El Arca del Pacto

Historia del descubrimiento de Ron Wyatt

 

Compilado de las cartas investigativas trimestrales del Instituto de Investigación Arqueológica Wyatt

escrito por la Sra. Mary Nell Wyatt

Existen hoy en día muchas afirmaciones acerca del descubrimiento de arca del Pacto. El propósito de este folleto es darle la oportunidad al lector de escuchar la historia de Ron Wyatt. También contiene información sobre la historia bíblica del Arca y sobre lo que Ron cree significa el descubrimiento de la misma. A esta fecha (otoño, 1995) no se le ha permitido proveer evidencia concluyente. Por lo tanto, sólo pedimos al lector considerar cuidadosamente todo lo que va a leer y esperar hasta que la evidencia sea hecha pública. La documentación en video acerca de este asunto NO se encuentra disponible aún y no lo será sino hasta el tiempo en el que el Arca sea hecha pública. El único video que WAR (Wyatt Archaeological Research “Investigación Arqueológica Wyatt”) tiene disponible en este aspecto, es el segmento incuído en nuestro video “Presentación de Descubrimientos”.

En la conversación de Ron en este video, menciona pruebas sanguineas que fueron hechas en muestras tomadas del Arca, que por los momentos no pueden ser reveladas., Hemos hecho provisión para que cuando llegue el tiempo apropiado, especialistas en genética independientes tomen sus propias muestras y realicen sus propias pruebas, las cuales serán todas documentadas.

Este folleto y el segmento en el video mencionado, contienen toda la información que podemos revelar hasta ahora.

De nuevo le pedimos que por favor reserve sus conclusiones hasta el tiempo señalado, en el que podrá ver la evidencia definitiva por sí mismo. Creemos firmemente que ese tiempo pronto llegará, aunque no podemos decir cuando.

ARCA DEL PACTO

LA HISTORIA DE LA EXCAVACION Y EL DESCUBRIMIENTO

Por Mary Nell Wyatt

Cada vez más escuchamos acerca de nuevos libros e historias que nos hablan sobre la localización del Arca del Pacto, algunas basadas en teorías y otras basadas en afirmaciones de avistamientos. Ron Wyatt también afirma que encontró el Arca en 1982. pero ¿cómo saber a quién creer? Hasta que no pueda verse evidencia sólida, nadie puede estar seguro de quién está diciendo la verdad. En febrero de 1988, cuando Ron habló por primera vez públicamente de su descubrimiento, concluyó su charla solicitando al público que “sólo observara y esperara”. El tiempo se acerca en el que usted ya no tendrá sólo que asombrarse o creer en el testimonio de alguien sólo porque parezca que es una persona honesta. Los más maravillosos y solemnes eventos de la historia de la humanidad pronto tendrán lugar, eventos sobre los cuales muchos han teorizado, pero que ciertamente van mucho más allá de las más salvajes imaginaciones o teorías.

Estos eventos que ya han comenzado a ocurrir, nos han llevado a creer que estamos muy cerca del tiempo en el que el Arca del Pacto será dada a conocer al mundo. Cúan cerca estamos; no lo sé, pero tenemos razones para pensar que que es muy pronto. Por tal motivo, hemos decidido que es el momento adecuado para dar a conocer los detalles de la excavación de Ron, la cual resultó en el descubrimiento del Arca.

La historia comienza.

En 1978, Ron y sus hijos (Danny y Ronny) hicieron dos viajes a Israel, específicamente a la costa oeste del Golfo de Aqaba, a fin de bucear en busca de partes de carretas en el Mar Rojo. Esto fue durante el tiempo en que Israel ocupaba la península del Sinaí, en el lugar en el que Ron creía que era el sitio de cruce de los israelitas. Este sitio sólo puede alcanzarse viajando desde Israel en dirección a Egipto. Durante su segundo viaje, Ron aprendió una dolorosa lección. Nadó por horas explorando el lecho marino, a una profundidad de alrededor de 30 pies, pensando que el agua filtraría los dañinos rayos solares. Por supuesto que este no fue el caso, y como resultado sus piernas y pies sufrieron dolorosas quemaduras, hasta el punto que ya no podía colocarse sus chapaletas. Inhabilitado para bucear y sin ningún motel en el área, él y los chicos no tuvieron otra opción que retornar a Jerusalem para esperar el vuelo que los llevaría de Tel Aviv a los Estados Unidos.

Cuando las heridas en las piernas y pies de Ron mejoraron un poco, decidío salir a observar el área inmediata alrededor del hotel, cerca de la Puerta de Damasco. Caminando a lo largo de un antiguo camino empedrado, conocido por algunos como “El Escarpado del Calvario”, Ron comenzó a conversar con una autoridad local acerca de antigüedades romanas. En cierto punto se detuvieron, y de repente, la mano izquierda de Ron apuntó a un sitio usado como depósito de basura mientras decía: “Esa es la Gruta de Jeremías y allí está el Arca del Pacto”. Aunque estas palabras habían salido de su propia boca y su propio dedo era el que apuntaba, él no había hecho ni dicho esto conscientemente. De hecho, era la primera vez en su vida que se le ocurría excavar en busca del Arca. El hombre que le acompañaba también reaccionó de manera inusual, fuera de su forma de ser. Dijo: “¡Eso es maravilloso! queremos que excave... le otorgaremos los permisos, le daremos alojamiento e incluso le proveeremos de alimento”.

Ron no sabía que pensar. El sabía que se trataba de una experiencia sobrenatural, pero ¿venía de Dios, o de alguien más? A la fecha, Ron había hecho descubrimientos mayores en Turquía y había encontrado numerosas partes de carreta en el Mar Rojo, pero nunca había tenido una experiencia como ésta. Era como un rayo caído de la nada en un día soleado. Ron tuvo que declinar la oferta de aquél hombre, por lo menos hasta dilucidar si existía alguna razón de peso para pensar que el Arca podría encontrarse en ese sitio. Así, él y los chicos volvieron a casa como lo habían planeado. Ya allí, Ron comenzó una investigación seria.

¿Porqué habría de estar el Arca en ese sitio?

Buscando en la Biblia, Ron encontró que la última mención de la localización del Arca se encuentra en 2 Crónicas 35:1 “Josías celebró la Pascua en honor de Yavé en Jerusalen, y se inmoló la pascua el día catorce del primer mes... 3: dijo a los levitas que enseñaban a Israel y estaban consagrados a Yavé: “COLOCAD EL ARCA SANTA EN LA CASA QUE EDIFICÓ SALOMÓN, HIJO DE DAVID, REY DE ISRAEL, ya no tenéis que trasladarla en hombros. Servid ahora a Yavé, vuestro Dios, y a su pueblo, Israel. 19: Fue en el año dieciocho del reinado de Josías cuando se celebró esta Pascua.

Esto fue alrededor del año 621 AC, sólo 35 años antes de la destrucción de Jerusalem y el templo por Nabucodonosor, cuando Judá entró en la segunda fase de su cautiverio babilónico. ¿Qué le decía esto a Ron? que el Arca desapareció del registro divino en algún momento entre el año 621 AC y el 586 AC. Como el templo fue completamente destruído, no hay duda de que ella no estuvo allí después de ese tiempo. Mientras Ron continuaba estudiando, notó algó que le pareció extraño: en 2 de Reyes 24:13, 25:13-18 y en Jeremías 52:17-23, se da una descripción detallada de los objetos que fueron llevados a Babilonia sacados de “La casa del rey” y la “casa del señor”. Allí se mencionan objetos tan pequeños como cucharillas, etc., pero curiosamente, no se menciona el Arca. Tampoco es mencionada en la lista de cosas traídas de vuelta desde Babilonia en Esdras 1:7-1:11. Como se nos dice en Jeremías 28:3 que cada cosa llevada a Babilonia de “la casa del señor” sería devuelta, y como el Arca no se encontraba entre los objetos devueltos, podemos deducir que esta nunca fue llevada allí. Shisak y Senaquerib también tomaron objetos de “La casa del señor”, que no incuían el Arca.

Entonces ¿qué sucedió con ella? en 2 Reyes 25:1 hablando acerca del acecho babilónico a Jerusalén, se nos dice que el ejercito babilónico “se lanzó contra ellos” y “construyó fuertes alrededor de ellos” lo que significa que sitiaron la ciudad. También este versículo nos dice que el sitiado duró más de un año antes de que la ciudad fuera tomada. Fue en este versículo que Ron encontró la evidencia que le indicó que el Arca podría estar en el sitio que él apuntó. Por supuesto, esta no era una prueba concluyente para Ron, sólo significaba que existía una posibilidad. Pero, ¿qué tenía que ver este “sitiado” con el Arca?

