramienta para poder superar los males del mundo.

 

Foro Social Mundial

( Porto Alegre )

El año pasado, la primera edición del Foro, culminó con un documento rechazando el Acuerdo de libre Comercio para las Américas (ALCA), que George Bush impulsa con velocidad pero no con el consenso. Este año la meta principal del Foro es diseñar un plan de paz para cada una de las regiones con conflictos de muy difícil resolución como son los del país Vasco, Chiapas, Oriente Próximo y Colombia

El encuentro de Porto Alegre quiere enfrentar los males del capitalismo: deuda externa y desigual comercio global, que da ventajas a las naciones ricas del mundo industrial y a las poderosas transnacionales. Los radicales dicen que el foro es ``económicamente reformista, políticamente tradicionalista y socialmente conformista''.

El Foro de Brasil se convirtió en blanco de protestas sociales, manifestaciones y movimiento popular pocas visto. Se acentúo el problema económico y el Foro ha responsabilzado directamente al Fondo Monetario Internacional: ''Argentina fue un país que cumplió con las recetas que le fueron imponiendo los organismos multilaterales de crédito...'Vendimos las empresas (públicas) y fuimos financiando déficit con lo que salía de esas cuentas. Había que abrir la economía" dijo un gobernante argentino. El propio FMI reconoció su ''fracaso''. Los participantes del foro antiglobalización quieren más que un paquete de ayuda: pretenden un cambio en el modelo de conducción económica liberal.

Los temas de dicusión incluyeron la Tasa Tobin, que plantea fijar una tasa a las transacciones financieras para destinarla a ayuda social.

También se reconoció que los organismos multilaterales tienen la responsabilidad de la crisis y el Foro Social planteó los problemas ocasionados por 146 mil millones de dólares como deuda externa. El candidato a la presidencia de Francia Chevenement demandó la supresión del FMI y la condonación de la deuda argentina. Agregó que es necesaria la replantación del sistema financiero internacional.

En la inauguración, el lingüista Noam Chomsky señaló que no está en contra de la goblalización; explicó que todo movimiento de masas tiende a internacionalizarse para beneficiar a la mayor parte de la población. El Foro ahora instalado en Nueva York atenta contra estos fines. La solución es que los movimientos sociales se globalicen para ejercer contrapeso a los organismos multilaterales. La globalización es vista como la organización internacional de la sociedad.

Las mesas de debate giraron en torno a la antiglobalización, seguridad mundial, educación y SIDA. Además habrá una conferencia sobre el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). De manera simultánea se discute la situación y el futuro de los estados-nación, la naturaleza del sistema internacional existente, el comercio justo, el futuro del campesinado, los riesgos de la agricultura transgénica, los desastres de la privatización, la condición de género, el estado actual de la educación popular, la lucha de las minorías sexuales, el Plan Puebla-Panamá. La conclusión general encierra al neoliberalismo como fuente de todos los males existentes.

El Foro Social también hizo un llamado al gobierno mexicano para que cumpla con las tres condiciones que harán posible el reinicio del diálogo con los insurgentes zapatistas y para que suspenda todo tipo de hostigamiento en contra de las comunidades del sureste mexicano. González Casanova terminó su intervención pidiendo que el Foro envíe a los zapatistas, que son quienes comenzaron estos encuentros contra el neoliberalismo, un mensaje de solidaridad.

Unas 50 mil personas de 119 países marcharon en Porto Alegre contra el ALCA, esta pelea se ha convertido en una de las iniciativas centrales de acción de las fuerzas progresistas del continente. Entre otros muchos indicadores del éxito del Foro de Porto Alegre presentes, se cuentan el mensaje enviado por el secretario general de las Naciones Unidas. Así mostró el nivel de preocupación que en las elites políticas planetarias ha provocado el Foro. También solicitaron la aplicación de medidas que frenen la fuga de capitales en los países en desarrollo. "Es insuficiente gravar con un impuesto de 0.01% para frenar la fuga de capitales a largo plazo. Se necesita otro tipo de medidas y este es un buen ámbito para definirlas", afirmaba un miembro del comité europea de finanzas. También predominó la voz del belga Eric Toussaint, del Comité por la Anulación de la Deuda en el Tercer Mundo

A diferencia del año pasado, el Foro Social se vio reorientado hacia el centro, con más acciones políticas y menos protestas. El programa, pese a su variedad, estuvo dominado por el libre comercio, deuda externa, reforma de instituciones internacionales, gastos de defensa y derechos de propiedad intelectual. Asimismo, una asamblea dentro del Foro Social decidió plantear una reorientación radical en la dirección de los gastos militares y pedir que se los destine a erradicar el hambre, el analfabetismo y el trabajo infantil. En teoría serían 800.000 millones de dólares anuales, casi la mitad provendría de Estados Unidos

 

Por un lado, el Foro Económico Mundial se reúne en Nueva York para discutir la suerte del capitalismo, y por otro, los activistas del Foro Social Mundial se reúnen por segundo año en Porto Alegre con una temática muy similar. Pero estos pensadores y militantes de izquierdas se congregan para definir una versión alternativa, más justa y solidaria, de cómo debe funcionar el mundo. Es el 'otro' Davos contra el FEM y su globalización neoliberal.

Hay bastante simbología en esta coincidencia: el congreso de Porto Alegre nació como antítesis de Davos y de sus mensajes sobre la globalización feliz, con la intención de plantear sus alternativas al mismo tiempo que los del primer foro. Porto Alegre trataba de competir en los diagnósticos y en la atención mediática, y se puede decir que en buena parte lo ha conseguido a pesar de la disparidad de medios económicos que hay entre una y otra cumbre. Una, elitista; la otra, popular. También antitético era el lugar de la convocatoria: el Foro Económico, en el Norte geopolítico, el Foro Social, en el Sur, en un lugar experimental por su modo de gobernación y de administración de las cosas. Entre ambas reuniones hay pasarelas. No son incompatibles, sino que emiten visiones complementarias de una misma realidad. Por ejemplo, el año pasado, y utilizando las principales herramientas tecnológicas de la globalización -entre ellas, Internet-, se cruzaron mensajes y polémicas entre algunos de los intervinientes. Recuerdo la figura de George Soros, que, tras haber hecho una buena parte de su fortuna especulando en unos mercados de cambio sin fronteras, planteaba entonces, y seguramente lo sigue haciendo ahora con más intensidad, la necesidad de regular los mercados de capitales a través de una tasa Tobin o algo parecido.

Independientemente de los temarios oficiales que se abordaron en Nueva York y Porto Alegre, hubo otros asuntos que atrajeron la atención de los participantes. Las opiniones sobre la marcha de la economía mundial y las posibilidades de una recuperación rápida acapararon bastante tiempo en Nueva York, porque muchos de los invitados tuvieron las condiciones necesarias para visualizar antes que el resto, por su situación empresarial, la evolución de la coyuntura y los índices de confianza.

En Porto Alegre hubo otros focos de atención: el continuo crecimiento de las
desigualdades y de la exclusión. La globalización realmente existente genera sin duda beneficios muy notables a una parte del planeta, pero margina a otro pedazo muy grande del mismo, que no participa de las ventajas de la mayor comunicación e interdependencia.

No se atisba ningún dato que haga remitir las brechas existentes (incluida la brecha digital) entre unos y otros, denunciada sistemáticamente por cualquier tipo de estadísticas. En este sentido, el que la reunión se celebrara en América Latina sirvió para preguntarse por qué si se han hecho los deberes que les impone con habitualidad el FMI (o cualquiera de las otras organizaciones multilaterales) no han llegado a los ciudadanos los réditos del bienestar. Como consecuencia, la zona corre el riesgo de una involución política, además de la recesión económica, una mezcla muy inquietante.

Los partidarios de una globalización alternativa, reunidos en Brasil, profundixaron en la reflexión sobre la violencia, que ya estaba presente en sus filas antes de septiembre.

El movimiento antiglobalización debe concretar sus propuestas técnicas, no sólo de principios, a favor de una globalización alternativa: política, de la justicia, de los derechos humanos, económicos, sociales y ecológicos. No solamente financiera. Para que se entienda que no son nostálgicos de la autarquía. Que los mayores enemigos de la globalización alternativa son los terroristas, porque amenazan con sus acciones décadas de progreso mundial, a pesar de los desequilibrios que ese proceso anárquico ha generado.

 


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