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Novena Tradición

Agosto de 1948

l mínimo posible de organización, éste es nuestro ideal universal. Sin honorarios ni cuotas, sin reglas impuestas a nadie, un alcohólico que lleva la recuperación al otro: ésta es la esencia de lo que más deseamos, ¿verdad?

Pero, ¿cómo podemos convertir, y con la mayor eficacia, este ideal en realidad? Esta es una pregunta que se oye con frecuencia.

Por ejemplo, entre los AA existen los partidarios de la simplicidad. Horrorizados ante cualquier cosa organizada, nos dicen que AA se está complicando demasiado. Creen que el dinero sólo sirve para crearnos dificultades, los comités sólo sirven para provocar disensiones, las elecciones para incitar polémicas, que los trabajadores a sueldo sólo pueden ser profesionales, y que la única función de los clubs es la de mimar a aquellos que recaen. Volvamos, nos dicen, a tomarnos nuestro café y pan dulce al amor de la lumbre. Si por casualidad algunos alcohólicos se tropiezan con nosotros, podemos cuidarlos y con esto basta. La solución está en la simplicidad.

Oponiéndose completamente a tal simplicidad alciónica están los promotores de AA. Si nadie les impidiera hacerlo, se pondrían a "tirar salvas y tocar la trompeta" en todas las encrucijadas del mundo. Millones de dólares para gastar en los borrachos, maravillosos hospitales de AA, regimientos de organizadores asalariados, y peritos en la propaganda equipados con el más moderno aparato publicitario: éste seria el sueño de nuestros promotores. "¡Sí, señor," pregonarían, "nuestro plan bienal prevé un millón de miembros para 1950!"

Yo personalmente, me siento encantado de poder contar entre nuestros miembros tanto a los conservadores como a los entusiastas. Ambos nos enseñan mucho. El conservador sin duda asegurará que el movimiento de AA nunca llegue a estar demasiado organizado. Pero el promotor seguirá recordándonos la tremenda obligación que tenemos hacia el principiante y para con aquellos centenares de miles de alcohólicos en todas partes del mundo que todavía no han oído el mensaje de AA.

Por supuesto, vamos a seguir el seguro y moderado camino centrista. AA siempre se ha opuesto violentamente a toda idea de una organización general. No obstante, paradójicamente, siempre hemos insistido firmemente en organizar algunos servicios especiales; principalmente aquellos que son absolutamente necesarios para llevar a cabo cada vez más y mejor trabajo de Piso Doce.

Por ejemplo, si un grupo de AA elige una secretaria o un comité rotativo, si un área crea un comité de intergrupo, si establecemos una fundación, una oficina general o un Grapevine, entonces estamos organizados para el servicio. El libro y los folletos de AA, nuestras salas de reunión y nuestros clubs, nuestras cenas y asambleas regionales - éstos también son servicios. Tampoco podemos establecer buenas conexiones con los hospitales, apadrinar apropiadamente a nuevos candidatos, o esperar gozar de buenas relaciones públicas, trabajando a la buena de Dios. Hay que nombrar a gente que se ocupe de estos asuntos y, a veces, hay que pagarles un sueldo. Es necesario que alguien se ocupe de prestar nuestros servicios especiales.

No obstante, ninguno de estos servicios especiales ha entrañado nunca la organización o la profesionalización de nuestra actividad espiritual o social, la que constituye la inmensa corriente de AA. Sin embargo, han contribuido enormemente a nuestro programa de recuperación. Aunque son importantes, en comparación con nuestro esfuerzo principal, estas actividades de servicio son muy pequeñas.

A medida que vamos reconociendo estos hechos y haciendo estas distinciones cada vez con más claridad, nos será más fácil deshacernos de nuestros temores de perniciosa organización y riqueza peligrosa. Como movimiento, permaneceremos cómodamente pobres, porque nuestros gastos de servicio son insignificantes.

Con tal seguridad, no cabe duda de que seguiremos mejorando y extendiendo estos conductos vitales que son nuestros servicios especiales; para llevar nuestro mensaje de AA a otros con mayor eficacia; para crearnos una Sociedad cada vez más noble y fructífera, y, Dios mediante, para asegurar que Alcohólicos Anónimos tenga una vida larga y una perfecta unidad.

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