La “pared de sitio”

Las “paredes de sitio” eran construídas por los ejércitos atacantes afuera de los muros de la ciudad bajo ataque, a una distancia fuera del radio de alcance de las armas usadas para defender la ciudad. ¿Cuáles eran las armas utilizadas para ésta época? 2 Crónicas 26:14 “Ozías proveyó a todo el ejército de escudos, lanzas, cascos, corazas, arcos y hondas 15: Construyó en Jerusalén MAQUINAS INVENTADAS POR UN INGENIERO, destinadas a las torres y a los ángulos PARA LANZAR FLECHAS Y GRUESAS PIEDRAS” Ozías, del cual se habla en este versículo, fue rey alrededor de 100 años ANTES de la destrucción de Jerusalén. Como podemos ver, contaban con “máquinas” en las “torres” y “arcos” que disparaban “flechas” y “gruesas piedras”. Las catapultas eran capaces de alcanzar más de 1000 pies, por lo tanto, Ron razonó que la pared de sitio debía estar posicionada fuera del rango de estas armas masivas, y por ende, mucho más allá de los muros de la ciudad y el sitio que él había señalado.

Ron concluyó que:

1.- El Arca debió ser escondida entre el año 18 del reinado de Josías (cuando se nos dice que la llevó al templo de Salomón) y 35 años después, cuando el templo fue destruído.

2.- NO fue llevada a Babilonia, basado en la información de la escritura que describe lo que fue llevado a Babilonia y lo que fue traído.

3.- Es más probable que hubiese sido escondida antes de la destrucción del templo, cuando Jerusalén fue rodeada por el sitiado babilónico y...

4.- Fue escondida en algún lugar entre los confines del muro de la ciudad de Jerusalén y la “pared de sitio” babilónica. La ciudad entera y el templo fue destruída en el año 586 AC por los babilonios, por lo que el Arca sólo pudo haber escapado de la destrucción o el cautiverio al NO ENCONTRARSE en ningún lugar de la ciudad.

El sitio que Ron había apuntado estaba, según creía, fuera del antiguo muro de la ciudad y entre el sitiado babilónico. Era una suposición basada en el estudio, pero sólo una suposición aún. Sin embargo, existía suficiente evidencia para tomar la desición de comenzar la excavación.

Los libros Apócrifos.

Antes de continuar, es importante señalar que existen 2 referencias en fuentes no bíblicas que son muy interesantes. En el libro apócrifo de 2 Macabeos, leemos en el capítlo 2, versículo 1: “Se halla en antiguos documentos que el profeta Jeremías... 4: por revelación divina, mandó que le siguiesen con el tabernáculo y el Arca, y salió hasta el monte donde había subido Moisés para ver desde allí la heredad de Dios. 5: llegado a él, Jeremías halló una gruta a modo de estancia, en la cual introdujo el tabernáculo, el Arca y el altar de los perfumes, murando enseguida la entrada. 6: Algunos de los que le acompañaban vinieron luego para poner señales en el camino, a fin de poder hallarlo después. 7: Mas así que Jeremías lo supo, los reprendió, diciéndoles: Este lugar quedará desconocido hasta que Dios vuelva a congregar a su pueblo y tenga de él misericordia. 8: Entonces dará a conocer el paradero de estas cosas, aparecerá su gloria, y así mismo la nube, como se manifestó al tiempo de Moisés y cuando Salomón pidió que el templo fuese gloriosamente santificado”. El escritor, en esta carta “a los hermanos judíos que moran en Egipto, los hermanos judíos de Jerusalén y de Judea”, explica de dónde obtuvo esta información: “Esto mismo se refiere en los escritos y memorias de Nehemías, y se dice además, que había reunido una biblioteca y puesto en ella los libros de los reyes, los de los profetas y los de David y las cartas de los reyes sobre las ofrendas. Así también Judas reunió todos los libros dispersos por la guerra que hubimos de sufrir, que ahoran se hallan en nuestro poder. Si, pues, tuviereis de ellos necesidad, mandadnos quienes os los lleven”.

Vale la pena destacar que la cita de 2 Macabeos arriba, pudo haber sido distorsionada a través de los años y haber dicho originalmente que el Arca fue escondida NO en la montaña en la que Moisés vio la heredad de Dios (Monte Nebo, Deuteronomio 32:49), sino más bien EN la montaña que Moisés VIO cuando observó la tierra prometida. Desde Nebo, él habría sido capaz de ver Jerusalén a causa de la altitud.

En el libro seudográfico llamado “Paralipómenos de Jeremías” (que significa “las palabras recordadas de Jeremías”) también está escrito que Jeremías, en obediencia al mandato de Dios, escondió los objetos sagrados del templo justo antes de la destrucción de Jerusalén. Por supuesto, estamos conscientes de que estos libros no pueden ser tomados como fuentes completamente confiables, sin embargo podemos notar que muestran una fuerte tradición de que Jeremías escondió el Arca y otros objetos del templo. ¿Hay algo de verdad en ellos? tal vez; ya que Jeremías FUE el profeta en Jerusalén durante el tiempo de Josías (cuando el Arca fue traída de vuelta al templo) y hasta el tiempo de la destrucción de Jerusalén. Es lógico pensar que es posible que Dios lo usara para esconder el Arca y otros objetos sagrados. También Jeremías escribió en Jeremías 3:16 “Y sucederá que, cuando os multipliquéis y fructifiquéis sobre la tierra, en aquellos días, oráculo de Yavé, no dirán ya: ¡Ah, el Arca de la Alianza de Yavé! No se acordarán ya de ella, se les irá de la memoria, ni la echarán de menos ni harán otra”. La implicación aquí, es que al tiempo en que fue escrito este pasaje (durante el reinado de Josías, versículo 6), ellos aún tenían el Arca en su poder. Este pasaje completo, que comienza con el versículo 6, es una exortación para que salgan de su apostasía, aunque su cautiverio ya había sido predicho por Isaías. Por lo tanto ¿podría este versículo acerca del Arca del Pacto, ser una profecía de que ya NO la tendrían cuando regresaran de su cautiverio? Sólo 2 versículos más tarde, él escribe: Jeremías 3:18 “EN AQUELLOS DÍAS vendrán juntamente la casa de Judá y la casa de Israel, JUNTOS VENDRAN DE LA TIERRA DEL SEPTENTRION a la tierra que di en heredad a vuestros padres”. La “tierra del septentrión” era Babilonia, donde ellos pronto pasarían 70 años en cautividad. Si esta interpretación es correcta, indica que Jeremías TENIA CONOCIMIENTO de que ellos no poseerían más el Arca a su regreso de Babilonia. Pero también es importante resaltar que él CLARAMENTE indicó que “ni la echarán de menos NI HARAN OTRA”, lo cual prueba que no existe promesa alguna de que algún día sería reinstaurada. De hecho, en Ezequiel, cuando él da instrucciones para el templo, NO da instrucciones que incluyan el Arca. Ni siquiera la menciona.

Jerusalén fue rodeada por el sitiado babilónico durante el tiempo en el que pareciera que el Arca desapareció, por lo tanto Ron pensó que quizás fue posible que alguien la haya llevado a algún lugar DENTRO de la “pared de sitio” babilónica y no ser detectada. Las citas apócrifas que hemos leído arriba concuerdan con la época, pero no lo sabemos a ciencia cierta, y repetimos: estos libros no son inspirados, por lo que no podemos tomarlos como fuentes cien por ciento confiables.

La localización del sitio

Jerusalén está situada en dos colinas tradicionalmente conocidas como “Monte Moriah” y “Monte Sión”. Moriah está situada a la derecha, mientras que Sión está situada a la izquierda (aunque la Biblia se refiere a la ciudad entera como “Sión”). Al extremo derecho puede verse el comienzo del Monte de los Olivos. Moriah sólo se menciona dos veces en la Biblia, primero, como el lugar al que a Abraham se le dijo que llevara a Isaac y lo ofreciera en sacrificio; y segundo, como el lugar donde el templo fue construído. En Génesis 22:2 se lee: “Y le dijo Dios: Anda, coge a tu hijo, a tu unigénito, a quien tanto amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécemelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te indicaré”. En 2 Crónicas 3:1: Comenzó, pues, Salomón a edificar la casa en Jerusalén, en el monte Moriah, que había sido mostrado a David, su padre, en el lugar que David había dispuesto en la era de Ornán, Jebuseo”.

