La puerta de entrada
a Los Andes
El Cajón de
Ibáñez, a 92 kilómetros de Parral, es el lugar que marca la frontera
entre la precordillera y las altas cumbres de nuestra cordillera. Es
también el lugar al que los lugareños acuden en busca de salud desde
tiempos inmemoriales, ya que las propiedades de sus aguas termales
tienen innumerables beneficios.
A sólo
22 kilómetros del poblado de La Balsa, en una sola jornada podemos
encontrarnos con este maravilloso SPA natural, que continúa
utilizándose como veranada para el ganado vacuno y equino de la
zona.
Es por eso que no es extraño encontrar allí quien nos cuente alguna
de las muchas leyendas tejidas entre estos cerros, que hablan de
minas escondidas, apariciones y extraordinarias proezas de quienes
fueron sus primeros visitantes.
La ruta comienza hasta empinarse por sobre los mil metros de
altitud, entre bosques de avellanos y robles, para llegar al río
Matadero, el que se bordea pasando por lugares como: Casa de piedra, Quebrada Frutillar, piedra de La Pizarra,
quebrada los Temos y finalmente La Rosilla y el Cajón de Ibáñez. En
total son 22 kilómetros de caminata a través de un sendero que
permite acampar en completa soledad prácticamente en cualquier sitio a orillas del
camino.
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