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Doce puntos sugeridos para la tradición de AA

Abril de 1946

Nadie inventó Alcohólicos Anónimos. Brotó y evolucionó. Su desarrollo, logrado por un método de pruebas y tanteos, nos ha producido una rica experiencia. Poco a poco, hemos venido adoptando las lecciones de esta experiencia, primero como normas y luego como Tradición. Este proceso continúa, y esperamos que nunca termine. Si llegáramos a ser demasiado rígidos, la letra podría aplastar al espíritu. Podríamos esclavizamos a nosotros mismos con prohibiciones y requisitos mezquinos; nos podríamos imaginar que ya hubiéramos dicho la última palabra. Podríamos incluso decir a los alcohólicos que aceptaran nuestras rígidas ideas o, si no, que se alejaran. ¡Que nunca estorbemos así el progreso!

No obstante, cada uno de nosotros está convencido de que las lecciones de nuestra experiencia son de una altísima significación. La experiencia de AA se puso por escrito por vez primera en el libro Alcohólicos Anónimos. En el libro nos enfocábamos en lo esencial de nuestro más apremiante problema - el de ser liberados de la obsesión alcohólica. En sus páginas aparecen experiencias personales de la aflicción de beber y de la recuperación y una exposición de aquellos divinos y antiguos principios que nos han ocasionado una milagrosa Desde la publicación de Alcohólicos Anónimos en 1939, el número de miembros ha aumentado de 100 a 24,000. Han pasado siete años; siete años de nutridas experiencias en nuestra segunda gran empresa - el aprender a vivir y trabajar juntos. Este es hoy nuestro interés principal. Si podemos tener éxito en esta aventura - y seguir teniéndolo - entonces, y solamente entonces, tendremos nuestro futuro asegurado.

Puesto que la calamidad personal ya no nos mantiene cautivos, nuestro más urgente y estimulante interés en el presente es el que tenemos por el futuro de Alcohólicos Anónimos. Cómo preservar entre nosotros los AA una unidad tan sólida que ni las debilidades personales ni la presión y discordia de esta época turbulenta puedan perjudicar nuestra causa común. Sabemos que Alcohólicos Anónimos tiene que sobrevivir. Si no, salvo contadas excepciones, nosotros y nuestros compañeros alcohólicos en todas partes del mundo seguramente reanudaríamos nuestro desesperado viaje hacia el olvido.

Casi cualquier AA puede decirte cuáles son nuestros problemas de grupo. Fundamentalmente, tienen que ver con las relaciones entre nosotros mismos, y con el mundo afuera. Incluyen la relación del miembro con su grupo, del grupo con Alcohólicos Anónimos en su totalidad, y la posición de Alcohólicos Anónimos en ese mar agitado que es la sociedad moderna, donde toda la humanidad tiene que encontrar abrigo o naufragar. De gran importancia es nuestra estructura básica y nuestra actitud hacia las siempre urgentes cuestiones de liderazgo, de dinero y de autoridad. Puede que nuestro futuro dependa de cómo nos sentimos y cómo actuamos con respecto a asuntos que son controversiales, y de la postura que adoptamos hacia nuestras relaciones públicas. Es casi seguro que nuestro destino dependerá de lo que ahora decidamos hacer en cuanto a estas cuestiones cargadas de peligro.

Llegamos ahora al punto crucial de nuestra discusión. Es este: ¿Hemos adquirido ya la suficiente experiencia como para establecer normas claras en lo concerniente a nuestras inquietudes principales? ¿Podemos ahora establecer principios generales que con el tiempo pueden transformarse en Tradiciones vitales - Tradiciones sostenidas en el corazón de cada miembro de AA por su propia profunda convicción y por el consentimiento común de sus compañeros? Esa es la cuestión. Aunque es posible que nunca se eliminen completamente todas nuestras perplejidades, estoy seguro de que hemos llegado a una posición ventajosa de la cual podemos percibir las líneas principales de un cuerpo de Tradición, el cual, Dios mediante, puede servir como una segura protección contra los estragos de los años y las circunstancias.

Actuando bajo la persistente instancia de viejos amigos de AA y con la convicción de que ahora es posible llegar a un acuerdo y un consenso entre nuestros miembros, me atreveré a poner por escrito estas sugerencias para una Tradición de Relaciones de Alcohólicos - Doce Puntos Para Asegurar Nuestro Futuro.

Nuestra experiencia de AA nos ha enseñada que:

1. Cada miembro de Alcohólicos Anónimos no es sino una pequeña parte de una gran totalidad. Es necesario que AA siga viviendo o, de lo contrario, la mayoría de nosotros seguramente morirá. Por eso, nuestro bienestar común tiene prioridad. No obstante, el bienestar individual le sigue muy de cerca.

2. Para el propósito de nuestro grupo, Sólo existe una autoridad fundamental - un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia de nuestro grupo.

3. Nuestra Comunidad debe incluir a todos los que sufren del alcoholismo. Por eso, no podemos rechazar a nadie que quiera recuperarse. Ni debe el ser miembro de AA depender del dinero o de la conformidad. Cuandoquiera que dos o tres alcohólicos se reúnan en interés de la sobriedad, podrán llamarse un grupo de AA.

4. Con respecto a sus propios asuntos, todo grupo de AA debe ser responsable únicamente ante la autoridad de su propia conciencia. Sin embargo, cuando sus planes atañen al bienestar de los grupos vecinos, se debe consultar con los mismos. Ningún grupo, comité regional o individuo debe tomar ninguna acción que pueda afectar de manera significativa a la Comunidad en su totalidad, sin discutirlo con los custodios de la Fundación Alcohólica [ahora la Junta de Servicios Generales]. En cuanto a estos asuntos, nuestro bienestar común es de máxima importancia.

5. Cada grupo de Alcohólicos Anónimos debe ser una entidad espiritual con un solo objetivo primordial - de llevar el mensaje al alcohólico que aún sufre.

6. Los problemas de dinero, propiedad y autoridad nos pueden fácilmente desviar de nuestro principal objetivo espiritual. Por lo tanto, somos de la opinión de que cualquier propiedad considerable de bienes de uso legítimo para AA debe incorporarse y dirigirse por separado, para así diferenciar lo material de lo espiritual. Un grupo de AA, como tal, nunca debe montar un negocio. Las entidades de ayuda suplementaria, tales como los clubs y hospitales, que suponen mucha propiedad o administración, deben constituirse en sociedad separadamente, de manera que, si es necesario, los grupos las puedan desechar con completa libertad. La responsabilidad de dirigir estas entidades debe recaer únicamente sobre quienes las sostienen económicamente. En cuanto a los clubes, normalmente se prefieren directores que sean miembros de AA. Pero los hospitales, así como los centros de recuperación, deben operar totalmente al margen de AA - y bajo supervisión médica. Un grupo de AA puede cooperar con cualquiera, pero nunca debe vincularse con nadie.

7. Los grupos de AA deben mantenerse completamente con las contribuciones voluntarias de sus miembros. Nos parece conveniente que cada grupo alcance este ideal lo antes posible; creemos que cualquier solicitud pública de fondos que emplee el nombre de AA es muy peligrosa; que el aceptar grandes donaciones de cualquier fuente, o contribuciones que supongan cualquier obligación, no es prudente. Además, nos causa mucha preocupación aquellas tesorerías de AA que siguen acumulando dinero además de una reserva prudente, sin tener para ello un determinado propósito AA. A menudo, la experiencia nos ha advertido que nada hay que tenga más poder para destruir nuestra herencia espiritual que las disputas vanas sobre la propiedad, el dinero, y la autoridad.

8. Alcohólicos Anónimos debe siempre mantenerse no profesional. Definimos el profesionalismo como la ocupación de aconsejar a los alcohólicos a cambio de una remuneración económica. No obstante, podemos emplear a los alcohólicos para realizar aquellos trabajos para cuyo desempeño tendríamos, de otra manera, que contratar a gente no alcohólica. Estos servicios especiales pueden ser bien recompensados. Pero nunca se debe pagar por nuestro trabajo de Paso Doce personal.

9. Cada grupo de AA debe tener el mínimo posible de organización. La dirección rotativa es normalmente lo mejor. El grupo pequeño puede elegir a su secretario; el grupo grande, a su comité rotativo; y los grupos de una extensa área metropolitana, a su comité central, que a menudo emplea un secretario asalariado de plena dedicación. Los custodios de la Fundación Alcohólica constituyen efectivamente nuestro comité de servicios generales. Son los guardianes de nuestra Tradición de AA y los depositarios de las contribuciones voluntarias de AA, por medio de las cuales mantienen nuestra sede principal de AA y nuestro secretario general en Nueva York. Están autorizados por los grupos a hacerse cargo de nuestras relaciones públicas a nivel global y aseguran la integridad de nuestra principal publicación, el AA Grapevine. Todos estos representantes debe guiarse por el espíritu de servicio, porque los verdaderos líderes en AA son solamente los fieles y experimentados servidores de la Comunidad entera. Sus títulos no les confieren ninguna autoridad real. El respeto universal es la clave de su utilidad.

10. Ningún miembro o grupo de AA debe nunca, de una manera que pueda comprometer a AA, manifestar ninguna opinión sobre cuestiones polémicas ajenas - especialmente aquellas que tienen que ver con la política, la reforma alcohólica, o la religión. Los grupos de Alcohólicos Anónimos no se oponen a nadie. Con respecto a estos asunto, no pueden expresar opinión alguna.

11. Nuestras relaciones con el mundo exterior deben caracterizarse por la modestia y el anonimato. Opinamos que AA debe evitar la propaganda sensacionalista. Nuestras relaciones públicas deben guiarse por el principio de atracción y no por la promoción. No tenemos necesidad de alabarnos a nosotros mismos. Nos parece mejor dejar que nuestros amigos nos recomienden.

12. Finalmente, nosotros los Alcohólicos Anónimos creemos que el principio de anonimato tiene una inmensa significación espiritual. Nos recuerda que debemos anteponer los principios a las personalidades; que debemos practicar una modestia verdaderamente humilde. Todo esto a fin de que las bendiciones que conocemos nunca nos estropeen; que vivamos siempre en contemplación agradecida de El que preside sobre todos nosotros.

Aunque estos principios han sido expresados en un tono algo categórico, no son sino sugerencias para nuestro futuro. Nosotros los Alcohólicos Anónimos nunca hemos reaccionado entusiásticamente a ninguna pretensión de autoridad personal. Tal vez es bueno para AA que esto sea así. Por lo tanto, no ofrezco estas sugerencias como el dictado de un solo hombre, ni como ningún tipo de credo, sino como una primera tentativa de describir ese ideal colectivo, hacia el cual hemos sido guiados ciertamente por un Poder Superior durante estos últimos diez años.

P.D. Para fomentar la libre discusión, me gustaría tratar más ampliamente estos Doce Puntos de nuestra Tradición en futuros artículos del Grapevine.

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