La cantera que contiene el sitio que Ron iba a excavar, es parte de la extensión más norte del monte Moriah. En los lados este, sur y oeste de Jerusalén hay valles muy profundos que protegían a la ciudad de invasores extranjeros, pero en este lado norte ellos eran vulnerables. Por tal motivo, fue excavado un “pozo seco” o trinchera afuera del Monte Moriah, en el lado norte, para prevenir que cualquier enemigo fuese capaz de llegar y atacar los muros a través de esta cima. Entonces, en algún momento de la antiguedad, la porción más norte del monte Moriah, ahora separada de la ciudad, fue una cantera de piedra. Comenzando en el borde sur de esta ahora separada parte del Moriah, en el lado oeste, las piedras fueron sacadas de la montaña, rebajando el nivel del piso hasta formar la trinchera que se extiende justo afuera del muro norte.

El sitio al que Ron apuntó estaba a lo largo de la gruta (el escarpado) del monte Moriah. Este “acantilado” es conocido por algunos como el “Escarpado del Calvario”, porque allí se encuentra la “Cara de la Calavera” que muchos piensan era el “Gólgota” o “Calvario” en el que Cristo fue crucificado. Allí también se encuentran los sitios conocidos tradicionalmente como “La Gruta de Jeremías”, “La Tumba del Jardín” (donde muchos piensan que Cristo fue sepultado) y “San Etienne”, que contiene un largo complejo de tumbas judías fechadas en los períodos del primer y segundo templos, cortadas al lado de la montaña. El escarpado tiene varios cientos de pies de largo, y Ron pensaba que esta era el área general de la crucifixión. La Tumba del Jardín, también creía, era aquella de José de Arimatea que una vez albergó el cuerpo de Cristo. Pero ninguna de estas cosas se relacionaban a este proyecto. El estaba buscando el Arca del Pacto.

Comienza la excavación

Fue en enero de 1979 cuando Ron y los chicos regresaron. Había nieve en el piso. Ahora tenía que decidir cómo y dónde empezar. El sitio al que había apuntado era usado como depósito de basura y la verdad, parecía poco prometedor a la vista. Estaba ubicado a lo largo del escarpado, donde el piso se une con el acantilado. Ron investigó el área adyacente al acantilado y notó que el piso se encontraba a un nivel mucho más alto hoy en día, lo que significaba que el piso de roca estaba a muchos pies debajo del suelo actual. Jerusalén fue destruída muchas veces en el pasado, y el método acostumbrado de reconstrucción en la antiguedad era sencillamente el de construir en el tope de la destrucción, es decir, sobre ella. Actualmente los escombros son removidos antes de volver a construir, pero no era así antes. Es por esto que los arqueólogos pueden encontrar evidencia de varias ciudades que han existido en un mismo sitio. Ellos simplemente excavan a través de cada nivel sucesivo, hasta que consiguen rocas que les indican que han alcanzado la primera ciudad en ser establecida en ese lugar.

El sitio que Ron iba a excavar tenía un nivel de piso muchos pies por encima de la cantera, al sur, antes del muro de la ciudad. Por lo tanto, él y los chicos no podían hacer nada sino empezar a excavar hacia abajo.

El sitio original al que él había apuntado en 1978, contenía un peñasco extremadamente grande que apenas sobresalía en la superficie. Ron decidió comenzar a excavar varias yardas a la derecha. Este sería un trabajo de proporciones gigantescas. Ellos, Ron, Danny y Ronny, removerían literalmente varias toneladas de piedras y escombros, teniendo que examinar cada uno de ellos cuidadosamente en busca de objetos. Este era un requerimiento del Departamento de Antigüedades que había de respetar cuidadosamente.

Su primer “descubrimiento”

De esta forma, cavaron hacia abajo a través de la cara del acantilado, formando una pared empinada con la tierra que removían. Casi inmediatamente, Ron encontró un nicho “tipo repisa”, cortado en la cara del acantilado. Cavando un poco más, descubrió que habían 3 de estos nichos cortados en la cara del acantilado, y uno más pequeño a la derecha. Luego de análizarlos cuidadosamente, quedó convencido de que fueron hechos con el propósito de colocar inscripciones que servían de “avisos” o noticias. Debido a su ubicación -en la vecindad de la “Cara de calavera”- y porque había 3 de ellos, Ron pensó que podrían tratarse de los lugares en el que se colocaban las leyendas de los crímenes de las víctimas de crucifixiones en tres lenguajes distintos.

Crucifixiones romanas

Ron estudió toda la información disponible sobre las crucifixiones romanas y descubrió que ellos utilizaban esta forma de castigo como un disuasivo. Una cita bien conocida de Quintiliano explica: “Cuando crucificamos criminales, se escogen vías muy transitadas para que todos puedan verlos y sean movidos a temor, porque otros castigos no permiten mucho para dar como ejemplo”. Las crucifixiones romanas consistían de 3 elementos básicos, todos perfectamente descritos en el registro de la crucifixión de Cristo: primero, los azotes; luego la carga del madero por los condenados hasta el sitio donde serían crucificados; y finalmente el clavado o amarre de los condenados al madero para adjuntarlo al poste principal que formaría la cruz.

Pero otro elemento también estaba envuelto. A fin de que se convirtiera en un disuasivo, el CRIMEN de la víctima tenía que ser expuesto a la vista de los transeúntes. Para este propósito, ellos usaban titulos, es decir, una tabla cubierta de gypsum escrita en letras negras. Esta también solía ser llevada por la víctima en su camino a ser crucificado y luego colocada sobre la cruz a la vista de todos. La concepción común acerca de la crucifixión de cristo, es que un simple aviso escrito por Pilato fue clavado en Su cruz sobre Su cabeza. Si esto hubiese sido así, a fin de que los transeúntes pudiesen leer los signos escritos en tres idiomas, estos debieron ser bastante grandes, muchísimo más grandes que un simple papel escrito a mano. Recientemente aprendimos mucho acerca de la visibilidad de los avisos en nuestro nuevo museo. Creamos anuncios que se veían realmente grandes para nosotros (letras de 6 y 8 pulgadas), pero cuando los colocamos en el edificio y caminabamos por la calle o nos movíamos por el estacionamiento, descubrimos que realmente eran difíciles de leer. Un aviso escrito por Pilato en un papel, clavado en la cruz, hubiese sido imposible de leer incluso para aquellos que se colocaran justo enfrente de la cruz. Sumando a eso el hecho de que en jerusalén eran comúnes tres idiomas distintos (el hebreo, el griego y el latín), se hace evidente que el escrito sobre la cabeza de Cristo tenía que ser mucho más grande de lo que comúnmente se cree.

“Jesús de Nazareth, Rey de los Judíos”

Cuando Ron leyó y releyó el registro bíblico acerca de este aviso en la crucifixión de Cristo, descubrió que aunque estaba traducido para ser leído como “EN la cruz”, el original griego seguramente debió haber sido traducido como “encima de la cruz” o “sobre la cruz”. Mateo 27:35 dice: “Así que le crucificaron,... 36: y sentados hacían la guardia allí. 37: Sobre su cabeza pusieron escrita su causa: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDIOS” Juan 19:17: “que, llevando su cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota, 18: donde le crucificaron, y con El a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. 19; Escribió Pilato un título y lo puso en la cruz; estaba escrito: Jesús Nazareno, Rey de los Judíos. 20: Muchos de los judíos leyeron este título, porque estaba cerca de la ciudad el sitio donde fue crucificado Jesús, y estaba escrito en hebreo, en latín y en griego.”

En esta cita de Juan se dice que el “título” fue puesto “en” la cruz. La palabra griega traducida aquí como “en” es “epi”. En Lucas, el versículo siguiente también habla sobre este mismo “título”, pero aquí la palabra “epi” se traduce como “sobre” : Lucas 23:38: “Había también SOBRE EL un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS”. Ciertamente, aquí no podría haber sido traducido para leerse “en”. Esta misma palabra “epi”, es también traducida en otros lugares como “encima”, por lo tanto, la escritura no afirma que el título fue clavado literalmente en la cruz. Lo único que afirma con certeza es que los títulos fueron colocados “sobre”, “adjuntos”, etc. a la cruz. Así que, con este entendimiento, y con la información acerca de las crucifixiones romanas y el título cubierto con gypsum escrito con letras negras que se sabe usaban los romanos, Ron sintió que sus conclusiones no tenían lugar a dudas. Poco sospechaba cómo más tarde estas serían increíblemente confirmadas.

