Aprendizaje, acumulación, pleno empleo: las tres claves del desarrollo

(Octavio Rodríguez)

La cuestión del desarrollo a largo plazo implica cuatro grandes temas: la revolución tecnológica, la globalización, los problemas del empleo y el papel del Estado.

La revolución tecnológica alude a la considerable rapidez del progreso técnico basado en las disciplinas de la información: microelectrónica, informática y telecomunicaciones.

Globalización concierne en parte a la diseminación escala mundial de esos nuevos patrones productivos de consumo y una especialización creciente, así como la formación de bloques, el incremento en flujo de capital y cambios en la composición de la demanda de mano de obra. Los ingentes aumentos en la productividad del trabajo generan incertidumbre en el producto y crecimiento del empleo.

Las economías periféricas se caracterizan por problemas de ocupación, tiene dos aspectos: el mantenimiento de pleno empleo en actividades de productividad normal y la absorción del subempleo en nuevas y similares condiciones de productividad.

Cualquier perspectiva que ensalce las virtudes del mercado tiene como contracara natural la prudencia hacia la intervención del Estado. El intervencionismo latinoamericano siempre ha estado latente.

 

Una fuerte aceleración del avance tecnológico radica en las tecnologías de la información. El progreso técnico es endógeno a las empresas; el proceso de innovación deriva en la creación de nuevos bienes y hábitos de consumo, en la producción y en la organización empresarial. La innovación es el resultado natural de la acumulación de conocimientos que se van gestando o absorbiendo en el seno de las propias empresas.

La "infraestructura tecnológica" es el conjunto de entidades que realizan investigación y desarrollo y que no se inscriben en las empresas propiamente dichas como los institutos de investigación.

Existen diversos ángulos para enfocar las desventajas de la periferia en materia de progreso técnico. El de las propias empresas, por qué las hace menos aptas para asumir los costos y los riesgos inmersos en la investigación. El de las relaciones empresariales, por qué participan escasamente en los acuerdos que atañen de forma más directa al desarrollo de las tecnologías de punta. El sistema Nacional de Innovación, por qué la infraestructura tecnológica y la capacidad de formación de recursos de alto nivel.

Es necesario enfatizar en ciertas características propias del rezago periférico: la necesidad de apuntar hacia ciertos sectores donde se concentren los esfuerzos tendientes a incrementar la capacidad de innovar; la necesidad de compatibilizar tales políticas con las que atañen a la expansión de los sectores productivos, y sobre todo, la expansión del mercado interno.

 

La periferia tiene desventajas en cuanto a los riesgos implicados en la globalización, en la forma cómo se distribuyen las oportunidades para la inversión real. Éstas seguirán concéntrandose en los centros y en algunas economías de desarrollo reciente. Las razones de desigualdad en la distribución de la inversión real están ligadas a los niveles tecnológicos y de acumulación.

La globalización es inevitable, y es más si se acentúa el nexo que tiene con el progreso técnico, y a la postura de liberalización que tanto recomiendan los organismos internacionales.

La instalación de las industrias intensivas en mano de obra en las economías de industrialización temprana y el desarrollo en otras ramas intensivas de capital es la consecuencia de la desregulación de la inversión extranjera directa sobre la división del trabajo. Con la liberación económica a ultranza, la vasta periferia no verá emerger oportunidades de inversión real aptas para asegurar su crecimiento sostenido y aún, para inducir el pleno aprovechamiento infrafronteras del esfuerzo de ahorro realizado internamente.

El sustento del desarrollo periférico dependerá de constituir un "espacio de acumulación", es decir. donde se generen condiciones para mantener una alta tasa de inversión real.

Las economías periféricas poseen niveles de desarrollo con grados diversos de rezago en las estructuras productivas e industrial. A partir de éstas situaciones concretas el proceso de globalización irá exigiendo patrones mayores de competitividad internacional.

