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Normas referentes a los donativos

Junio de 1946

Al hablar sobre este tema en el Grapevine del mes pasado, hicimos las siguientes observaciones:

1. El uso del dinero en AA es un asunto de la más alta importancia. Siempre tenemos que vigilar atentamente el punto en que termina el uso y comienza el abuso del dinero.

2. AA ya se ha comprometido al uso limitado del dinero, ya que no consideraríamos cerrar nuestras oficinas, lugares de reunión y clubs, solo para evitar todo lo que tiene que ver con las finanzas.

3. Nuestro verdadero problema está hoy en fijar límites razonables y tradicionales al uso del dinero, minimizando así la posibilidad de los trastornos que tiende a causar.

4. Debemos mantenemos principalmente, y al fin y al cabo únicamente, con las contribuciones voluntarias de los miembros de AA. Este tipo de automantenimiento siempre impedirá a nuestras oficinas y clubs pasarse de la raya, ya que podríamos cortarles los fondos si no nos sirvieran bien.

5. Hemos encontrado prudente constituir en sociedades separadas los servicios o instalaciones que suponen mucho dinero o administración; un grupo de AA es una entidad espiritual, no una empresa de negocios.

6. A toda costa, tenemos que evitar la profesionalización de AA; no debemos pagar nunca por el trabajo de Paso Doce en sí. Los alcohólicos que trabajan en la terapia del alcoholismo nunca deben aprovecharse de su conexión con AA; no existe y no pueda existir un "terapeuta AA".

7. No obstante, podemos emplear a miembros de AA como trabajadores de plena dedicación, con tal de que tengan responsabilidades legítimas aparte del acostumbrado trabajo de Paso Doce. Podemos, por ejemplo, contratar a secretarios, porteros y cocineros sin convertirles así en profesionales de AA.

Continuemos ahora la discusión del profesionalismo: A menudo, los AA consultan con las comunidades locales o con la Fundación Alcohólica, informando que les han propuesto trabajos en campos relacionados. Los hospitales buscan a miembros de AA que sean enfermeras y médicos, las clínicas a asistentes sociales que sean AA, las universidades buscan a AA para trabajar en el campo de educación sobre el alcoholismo en plan desinteresado, y la industria nos pide que les recomendemos miembros de AA para puestos en el departamento de personal. ¿Podemos, como particulares, aceptar estas propuestas? La mayoría de nosotros no vemos ningún inconveniente en hacerlo.

Se reduce a lo siguiente: ¿Tenemos los AA el derecho de privar a la sociedad de nuestros conocimientos especiales del problema del alcoholismo? ¿Vamos a decir a la sociedad que no podemos emprender estos cometidos por temor a profesionalizar a AA, a pesar de que podamos ser excelentes enfermeras, médicos, asistentes sociales o educadores en el campo del alcoholismo? Esto sería sin duda algo exagerado - incluso ridículo. Ningún individuo debe ser excluido de un puesto en esta esfera por el mero hecho de ser miembro de AA. Solamente tiene que evitar la "terapia AA" y toda palabra o acción que pueda perjudicar a AA en su totalidad. Aparte de esto, debe tener la misma posibilidad de conseguir el trabajo que tendría la persona no AA a quien se lo propusieran, y quien, tal vez, no lo haría ni la mitad de bien. De hecho, creo que tenemos todavía algunos miembros que son camareros de bar. Aunque, por obvias razones, el servir tragos en un bar no es uno de los trabajos más recomendables, nunca he oído decir a nadie que estos pocos miembros están profesionalizando a AA debido a sus muy especiales conocimientos de los bares.

Hace años creíamos que AA debía tener sus propios hospitales y sus casas y granjas de reposo. Hoy en día, estamos convencidos de que no debemos tener nada de esto. Incluso nuestros clubs, que están dentro de AA, los mantenemos aparte. Y según el parecer de casi todos, las instalaciones hospitalarias o de descanso deben estar bien fuera de AA - y bajo supervisión médica. Claramente, la hospitalización es de la incumbencia de los médicos, apoyados, por supuesto, por ayuda privada o comunitaria. No es función de AA el ser propietario ni administrador de estos servicios. En todas partes, cooperamos con los hospitales. Muchos nos conceden privilegios y disposiciones especiales para trabajar. Algunos consultan con nosotros. Otros emplean a enfermeras o ayudantes que son AA. Estas relaciones casi siempre funcionan bien. Pero ninguna de estas instituciones es conocida como un "hospital de AA."

Además hemos tenido alguna experiencia con granjas y centros de desintoxicación que, aunque están fuera de AA y bajo supervisión médica, han sido, no obstante, administrados y financiados por miembros de AA. Algunas de estas empresas han tenido bastante éxito, otras ninguno. Y, con un par de notables excepciones, el peor arreglo posible ha sido aquel en que los grupos de AA, contando con sus fondos, han montado y administrado empresas de desintoxicación. A pesar de las excepciones, estos "hospitales de AA" parecen ser los menos prometedores. El grupo que se encarga de una empresa de este tipo normalmente descubre que ha contraído una responsabilidad innecesaria y provocado una gran cantidad de disensiones desgarradoras. Por ser un proyecto de grupo, no se puede "tomar o dejar". O bien se tiene que abandonar o dejarlo como una llaga en carne viva en el cuerpo político. Estos experimentos han demostrado claramente que el grupo de AA siempre tendrá que ser una entidad espiritual, no una empresa comercial. Más vale hacer una cosa muy bien que dos muy mal.