Cuando Ron halló los nichos por primera vez, colocó tablas en ellos con propósitos demostrativos. Cavando más profundamente y mostrando que no existían más nichos debajo de éstos, colocó signos pintados en tres idiomas, los cuales fueron fotografiados. El concluyó que el nicho más pequeño servía para colocar la siempre presente águila romana. Pero nuevamente, este no era el propósito de su búsqueda, así que continuó excavando.

En peligro de colapso

Mientras continuaban cavando más hacia abajo, la cara del acantilado iba quedando a un lado, formando una sólida pared. Pero del otro lado, la pared de tierra comenzó a mostrar síntomas de inestabilidad y Ron temió que pronto colapsaría, pudiendo dejarlos enterrados en el hoyo. Entonces decidió que debían volver al sitio inicial de la cara del acantilado al cual él había apuntado. Le preocupaba la inmensa roca que había encontrado en su superficie, pero no tenía otra alternativa.

Regreso al sitio original

Ron justificó el comienzo de la excavación algunas yardas fuera del sitio original, porque éste se encontraba en la misma área general. Pero gracias al descubrimiento de los nichos, se sentía satisfecho de que no fue una pérdida de tiempo ni de esfuerzo. Sin embargo, aún tenía otro propósito para su excavación.

Al comenzar a excavar alrededor de la inmensa roca, extendiéndose del sitio original; descubrió que había suficiente espacio detrás de ella (entre la roca y la cara del acantilado) para comenzar su excavación. Al cavar hacia abajo, pronto descubrieron otro artículo de interés. Tallado sobre la cara del acantilado, se encontraba un agujero que se extendía hasta una sección de roca sobresaliente, que parecía servir para que una soga o algún objeto similar fuese sujetada en ella. El gran cuidado que obviamente había sido tomado para cincelar este objeto, indicaba que el mismo tenía un uso importante. Pero esto lo descubrirían más adelante.

El primer sitio que ellos comenzaron a excavar fue en donde la cara del acantilado se encontraba relativamente más vertical, como una pared. Aquí, la cara del acantilado se inclinaba al revés, formando un techo sobre el lugar en el que estaban excavando. Mientras excavaban hacia abajo, encontraron áreas abiertas debajo de la superficie que contenían un gran número de piezas de alfarería. Muchas de estas piezas se encontraban intactas.

Un depósito para guardar granos usado como cisterna

Alcanzaron rocas a 38 pies y medio bajo el nivel actual de la superficie. Removieron escombros cuidadosamente, hasta encontrarse en una cámara moldeada en la roca de aproximadamente 15 pies de diámetro, con escalones moldeados que llevaban hasta un pozo que descendían en espiral hasta el fondo. En algún momento había sido modificado e impearmibilizado para ser utilizado como cisterna. Cada una de estas explanadas explicarían la presencia del “hoyo para la cuerda” que se encontraba en la cara del acantilado. Esta era para una cuerda o soga que sostenía un cántaro, que era bajado al pozo para sacar granos o agua. Ron cinceló a través del “yeso” que rellenaba el pozo, y encontró un gran número de alfarería entre polvo y escombros, que fueron usados como relleno para formar la cisterna. Cuando envió estos potes a los especialistas en antigüedades para ser examinados, se le informó a Ron que algunos de ellos pertenecían a la época de los Jebusitas (antes que David tomara la ciudad). Otros databan del período romano, lo que nos indica que el depósito de granos fue impearmibilizado durante ése período. A pesar de lo emocionante de este descubrimiento, NO era lo que Ron estaba buscando.

Abriendo túneles a través de la cara del acantilado.

Mientras descendían a través de tierra y escombros, les fue posible identificar el nivel romano a causa de la alfarería y las monedas encontradas. Ron decidió que debía mantener claro que estos artículos no eran el objeto de su investigación. Cubrieron el pozo circular cuidadosamente para preservar cada cosa, y comenzaron a abrir túneles bajo el nivel del piso presente, a través de la cara del acantilado, en el nivel romano, hacia la dirección del primer sitio que habían comenzado a excavar. Ron buscaba una entrada a alguna caverna o túnel en la -ahora bajo tierra- cara del acantilado. Su siguiente descubrimiento fue tan extraordinario, que aún le brilla el rostro cuando se refiere a él.

El “Piso Pedregoso”

El depósito de granos/cisterna fue tallado en la roca sólida. Cuando Ron comenzo a abrir un túnel en dirección a los nichos tallados, encontró que el piso de piedra terminaba abruptamente a 3 ó 4 pies del borde del pozo. Cavando un hoyo de 3 pies hacia abajo, encontró un gran montón de piedras, que oscilaban entre medianas (como del tamaño de un puño) y grandes. Mientras hurgaba entre ellas, encontró varios huesos humanos, en particular algunos huesos de dedos. Ron se sorprendió cuando se dio cuenta de lo que esto representaba. Aunque es común encontrar todo tipo de rocas en una excavación, NO es común encontrarlas de ese tamaño particular, ni amontonadas de esa manera. Ciertamente no era una tumba, y los huesos desarticulados entre las piedras llevaron a Ron a una sola conclusión: se trataba, pensó, del “sitio del apedreamiento” de Hechos 6:57: “Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 58: Y ECHÁNDOLE (a Esteban) FUERA DE LA CIUDAD, LE APEDREARON”.

Un edificio del primer siglo

Cuando Ron se dio cuenta de lo que había encontrado, salió rápidamente del hoyo que había cavado para continuar junto a los chicos el túnel en dirección del primer sitio. Pronto encontraron los restos de una estructura sepultada. Este edificio fue construido de manera adyacente a la cara del acantilado. De hecho, parte de su pared posterior se extendía a lo largo de la cara actual del acantilado. Los fundamentos del edificio aún estaban en su lugar. Mientras Ron estudiaba las secciones mejor preservadas, descubrió una piedra cortada que se extendía horizontalmente desde la pared posterior. Su primera impresión fue de que se trataba de un altar, el cual mostraba poco desgaste en su tope.

Fue abajo y al frente de este “altar de piedra” que Ron notó una gran piedra muy inusual. Cuando examinó esta piedra cuidadosamente, notó que estaba cubierta de travertina. La travertina se forma cuando agua acidificada subterránea se cuela a través de piedra caliza preexistente y disuelve carbonato de calcio. Mientras esta agua contentiva de carbonato de calcio fluye a través de objetos y comienza a evaporarse o a perder su dioxido de carbono, piedra caliza disuelta es redepositada en la forma de estalactitas y estalagmitas. En este caso fue redepositada en la forma de una capa sobre la roca que podía ser vista claramente. Ron notó que esta roca era demasiado simétrica para ser una formación natural, por lo que decidió tomarla y llevarla consigo para examinarla más cuidadosamente. Al levantarla, descubrió que esta cubría un hoyo cuadrado cincelado en la roca.

¿El hoyo que sostuvo la cruz?

Como era de esperarse, había un gran montón de polvo y escombros por todas partes. Mientras él examinaba este hoyo y limpiaba el polvo a su alrededor, descubrió que había una gran grieta que salía de este y se extendía. Mientras removían más polvo y escombros, Ron descubrió en la roca una repisa a modo de plataforma, que sobresalía alrededor de 8 pies desde la pared en la cara del acantilado. El hoyo cuadrado estaba cincelado en esta “repisa”. No habían más hoyos en la repisa a modo de plataforma, así que comenzó a excavar en la tierra abarrotada en frente, a nivel de la “plataforma”. Más o menos a 4 pies, Ron llegó al nivel más bajo de la roca, donde descubrió 3 agujeros más tallados en la roca, en frente de esta “plataforma”. Sus medidas mostraron que la “plataforma” elevada, con el hoyo y la grieta, se encontraba justo a 14 pies directamente bajo los 3 nichos tallados que había descubierto en la cara del acantilado, en el ahora nivel superior. Su conclusión posterior, fue que los nichos tallados servían para colocar los datos de las víctimas de la crucifixión en los tres idiomas usados en Jerusalén, ahora apoyado en el hecho de que había encontrado más hoyos cuadrados, todos de un diámetro de alrededor de 12 ó 13 pulgadas, abiertos en la roca. Ron creyó sin lugar a dudas que estos hoyos sirvieron alguna vez para sostener cruces, y que el más elevado de ellos (en la repisa a modo de plataforma en la roca) ¡sostuvo la cruz de Cristo!