 

La coexistencia de empleo y subempleo adquiere un carácter heterogéneo estructural. El subempleo constituye una parte proporción importante de la población activa en la periferia. Es típico de las economías que crecieron y se industrializaron con intensidad a partir de fuertes rezagos en la agricultura. No se puede hablar por separado de un espacio de aprendizaje y de un espacio de acumulación, a raiz de las inevitables conexiones entre las políticas de ciencia y tecnología y las políticas productivas propiamente dichas.

Una economía periférica está compuesta por un sector moderno y otros atrasado. La gradual absorción del subempleo preexistente trae consigo un considerable aumento de la productividad. La absorción del subempleo requiere de políticas agresivas en los ámbitos educativo, de capacitación o recapacitación de mano de obra, y apoyo a la formación de empresas medianas y chicas. Lo anterior no implica negar el papel del mercado en la asignación de recursos. La apertura del mercado interno y la generación de capacidad de exportar constituyen medios de mantener a aquellas economías bajo el continuo acicate de la competencia. La competencia irá demandando una actualización continua de los niveles de productividad, existirán problemas emergentes en el ámbito del empleo propiamente dicho. La evolución general de la ocupación y la absorción del subempleo, constituyen condición de la viabilidad de una estrategia del desarrollo a largo plazo. La expansión del mercado internos configura como importante recurso a utilizar requerido para sostener ritmos elevados de acumulación y crecimiento, ritmos que dependen crucialmente de la producción para dicho mercado. La producción de exportaciones puede constituirse en el sector de punta, que imprime un dinamismo adecuado y sostenido.

El ahorro externo ha de cumplir dos funciones relevantes: complementar el aumento de la capacidad para importar que vaya haciendo necesario; contribuir al financiamiento del a inversión real; la capacidad interna de ahorro resulta ser el sostén crucial de la acumulación y habrán de brindarle una contribución limitada. El nuevo paradigma tecnológico tiende a difundirse a una muy variada gama de la producción de bienes y servicios, depende de la acumulación de conocimientos en el seno de las empresas productivas. Tales consideraciones permiten retornar a la cuestión de la eficiencia, rescatando el significado dinámico de la absorción de la mano de obra subempleada. Esto conlleva no sólo la difusión más amplia de las tecnologías existentes, sino también una acumulación mayor de conocimientos en las empresas y/o en la fuerza de trabajo de distintos niveles de calificación que ellas van integrando, con la consecuente dinámica general de la capacidad de innovar. La generación de excedentes a través del tiempo dependerá de la distribución personal del ingreso. Se ve fuertemente influida por relaciones sociales y de poder político.

 

La estrategia en este sentido gira en torno a ciertas posiciones atinentes al largo plazo: liberación financiera y del comercio, la inversión extranjera directa. En conexión con la globalización y el acelerado cambio técnico, la cuestión de l Estado se hace mucho más compleja cuando se la mira desde el ángulo de sus bases de sustentación social. Las relaciones internacionales han provocado la pérdida de autonomía para la toma de algunas decisiones.

 

La condición periférica puede caracterizarse por la existencia de dos brechas de productividad, una externa y otra interna. La primera se encuentra relacionada con la revolución tecnológica en curso. La brecha interna concierne al acentuado desnivel de la productividad entre las actividades modernas y atrasadas de la propia periferia.

El Estado imprescindible y la liberación del sistema económico no constituye caminos que conduzcan a lograrlo. Exclusión, concentración y consumo imitativo se visualizan como rasgos destacables del capitalismo periférico durante las fases de su industrialización. Resulta excluyente y conflictivo por su tendencia a la concentración del ingreso y a la pugna con que se intenta contrarrestarla. Los modos de apropiación y utilización del excedente limitan el dinamismo de la acumulación, impiden la plena absorción de la mano de obra y restringen a ciertos estratos la difusión de los frutos del progreso técnico. Debiera orientarse la transformación del sistema mediante el uso social del excedente a través de la acción del Estado. Se entiende que el mercado es incapaz de conducir por sí solo hacia los grandes objetivos de transformación del sistema, cuya consecución requiere enmarcar su funcionamiento en la acción del estado. La planificación es percibida como un instrumento adecuado para compatibilizar transformación y eficiencia.

 


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