La agricultura mexicana después de la reforma constitucional: una estrategia de polarización, 1988 - 1997

 

La crisis económica de 1982 trajo consigo una nueva clase política al gobierno federal, los llamados tecnócratas. A su vez esta nueva dirigencia venía con una estrategia de desarrollo totalmente diferente a la que el país había seguido hasta ese año, a saber, a apertura económica y limitada intervención del estado. Enmarcadas en la política de modernización, uno de los artículos constitucionales (el 27) mas bendecidos, por el impacto social que tuvo después de la revolución, fue modificado en aras de una mayor eficiencia económica.

El trabajo, entonces, habla sobre las repercusiones directas de las reformas al articulo 27 constitucional. Debido a los problemas que la agricultura arrastraba desde los años setenta, la propuesta y alternativa por la cual apostó la nueva clase política mexicana fue crear y fomentar estrategias que permitieran introducir al campo mexicano en el mercado internacional para hacerlo competitivo.

El gobierno mexicano comenzó a instrumentar su política de eficiencia económica. Aquellos productos y cultivos donde el beneficio económico manifestaba ser una carga para el erario,por costes productivos más altos que los beneficios obtenidos o en su caso, por problemas en la distribución y comercialización que también incrementaban los precios, se promovió desincentivar la actividad y recurrir al mercado externo para su suministro.

El Programa de certificación ejidal consitió en certificar los derechos de propiedad de los más de 27 mil ejidos y comunidades agrarias que existían en el país donde viven 3.5 millones de ejidatarios. La reforma se inserta en la política de eficiencia económica adoptada por el gobierno, su lógica indica que al estar claramente definidos los derechos de propiedad se pueden establecer los estímulos y castigos para productores

El programa de apoyo directo a los productores rurales, fines de 1993, anunciaba a todas voces que el programa de apoyo directo a los productores rurales (procampo) y el cual entraba en los nuevos objetivos de redefinición de la política social y subsidios el campo

La alianza para el campo fue propuesta por Zedillo para seguir la continuidad. Su objetivo fue, de nuevo, intentar el crecimiento del campo. Se reconoció la crisis y la estrategia fueron políticas regionales.

 

La crisis del sector agrícola lleva un periodo largo, desde fines de los sesenta hasta llegar a la pérdida de la autosuficiencia alimentaria en los años ochenta, donde se presentaron déficit recurrentes en la balanza comercial del sector.

Los objetivos de los programas de gobierno manifiestan como fin buscar que el sector salga de la crisis y se inserte en el proceso de modernización. Lo que se percibe con las políticas adoptadas a partir de la reforma al artículo es que se ha alcanzado la reconversión de cultivos.

La propuesta mexicana no funcionó socialmente, a pesar de esto, la apertura y liberalización económica continúa hasta las últimas consecuencias.

El proceso de apertura propició que muchos productores no lograran adaptarse, por no poder reducir sus costos y alcanzar las tan aclamadas economías de escala, y tuvieran que salir del mercado

La balanza comercial agropecuaria muestra el proceso de reconversión de cultivos del campo mexicano y la dependencia en granos y oleaginosas a partir de 1990.

La propuesta del gobierno federal propone la reconversión del campo mexicano a fin de que éste se inserte en los mercados mundiales y aproveche las ventajas comparativas de ciertos productos.

Las propuestas para el desarrollo que ha dominado señala a las actividades primarias como un sector atrasado tecnológicamente y por ello hay migración a otros sectores económicos

 

 


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