La estructura construida que permanecía intacta, mostraba que antiguamente un edificio cubría todo el lugar. Ron concluyó, basado en la evidencia que había encontrado, que una iglesia cristiana había sido construída justo en el sitio de la crucifixión de Cristo (la pared de piedra que se extendía a través de la cara del acantilado, directamente detrás del hoyo de la cruz, que se encontraba en la repisa a modo de plataforma en la roca). Este había sido el sitio en el que la “víctima” había sido crucificada, habiéndolo elevado varios pies sobre los que fueron crucificados junto a él. El “altar de piedra” estaba colocado en la pared de piedra, extendiéndose horizontalmente casi directamente sobre el hoyo elevado de la cruz y la grieta que salía de él.

La grieta en el hoyo de la cruz

La grieta que se extendía desde el hoyo de la cruz en la plataforma elevada, parecía haber sido causada por un terremoto, ya que no mostraba evidencia de haber sido tallada. Mientras removía los escombros del hoyo de la cruz, finalmente logró alcanzar el fondo del mismo y lo midió. Se extendía 23 pulgadas y medio hacia la piedra sólida, mientras que la grieta parecía ser mucho más profunda. En ese momento Ron no trató de medirla. No fue sino hasta un año después que descubrió que la grieta se extendía a más de 20 pies bajo la roca.

“Fechando” los restos del edificio

Durante el transcurso de la excavación Ron encontró monedas que le ayudaron a fechar el edificio. Encontró una moneda romana con el rostro del emperador Tiberio, que gobernó desde el 14 al 37 DC. Esta fue la moneda más antigua que encontraron. Las monedas más recientes databan aproximadamente del año 135 DC.

Esto es consistente con la historia conocida de Jerusalén, por lo tanto, fijó la fecha del edificio entre el tiempo de la crucifixión y el 135 DC, pero un estudio posterior reveló que seguramente fue después del año 70 DC. Antes de ese año (cuando la ciudad y el templo fueron destruídos por el General romano Tito), Jerusalén se encontraba aún bajo la legislación romana y los campos de crucifixión habrían permanecido en uso. Josefo cuenta cómo Tito, durante el sitiado de Jerusalén, crucificó hasta 500 personas en un sólo día (Guerras de los Judíos, Libro V, Capítulo XI, para. 1).

Después del 70 DC: No más crucifixiones en masa.

Pero después de la destrucción del año 70 DC, con la mayoría de los habitantes de Jerusalén siendo asesinados o vendidos como esclavos, la ciudad fue reducida a un campo romano. Se sabe que Vespasiano ofreció las propiedades de Jerusalén a la venta a los extranjeros, pero no existen registros de quiénes las compraron. Una guarnición de 800 romanos fue asignada para vigilar que la ciudad no fuese recontruída. Los romanos odiaban a los Judíos. Por lo tanto, durante el tiempo después del 70 DC, cuando Jerusalén era sólo un campo romano, con extranjeros ocasionales (no judíos) que vivían en el área, el uso de la crucifixión quedó virtualmente eliminado.

Aparentemente, los cristianos fueron tolerados por los romanos. Esta afirmación se corrobora por el hecho de que en el año 130 DC, cuando el emperador Adrián llegó a Jerusalén para reconstruirla como una ciudad romana llamada Aelia Capitolina, mostró favor hacia los cristianos, mientras prohibió a los judíos poner pie en la ciudad. Esta y otras cosas contribuyeron a una revuelta entre los judíos en Judea en el año 132 DC, que resultó finalmente en la muerte de por lo menos medio millón de judíos. Desde ésta época, Judea no se conoció más por este nombre, sino por el antiguo nombre de Palestina. La nueva ciudad romana Aelia Capitolina permaneció, aunque no prosperó. El hecho de que las monedas que Ron encontró en el antiguo edificio cesan alrededor del año 135 DC, indica que quien haya construído y usado esta antigua estructura, aparentemente la abandonó en esa época y dejó la región. El hecho de que las bases están aún intactas, indica que la estructura no sufrió destrucción de la mano de invasores, sino más bien que cayó en desuso y abandono. Eventualmente, a través del tiempo, esta fue cubierta por polvo y escombros. Sea cual sea el caso, la evidencia muestra que la estructura no fue molestada desde tiempos romanos.

Una piedra muy grande

Mientras ellos continuaban limpiando el área hacia afuera, desde la cara del acantilado, el trazado del edificio se hizo muy fácil. Una pared corría paralela a la cara del acantilado, a lo largo de la sección tope de la plataforma elevada en la roca. Dos paredes exteriores se extendían en ángulos de 90 grados desde el final de esta primera pared. Al comenzar a excavar en búsqueda de la última pared, consiguieron otra piedra tallada a mano. Era de un poco menos de 2 pies de ancha, y la porción que se extendía fuera del polvo y los escombros parecía como si fuese curva, como una especie de gran “tope de mesa” redondo. Limpiando un poco más a sus alrededores, Ron descubrió que era de gran tamaño, por lo que decidió no continuar cavando. Ron teorizó, que tal vez esta fue la piedra que selló la tumba de José de Arimatea, en la que Cristo fue sepultado. Si era correcta su conjetura de que esta era una iglesia cristiana primitiva, tal vez ellos habrían incorporado esta piedra al edificio. Ciertamente esta parecía ser más grande que otras piedras utilizadas para tal fin, según lo que él había estudiado o visto en su vida. La más grande que se había encontrado hasta la fecha, según su conocimiento, tenía 5 pies y medio de diámetro. ESTA piedra excedía grandemente ese tamaño. Por supuesto, no fue sino hasta varios años más tarde que Ron sabría sus verdaderas dimensiones, un poco más de 13 pies de diámetro, al medirla con un radar de interfase sub-superficial desde la superficie. Mateo 27:60: “...y lo depositó en su propio sepulcro, del todo nuevo, que había sido excavado en la peña, y corriendo UNA PIEDRA GRANDE a la puerta del sepulcro, se fue”

“Un nuevo sepulcro en el jardín”

En el mismo escarpado está la Tumba del Jardín, que fue descubierta en 1867 cuando el dueño del terreno excavaba una cisterna en su propiedad. Al igual que los sitios que Ron había excavado, esta tumba se encontraba debajo del nivel del piso, sepultada entre escombros de muchos, muchos años. Cuando el propietario descubrió la tumba, abandonó los planes de la cisterna. Cuando el General Gordon de Gran Bretaña visitó el área y se convenció de que la “Cara de Calavera” cerca del escarpado era el verdadero Gólgota, esta tumba se convirtió en la primera sospechosa de ser la tumba de Cristo. Consiguió una tremenda oposición de parte de los tradicionalistas que estaban seguros que el Santo Sepulcro dentro de la ciudad era el verdadero sitio, pero rápidamente encontró algunos adherentes. Cuando excavó por completo, mostró características que probaron que se remontaba al primer siglo DC, la época de Cristo. Pero el objeto que ahora nos concierne es la verdadera piedra/sello de esta tumba. Directamente en frente de la tumba hay un surco para una piedra rodante. El ancho de este surco es de apróx. 2 pies, el tamaño exacto de la piedra que Ron encontró enterrada.

Otra tumba del primer siglo (la época de Cristo), es la de la reina Elena de Adiabene. Esta también está ubicada en la misma vecindad general, más al norte; y el surco es exactamente del mismo tamaño que el de la Tumba del Jardín. No solo son identicos en tamaño los surcos para las piedras/sellos, sino que allí también está contenida al final una sección inclinada por la que era rodada la piedra hacia el surco, exactamente como en la Tumba del Jardín.

Casi dos años de excavación

Hasta ese momento, Ron y los chicos habían estado trabajando allí por casi dos años. Comenzaron en enero de 1979 y ya era finales de 1980. Por supuesto, ellos no trabajaban de continuo. Ron era (y lo es aun) un anestesiólogo con obligaciones en los hospitales para los cuales trabajaba. Debido a la naturaleza de su trabajo, le era posible ajustar su tiempo para volver numerosas veces al año, pero sólo les era posible permanecer algunas semanas por visita. Ron se estaba poniendo muy ansioso, habían hecho maravillosos descubrimientos y proveído detalles a las autoridades acerca de sus descubrimientos acompañados de los objetos que conseguían. Algunos les era permitido quedárselos por no ser de valor significativo.

Pero habían explorado ya toda la cara del acantilado subterránea, buscando alguna entrada a alguna caverna o túnel. Si el Arca se encontraba en este sitio, ciertamente estaría escondida en una cueva, según sus razonamientos. Finalmente, al continuar la búsqueda, Ron dijo a los chicos que tenía la corazonada que debían penetrar a través de la roca de la cara del acantilado. Ronny pensó que era una buena idea, pero Ron se resistió. Esa roca es extremadamente maciza y sabía que sería un trabajo difícil. Finalmente, cuando Danny dijo a su padre que él también pensaba que debían hacerlo, Ron se decidió. Era la única opción que quedaba.

Con martillos y cinseles comenzaron su trabajo. No pasó mucho hasta que rompiendo la roca, llegaron a un espacio abierto. Agrandando el hoyo, vieron detrás una cueva de apróx. 15 pies de alto y apróximadamente lo mismo de ancho. Arrastrándose, estuvieron finalmente dentro de la montaña conocida en la actualidad como “Monte Moriah”.

Dentro del sistema de cuevas

Por casi dos años habían cavado hacia abajo, encontrando objetos y descubriendo casi a diario emocionantes estructuras. Pero ahora se encontraban en una caverna estéril, que pronto descubrirían que se trataba de una pequeña parte de una gran colmena de cuevas naturales y túneles dentro de la montaña. Por casi un año exploraron esta área, sin encontrar evidencia alguna de presencia humana. Estos túneles naturales no estaban todos conectados entre sí, por lo que pasaron muchas horas cinselando a través de las paredes buscando túneles adyacentes, que eventualmente fueron encontrados. Pero no encontraron nada más.

Al terminar el año 1981, Ron y los chicos tomaron sus vacaciones de invierno para ir a Jerusalén a trabajar. Aunque allí hace mucho frío en invierno, el sistema de cavernas permanecía siempre a una temperatura confortable y constante tanto en verano como en invierno. Pero el trabajo comenzaba a cobrar su cuota en ellos, pues comenzaron a presentar síntomas de gripe y fiebre. El polvo que habían inhalado a través de los años en esos túneles confinados contribuyeron a que presentaran síntomas semejantes a una neumonía. Finalmente, en la víspera de Navidad, Ron tuvo que eviar a Ronny de vuelta a los Estados Unidos debido a su estado de salud. Danny tuvo que seguirle en la víspera de año nuevo. Ron también estaba bastante enfermo, pero este era un viaje muy especial.

“La Promesa”

Tal como expliqué en una edición anterior, Ron nunca había escuchado la voz de Dios de manera audible, él sólo ora acerca de lo que debe hacer y entonces a veces recibe “corazonadas”. Hasta ahora, había estado excavando por mucho tiempo, y se estaba comenzando a preguntar si estaría perdiendo su tiempo y habría malinterpretado lo que debía hacer. Entonces oró como siempre, pidiéndole a Dios que le indicara qué hacer antes de terminar este viaje de diciembre de 1981. Esta vez, aunque tampoco escuchó ninguna voz audible, llegó a su mente la promesa de que encontraría el Arca del Pacto en ese viaje. Ron creyó con todo su corazón que esta era una promesa verdadera, de Aquél que puede hacer una promesa como tal y mantenerla. Pero las cosas no podrían haber parecido peor; Danny y Ronny estaban ambos muy enfermos y Ron probablemente estaba igual, pero fue persistente (o testarudo), por lo que decidió permanecer trabajando. Solo, sin los chicos, necesitaba alguna ayuda.

Al excavar en años anteriores, Ron había contratado a algunos ciudadanos locales para que le ayudaran, mayormente en el trabajo de superficie, como remover escombros, etc. Cada vez que ellos reabrían la excavación y trabajaban, antes de volver a partir debían restaurar el área superficial tal como la habían encontrado, esta era una de las condiciones que se le habían impuesto para la investigación. Durante años habían removido toneladas de tierra y escombros, por lo que requirían asistencia local para poder colocar todo de nuevo en su lugar.

El había conocido a un joven local que había demostrado ser honesto y confiable, por lo que le pidió que le ayudara en la excavación actual, al no estar disponibles Ronny y Danny. Aquellos de ustedes que han leído nuestra narracíon de la excavación en la “Cueva de Machpelah”, ya conocen a este joven hombre árabe a quien llamamos “James” para proteger su identidad y la de su familia. Su familia es dueña de la tierra que contiene la cueva sepultural en Hebrón, que pensamos es la verdadera “Cueva de Machpelah”. Además de haberse ganado la confianza de Ron, “James” era pequeño y delgado, perfecto para deslizarse a través de los angostos túneles de la excavación. Así que fue a james a quien Ron contrató para asistirle cuando Ronny y Danny se fueron.

Explorando cada rincón y hendidura

Ron y los chicos habían explorado casi todos los túneles los años anteriores, pero siempre había más. El plan de Ron para este viaje era el de no dejar más posibilidades por explorar. El y James se deslizaron por todo el vasto sistema de túneles, ahora mucho más grande y extenso debido a los pasajes que habían abierto y las paredes que habían cinselado. Ron decidiría cada paso a seguir. Cada vez que encontraban una pequeña abertura, Ron la agrandaría lo suficiente para que James pudiese pasar a través de ella y examinar cuidadosamente el sitio, y reportarle a Ron todo lo que viera.

Siguieron un pasaje particularmente difícil que los llevó hasta una “chimenea” que se extendía hacia arriba y un túnel muy delgado que era tan pequeño, que Ron tenía que exhalar para poder deslizarse a través de él. Tuvo que parar para tomar un respiro y cuando inhaló, el túnel era tan estrecho que no pudo llenar sus pulmomes completamente de nuevo. Cuando lo atravesaron, Ron notó una pequeña abertura en la pared del túnel al que habían ingresado ahora. Directamente en frente de ella, había una estalactita de alrededor de 16 pulgadas de largo que casi parecía estar “guardando” el pequeño agujero. Ron derribó la estalactita (y terminó trayendola a casa, donde aun permanece). Escudriñando a través del pequeño hoyo, no pudo ver nada. Entonces, lo agrandó más para poder ver mejor. Todo lo que pudo ver con la ayuda de su lámpara fue una cámara completamente llena de rocas (todas más grandes que un puño), con un espacio de alrededor de 18 pulgadas entre ellas y el techo. No parecía nada prometedor, pero no dejaría nada sin explorar. Así que agrandó aún más el hoyo para que James pudiese entrar allí.

“¿Qué hay allí? ¿Qué hay allí?”

Casi tan pronto como James se deslizó a través de la pequeña abertura, salió de ella frenéticamente, muy agitado, gritando: “¿Qué hay allí? ¿Qué hay allí? ¡no regreso más allí!” Ron vio en sus ojos un completo terror. Sin embargo ¡James no había visto nada! Sea cual haya sido su experiencia en esa caverna, no sólo salió allí aterrorizado, sino que más nunca volvió al sistema de cavernas.

Fue precisamente esta reacción de James la que avivó la emoción de Ron. El no le habría dado otro vistazo a esa cámara si no hubiese sido por el terror de James. Ahora, solo en este vasto sistema de cuevas, tomó su martillo y su sincel para agrandar el hoyo y arrastrarse a través de él. Con sólo 18 pulgadas de espacio, tuvo que acostarse sobre su estómago unicamente con su lámpara en la mano para poder ver. Muy a la expectativa después de lo que había sucedido con James, miró su reloj. Eran las 2:00 pm del día miércoles 6 de enero de 1982. Dirigiendo su lámpara a través de la pila masiva de piedras, sus ojos captaron el pequeño resplandor de algo brillante. Ron comenzó a remover lentamente las piedras una a una, hasta descubrir pieles de animal secas y quebradizas que se volvieron polvo al moverlas. Estas pieles cubrían una mesa enchapada en oro con un moldeado sobresaliente alrededor de su borde, que consistía en un patrón alternado de una campana y una fruta granada. ¡Sólo le tomó un momento para darse cuenta que por lo mínimo este ERA un objeto del primer templo! pero se encontraba en un espacio tan confinado, que le fue imposible descubrir la mesa completamente. Más tarde concluyó, después de exámenes detallados, que se trataba de la Mesa de los Panes sin Levadura.

El descubrimiento de la grieta de terremoto en el techo.

Con la adrenalina fluyendo por sus venas y gran anticipación, echó un vistazo alrededor para ver qué más podría ver, lo cual no fue mucho. Apuntó su lámpara hacia el área abierta y luego hacia el techo. Allí notó algo que le llamó la atención. Era una grieta en el techo con una sustancia negra alrededor. Arrastrándose lenta y dolorosamente sobre las rocas hasta el fondo de la cámara, observó una caja de piedra que se extendía debajo de las rocas. Esta tenía una delgada tapa de piedra que estaba completamente partida en dos, estando la sección más pequeña movida hacia un lado, creando una abertura en la caja de piedra. Pero el tope estaba tan cerca del techo que le era imposible mirar hacia adentro de esta. Imaginándose lo que había allí adentro, notó que la grieta en el techo estaba justo encima de la tapa rota de la caja, directamente donde ésta estaba abierta, y que la sustancia negra había caído desde la grieta hasta la caja, ya que parte de esta se había derramado en la tapa. Fue en ese preciso momento, según cuenta Ron, el instante en que comprendió lo que había ocurrido allí, algo que cambió su vida. Ron intuyó que la grieta en el techo era el final de la grieta que había encontrado en el hoyo elevado de la cruz, a muchos pies sobre él, y que la sustancia negra no era sino sangre, que había fluído a través de la grieta hasta la caja de piedra. El SABIA que el Arca estaba en la caja de piedra. Pero el descubrimiento más abrumador era el hecho de que la Sangre de Cristo había caído justo sobre el propiciatorio.

Cuando regresó, eran las 2:45 pm. Sólo 45 minutos habían pasado desde que entró a la cámara, y en ese corto tiempo, se convirtió en el primer testigo del cumplimiento literal del “tipo” representado por todos los sacrificios hechos por el pueblo de Dios dese Adán y Eva, y más tarde en las leyes del sistema de sacrificios específicamente dirigidas por Dios mismo. Ahora se daba cuenta de porqué él y los chicos tuvieron que trabajar tanto los primeros 3 años de excavación que alguna vez le parecieron inútiles. Si no hubiesen encontrado primero los nichos tallados en el acantilado y luego el hoyo elevado de la cruz con la grieta de terremoto, él no hubiese sabido qué fue lo que pasó allí. Y la promesa que Ron creía haber recibido, HABIA sido cumplida. HABIA encontrado el Arca del Pacto en ese viaje. Pero no pudo poner sus ojos sobre ella y entre frustracion y lamentos, recibió de nuevo otra FUERTE corazonada: “Sólo prometí que la ENCONTRARIAS. Ya vendrá el tiempo apropiado”

La condición de la cámara, completamente llena hasta sólo 18 pulgadas del techo, le hizo imposible a Ron hacer algo más. El no encontró ninguna forma posible de sacar algo, sino sólo hasta que la entrada original por la que fueron introducidos estos objetos fuese encontrada. Entonces, retornó a través del pequeño hoyo hacia la tortuosa serie de túneles, sellando el pasaje con una piedra. Para cualquiera que mire a través del túnel, parecería como si hubiese llegado a un final abrupto. Por supuesto, la piedra podría y sería fácilmente removida por Ron al regresar al sitio. Ron no reportó su experiencia a nadie en ese momento. Necesitaba tiempo para pensar, y pasaría bastante tiempo antes de que su mente dejara de “martillarle” con todo lo que había experimentado. El esperaba encontrar el Arca y sacarla a la luz pública, pero eso ahora parecía imposible. Ron hizo varios viajes más a la cámara y eventualmente reportó a las autoridades lo que había encontrado. Tal vez no dispuestos a creer lo que les decía que había encontrado, o tal vez dándose cuenta de los problemas que esto podría causar si se hacía público, sus superiores le pidieron que no dijese nada a nadie acerca del descubrimiento. Por supuesto ya era tarde, porque Ron ya le había dicho a algunas personas. El les confesó esto a ellos. Aceptando el hecho de que “lo que está hecho, está hecho”, le ordenaron no revelar MAS detalles de los que había revelado. Por lo tanto, a partir de este punto, no podemos ser tan específicos como lo hemos sido hasta ahora. Llegó el tiempo en el que Ron mostró algo a las autoridades que les CONVENCIO que él había descubierto por lo menos ALGUNOS objetos del primer templo. Luego se diseño un plan para “sondear” las aguas y así hablar. Ellos deseaban determinar cuidadosamente qué reacción tendría en el público el anuncio de que el Arca del Pacto había sido descubierta. Los oficiales con los que Ron trató eran importantes servidores públicos encargados del bienestar de la gente, quienes concluyeron que un anuncio tan importante seguramente generaría un baño de sangre entre aquellos que inmediatamente querrían destruir la mezquita en el monte del templo para reconstruir el templo, y los árabes. Aunque ellos no tenían necesariamente la creencia religiosa de que algún templo debía ser reconstruído, estaban bien claros de la pasión y fanatismo de aquellos que sí la tenían. Sus esfuerzos para sondear la reacción de la gente sobre la reconstrucción de un nuevo templo resultaron en mucho derramamiento de sangre, muchas muertes. Este es un tema extremadamente crucial hasta hoy, y los israelitas manejarán con mucho cuidado la situación, de la misma forma en que ellos manejan todo: con un enfoque concienzudo que dé primordialmente prioridad a la seguridad de la gente. ¿Cuál será ese enfoque? no lo sabemos, y tal vez incluso ellos no lo sabrán sino hasta que llegue el momento.

Verificando que el Arca estaba en la caja de piedra.

Ron regresó a la cámara en reiteradas oportunidades, Una vez llevó un taladro de diamante usado por los médicos ortopedistas y un colonoscopio usado para mirar dentro del cuerpo humano. Ron quería estar seguro que el Arca estaba en la caja de piedra. Trató de abrir un pequeño hoyo con el taladro, pero no pudo penetrar la piedra. Entonces, tomó su cincel y su martilló para hacer el trabajo. Martilló un poco la punta del cincel y luego lo giró un poco, martilló y giró, una y otra vez, hasta que hizo un hoyo de apróx. 5/8” en la caja de piedra. El colonoscopio es un instrumento óptico con una poderosa fuente de luz que permite a los doctores observar dentro del cuerpo humano, y Ron había conseguido uno prestado de uno de los doctores del hospital en el que trabajaba. Insertando el colonoscopio a través del pequeño agujero, lo dirigió hacia abajo, rotando los lentes hasta que vio lo que reconoció como el fondo de un molde/corona alrededor del tope del propiciatorio, y luego vio un lado plano dorado. Como el colonoscopio no permite ver áreas amplias y como tenía poca capacidad de moverlo, sólo en una pequeña latitud de rotación, no pudo ver gran cosa. Pero vio suficiente para SABER que era el Arca.

Midiendo la profundidad de la grieta del terremoto.

En otro viaje, pidió a un ayudante permanecer en el hoyo elevado de la cruz con la grieta del terremoto, mientras él introducía una cinta metálica de medir a través de la grieta en el techo de la cámara. Esta se extendió hacia el hoyo de la cruz y cuando su ayudante la tomó para mostrarle que ya había llegado arriba, Ron se dio cuenta que la grieta se extendía a través de 20 pies de roca sólida.

El contenido de la cámara

Durante sus sucesivas visitas a la cámara, trató al máximo de explorar su contenido. Midió la cámara, la cual resulto tener 22 pies de largo por 12 pies en dos lados, mientras que los otros dos lados seguían la linea de la cara del acantilado, formando una cámara que se agudizaba en una esquina hacia abajo. Entre los objetos que el vio en la cámara que pudo identificar están: el Arca del Pacto en la caja de piedra, la mesa de los panes sin levadura, el Altar de Incienso Dorado que estaba en frente del velo, el Incensario de Oro, el Candelabro de Siete Brazos (que no tenía velas, pero tenía pequeñas lámparas de aceite arqueadas moldeadas en las puntas), una espada muy grande, un Efod, una Mitra con una fruta granada de marfíl en la punta, una balanza, numerosas lámparas de aceite y un aro metálico que parecía servir para sostener una cortina o algo similar. Existen más objetos, pero estos fueron los que Ron pudo identificar positivamente. Todos estos objetos estaban cubiertos por las pieles secas de animal, con vigas de madera colocadas encima para sostenerlas, rellenas finalmente con piedras apiladas unas sobre otras.

Ron ha explicado básicamente cómo se veía el Arca, lo cual no repetiremos aquí ya que fue explicado en la carta número 4, que también está contenida en nuestro “Volúmen de Descubrimientos”. Las tablas de piedra aún están dentro del Arca, debajo del Propiciatorio. Detrás del Arca hay un pequeño cubículo abierto que aún contiene “El Libro de La Ley” y que es, presumiblemente, el mismo que Moisés escribió con su propia mano. Según parece, el libro de Génesis no está allí sino sólo Exodo, Números, Levitico y Deuteronomio. Lo que impresionó a Ron fue que estos rollos, escritos en pieles de animales, están en perfectas condiciones hoy en día.

Lámparas de aceite en la cámara

Justo adentro de la cámara, cerca de la entrada original que ahora está sellada, Ron encontró un total de siete lámparas de aceite que piensa fueron dejadas por aquellos que introdujeron allí los objetos. El hollín en las lámparas y las rocas en las que se sentaron mostraron claramente la dirección de la brisa que los siguió al túnel. Una de las lámparas está muy ornamentada con características asirias, lo que es consistente con la influencia cultural de Judea para el tiempo previo a la cautividad babilónica. Su diseño, lo encontramos muy interesante. El centro de la misma muestra una cabra o un carnero parado sobre sus patas traseras, comiendo de un viñedo. Esta escena es muy similar a una estatua encontrada en una tumba en la ciudad sumeria de Ur. Se ha sugerido que esto puede representar el carnero atrapado en el matorral en el preciso momento en que Abraham iba a sacrificar a su hijo Isaac, salvando la vida de Isaac, el cual sirvió como el sacrificio sustitutivo, una “sombra” del mesías venidero.

Este concepto también se encuentra en el “Arbol de la Vida” hitita, según ha sido interpretado, el cual puede ser visto en el friso junto al Gordium, que data del siglo 6 antes de Cristo. La misma época de la lámpara que Ron encontró. Es importante considerar la posibilidad de una relación entre el diseño de la lámpara y la historia del “carnero en el arbusto” que era el sacrificio sustitutivo, ya que la lámpara fue abandonada en la cámara DENTRO del monte Moriah, donde Abraham trajo a Isaac para ofrecerlo como sacrificio. Este mismo monte Moriah fue donde el Mesías murió, el sacrificio sustitutivo para la humanidad caída. Pero esta es sólo una interesante conjetura de mi parte.

Sellando el pasaje a la cámara

Después de su última visita a la cámara hace algunos años, Ron selló permanentemente el túnel que lleva a ella. Ron aprendió muchas lecciones a través de estos años, algunas de ellas muy fuertes. una de ellas era que debía ser muy cuidadoso con quien compartía esta información. Durante el curso de su trabajo allí, tuvo numerosas experiencias con personas que hubiesen sido desastrozas si no hubiese sido por la intervención divina. Por ejemplo, un famoso evangelista se introdujo un día en la excavación y Ron lo invitó a bajar a la cueva. Creyendo que este hombre era una persona honesta, Ron le contó lo que estaba buscando, y grandes promesas de ayuda le fueron hechas. Para resumir, un grupo de individuos de su grupo evangelístico volvieron luego al sitio diciéndole a las autoridades que ellos formaban parte de la expedición Wyatt, y que Ron llegaría en pocos días (lo que no era cierto). Ellos bajaron al sistema de cuevas y comenzaron a excavar. Las paredes de la cueva en la que excavaron colapsaron repentinamente y estuvieron a punto de quedar sepultados bajo los escombros. Inmediatamente empacaron y regresaron a casa. Ningún daño fue hecho, excepto que Ron y los chicos tuvieron que excavar nuevamente el área entera que colapsó.

Este y otros incidentes similares llevaron a Ron a sellar el pasaje. Debido al laberinto de túneles sería imposible encontrar la ruta correcta a la cámara. El sitio cerrado quedó como una pared de piedra natural. Ron había hecho todo lo que pudo usando ese pasaje. Sería imposible extraer algún objeto grande a través de él. Todos los intentos de fotografiar algún objeto dentro de la cámara resultaron en fotos totalmente borrosas, por lo que concluyó que simplemente no le era permitido tomar ninguna fotografía (más tarde entendió porqué. En ese momento, estaba más vulnerable en compartir esa información. Esto hubiese causado serios problemas si uno de esos “insípidos caractéres” con los que tuvo contacto durante esos años, hubiesen VISTO evidencia de que este objeto de oro sólido REALMENTE existía. Recuerden cómo la tumba de la esposa de Noé fue saqueada). Ahora, la próxima meta sería ubicar la entrada principal a la cámara -el pasaje a través del cual los objetos fueron introducidos originalmente-.

El pasaje original usado para introducir el Arca en la cueva.

Antes de sellar permanentemente el pasaje, Ron había entrado a la cámara que contiene el Arca y abierto la entrada original para ver si podía llegar hasta su punto de origen. Al abrirla, descubrió del otro lado un túnel muy largo que se extendía en ambas direcciones. Observó que el túnel parecía ser una formación natural agrandada, ya que había marcas de cinsel. Pero las malas noticias fueron que estaba bloqueado en ambas direcciones. El problema a ser resuelto ahora era determinar la ruta tomada por aquellos que colocaron los objetos en la cámara.

Para resolver esta pregunta, Ron utilizó simplemente la razón. Los objetos habían estado en el templo, su punto de origen. Ahora estaban en esta cámara, a muchos píes bajo tierra. Un gran número de túneles han sido hallados bajo el templo y la ciudad, pero ninguno de ellos llegaba hasta esta dirección. ¿Estaba la entrada al túnel dentro de la ciudad, o en algún lugar de la calle, en frente de la pared norte? Ron tuvo una idea de dónde comenzar su búsqueda

“La Cueva de Zedequías”

En el invierno de 1854, el Dr. Barclay, un médico misionero, salió a dar un paseo por Jerusalén. Caminó hasta el sitio tradicional llamado “La Gruta de Jeremías”, que se encuentra en el mismo escarpado del Calvario. Al pasar la Puerta de Damasco, su perro, repentinamente, corriendo alrededor de él, desapareció. Mientras buscaba su perro, que no respondió como usualmente lo hacía, escuchó un ladrido sordo que venía desde el sitio donde se encontraba el muro de la ciudad. Al llegar allí, notó un profundo hoyo. Al entrar en él, escuchó allí el sonido familiar de los ladridos de su perro. Así fue como fue descubierta (o redescubierta) la “Gruta de Jeremías”.

Esta vasta caverna está ubicada debajo de la sección musulmana de la ciudad, extendiéndose 750 pies hacia el monte Moriah, comenzando en el hoyo o foso seco que separa la porción norte de la sur. Tiene 325 pies de ancho en el punto máximo, y el alto aproximado es de casi 50 pies. Era claramente una cantera de piedra, pero hasta que punto estuvo en uso, no lo sabemos. Hay algunos que creen que esta fue usada en el primer templo y tal vez sea verdad. Pero su existencia no era un hecho muy conocido y es casi seguro que siempre estuvo completamente sellada por temor de que algún enemigo tratara de abrir túneles para entrar a la ciudad. Así que poco se sabe acerca de la cantera gigante, pero todos coinciden en un punto, y es el hecho de que no había entrada a la ciudad desde ella.

Viendo el diagrama de su trazado, pueden ubicarse pilares de roca sólida colocados para soportar el techo, como los pilares dejados en una mina de carbón. Mientras los mineros realizan su retorno fuera de la mina después de extraer el carbón, ellos retiran estos pilares de carbón y la mina usualmente se desploma. Estos obviamente fueron dejados allí para prevenir que colapsara la caverna, ya que parte del norte de la ciudad está sobre ella. Mientras Ron examinaba cuidadosamente la cantera, notó algo que le turbó. cuando Ron toma un proyecto, lo primero que hace es determinar la forma más fácil de llevar a cabo las tareas que requieren mayor trabajo. Mientras caminaba por la cantera gigante, algo no le pareció lógico. Trató de ponerse en “los zapatos” de los antiguos obreros mientras examinaba esta gran cantera. Viendo cúan profunda se extendía la cantera a un lado de la montaña, imaginó cuánto trabajo sería sacar todas esas piedras fuera de ella, y llevarlas hasta la puerta norte de la ciudad. