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Experiencias espirituales

Julio de 1962

l Grapevine tiene la intención de publicar de vez en cuando relatos de experiencias espirituales. Me gustaría decir algunas palabras de introducción para este interesante proyecto. Existe una tendencia natural a prestar especial atención a aquellas experiencias o despertares que ocurren de una manera repentina, espectacular, o que producen visiones. Por lo tanto cualquier relato de este tipo de experiencias provoca reacciones contrarias. Algunos dicen: "¡Me gustaría tener una experiencia parecida!" Otros, sintiendo que todo este asunto huele demasiado a misticismo, dirán, "No me puedo tragar este asunto. No puedo comprender lo que está diciendo esta gente."

Como ya han oído la mayoría de los AA, en 1934 sufrí una tremenda experiencia mística o "iluminación." Vino acompañada de una sensación de luz blanca intensa, de un súbito don de fe en la bondad de Dios, y de una profunda convicción de su presencia. Al principio, me resultaba muy natural creer que esta experiencia me distinguía como alguien muy especial.

Pero ahora, al recordar este tremendo acontecimiento, sólo puedo sentir una especial gratitud. Ahora parece estar claro que las únicas características especiales de mi experiencia fueron lo súbito de ella y la convicción inmediata y abrumadora que me produjo.

Pero estoy seguro de que en todos sus otros aspectos, mi propia experiencia no era diferente en absoluto de la experimentada por cualquier otro miembro de AA que haya practicado asiduamente nuestro programa de recuperación.

Con mucha frecuencia, sentados en las reuniones de AA, oímos decir al que habla, "Pero yo no he captado todavía el aspecto espiritual." Antes de decirlo, había descrito un milagro de transformación que le había sucedido a él - no solamente su liberación del alcohol, sino también un cambio completo de su total actitud respecto a la vida y la manera de vivirla. A casi todos los presentes, les resulta evidente que él ha recibido un gran regalo, y que este regalo está fuera de toda proporción con todo 10 que se puede esperar de la mera participación en AA, tal como la admisión del alcoholismo y la práctica del Paso Doce. Así que los que estamos en el auditorio nos sonreímos y nos decimos, "este tipo está rebosante de espiritualidad - ¡aunque parece no saberlo aún!" Bien sabemos que este individuo nos dirá dentro de seis meses o un año que ha encontrado la fe en Dios.

Además, puede que para entonces ya esté exhibiendo "cualidades espirituales" y una forma de actuar que yo mismo nunca he podido igualar - a pesar de mi súbita experiencia espiritual.

Así que cuando hoy día los AA acuden a mí, con la esperanza de descubrir cómo se puede lograr una de esas súbitas experiencias, les digo simplemente que con toda seguridad ya han experimentado una igual de buena - y que las suyas son idénticas a la mía excepto en que se han producido durante un período de tiempo más largo.

Luego paso a decir que si la transformación que han experimentado en AA en un período de seis meses se pudiera condensar en seis minutos - pues, entonces también habrían visto las estrellas.

A consecuencia de estas observaciones, no veo ninguna gran diferencia entre las experiencias súbitas y las que se producen de una manera gradual - sin duda todas tienen el mismo origen. Y hay una prueba segura para todas ellas: "Por sus frutos los conoceréis."

Por esta razón creo que no debemos poner en duda la transformación de ninguna persona - ya se haya producido de una manera súbita o gradual. Ni tampoco debemos exigir para nosotros mismos el tipo especial de experiencia que hayan tenido otros, porque nuestra propia experiencia indica que seguramente recibiremos la que mejor corresponda a nuestras necesidades.

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