Ahora bien, ¿qué acerca de los donativos o pagos a AA por fuentes ajenas? Hace algunos años, necesitábamos desesperadamente alguna ayuda ajena. La recibimos. Y no dejaremos nunca de estar agradecidos a aquellos amigos dedicados cuyas contribuciones hicieron posible la Fundación Alcohólica, el libro Alcohólicos Anónimos y nuestra Oficina Central. Dios seguramente les ha reservado a cada uno de ellos un lugar en el cielo. Respondieron a una necesidad apremiante, porque en aquella época éramos muy pocos miembros de AA y muy insolventes.

Pero los tiempos han cambiado. Alcohólicos Anónimos ahora tiene más de 24,000 miembros, cuyos ingresos combinados deben ascender este año a muchos millones. Por eso se está difundiendo por toda la Comunidad un fuerte sentimiento de que AA debe ser automantenida. Ya que la mayoría de los miembros creen que le deben la vida al movimiento, opinan que nosotros los AA debemos pagar sus muy módicos gastos. Y dicen: ¿No es hora ya de empezar a cambiar la idea de que el alcohólico es siempre una persona que necesita ser ayudada - normalmente con dinero? Dicen: Dejemos de ser de los que toman de la sociedad. Seamos de los que dan. Ya no somos incapaces. Tampoco estamos sin dinero. Si fuera posible publicar mañana que cada grupo de AA hubiera logrado ser completamente automantenido, es probable que esto creara hacia nosotros más buena voluntad que cualquier otra noticia pudiera crear. Dejemos que el generoso público contribuya con sus fondos a investigaciones científicas sobre el alcoholismo, a la hospitalización o la educación. Estas empresas tienen una necesidad innegable de dinero. Nosotros no. Ya no somos pobres. Podemos y debemos pagar por nosotros mismos.

Naturalmente, no se puede considerar una excepción al automantenimiento, el que un amigo no alcohólico, presente en una reunión, eche un dólar en el sombrero. También dudamos que debamos rehusar el pequeño donativo de cinco dólares enviado por un familiar como muestra de gratitud por la recuperación de un ser querido. Tal vez sería descortés rehusar su regalo.

Pero no son estas muestras de reconocimiento las que nos preocupan, sino las contribuciones más grandes, especialmente aquellas que puedan acarrear obligaciones futuras. Además, hay indicios de que algunas personas adineradas nos están reservando dinero en sus testamentos, teniendo la impresión de que, si tuviéramos grandes cantidades de dinero, nos vendría bien utilizarlo. ¿No debiéramos disuadirles de hacerlo? Y se han hecho algunos intentos alarmantes de solicitar fondos al público en nombre de Alcohólicos Anónimos. Son contados los AA que no puedan imaginarse adónde llegaríamos si siguiéramos este rumbo. A veces, nos ofrecen dinero tanto los que están en contra como los que están a favor de la prohibición. Claramente peligroso, esto. Porque tenemos que mantenernos alejados de esta desgraciada controversia. De vez en cuando, los padres de un alcohólico, por pura gratitud, quieren hacer un donativo considerable. ¿Es esto prudente? ¿Le haría algún bien al propio alcohólico? O quizás un miembro acomodado desee hacernos un regalo sustancial. Si así lo hiciera ¿seria bueno para él o para nosotros? ¿No podría ser que nos sintiéramos endeudados con él, o que él, especialmente si es un recién llegado, creyera que había pagado el billete a su destino feliz - la sobriedad?

No hemos tenido nunca ningún motivo para poner en duda la generosidad sincera de esta gente. No obstante, ¿es prudente aceptar sus donaciones? Aunque haya algunas raras excepciones, comparto con la mayoría de los AA veteranos la opinión de que el aceptar grandes contribuciones de cualquier fuente es muy arriesgado y casi siempre peligroso. Puede ser que un club se encuentre apretado de dinero y necesite un préstamo o un regalo amistoso. Aún así, a la larga sería probablemente mejor ir pagándolo todo por nosotros mismos. No debemos permitir nunca que ninguna ventaja inmediata, por muy atractiva que sea, nos deslumbre de manera que no veamos la posibilidad de estar sentando un precedente catastrófico para el futuro. Con demasiada frecuencia, las disensiones internas a causa del dinero y de la propiedad han destrozado a gente mejor que nosotros, los alcohólicos temperamentales.

Con la gratitud y satisfacción más profundas, les puedo comunicar una resolución aprobada recientemente por nuestro comité de servicios generales, los custodios de la Fundación Alcohólica, quienes son los fideicomisarios de nuestros fondos de AA nacionales. Han hecho constar por escrito que, como cuestión de principio, se negarán a recibir todo donativo que acarree la más mínima obligación, expresa o implícita. Y además, que la Fundación Alcohólica no aceptará ningún dinero ofrecido por cualquier entidad comercial. Como ya sabrá la mayoría de los lectores, algunas empresas cinematográficas nos han abordado recientemente para discutir sobre la posibilidad de producir una película acerca de AA. Naturalmente, se ha mencionado dinero. Pero nuestros custodios, con razón, creo, tomarán la postura de que AA no tiene nada que vender; que deseamos evitar incluso la más ligera insinuación de comercio; y que, de todos modos, AA es ahora automantenida a nivel nacional.

A mi parecer, ésta es una decisión de alta importancia para nuestro futuro - un gran paso adelante. Cuando esta actitud hacia el dinero haya sido adoptada universalmente por AA, habremos evitado el escollo dorado y seductor, pero muy engañoso, conocido por el nombre de materialismo.

En los próximos año, Alcohólicos Anónimos se verá sometida a la prueba suprema - la de su prosperidad y su éxito. Creo que será la prueba más dura de todas. Si podemos superar la crisis, las olas del tiempo y de las circunstancias nos azotarán en vano. Nuestro destino estará asegurado.

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