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Sexta Tradición

Mayo de 1948

1 sexto de nuestros Doce Puntos de la Tradición de AA se considera de tan alta importancia que enuncia con todo detalle la relación del movimiento de AA con el dinero y la propiedad.

En esencia, esta Tradición dice que la acumulación de dinero, propiedad y la indeseable autoridad personal a menudo generada por la riqueza material constituyen un conjunto de riesgos contra los cuales AA debe siempre protegerse.

Además, la Sexta Tradición recomienda enérgicamente a los grupos que nunca se mezclen en empresas comerciales, ni presten el nombre de AA ni concedan crédito económico a ninguna empresa ajena, por muy digna que sea. En esta Tradición queda expresada la firme opinión de que ni siquiera los clubs deberían llevar el nombre de AA, y que deben constituirse en sociedades separadas y ser dirigidos por aquellos miembros de AA que desean o necesitan los clubs lo suficiente como para mantenerlos económicamente.

Así que quisiéramos separar lo espiritual de lo material, limitar nuestro movimiento a su único objetivo, y asegurar que (a pesar de lo acomodados que lleguemos a ser como individuos) AA siempre permanezca pobre. Queremos evitar las distracciones que puede entraras la riqueza corporativa. Aros de experiencia han demostrado el indudable valor de estos principios. Se han convertido en certezas, verdades absolutas para nosotros.

Gracias a Dios, nosotros los AA nunca nos hemos visto enredados en las disputas religiosas o políticas que siembran tantas enemistades en el mundo de hoy. Pero debemos reconocer el hecho de que nos hemos peleado violentamente, entre nosotros mismos, por asuntos de dinero, propiedad y su administración. El dinero, en cantidades considerables, siempre ha tenido una influencia funesta en la vida del grupo. Si un donante bien intencionado le regala una suma sustancial a un grupo de AA, tardamos poco tiempo en desbocarnos totalmente. Ni tampoco va a calmarse la tempestad hasta que el grupo no se deshaga del dinero de una u otra manera. Esta experiencia es casi universal. "Pero," nos dicen nuestros amigos," ¿no es ésta una confesión de debilidad? Otras organizaciones pueden hacer buen uso de dinero." ¿Por qué no podemos nosotros?

Naturalmente, nosotros los AA no vacilaríamos en reconocer que multitud de buenas empresas, valiéndose de mucho dinero, realizan cantidad de buenas obras. Pasa estas empresas, el dinero normalmente tiene una importancia primordial; es su misma sangre. Pero el dinero no es la sangre vital de AA. Pasa nosotros, tiene una importancia muy indirecta. Incluso en pequeñas cantidades, apenas si es más que una molestia necesaria, algo de lo que nos gustaría poder prescindir completamente. ¿Por qué es así?

Nos resulta bastante fácil explicarlo: no necesitamos el dinero. Lo esencial de nuestro método AA es el intercambio personal de un alcohólico con otro, ya sea que se encuentren sentados en la calle, en un hogar o en una reunión. Lo que cuenta es el mensaje, no el lugar; las palabras, no las limosnas. Así hacemos nuestro trabajo. AA no necesita más que un lugar donde podemos reunirnos y hablas. Aparte de esto, algunas pequeñas oficinas, unos cuantos secretarios, un módico sueldo anual - gastos que se cubren fácilmente con las contribuciones voluntarias. Nuestros gastos son poco elevados.

Hoy día, los grupos de AA responden a sus bien intencionados amigos diciendo, "Nuestros gastos son muy pequeños. Podemos ganas lo suficiente para sufragarlos. Visto que no necesitamos dinero, ni lo queremos, ¿por qué correr los riesgos de tenerlo? Preferimos permanecer pobres. Gracias, no obstante."

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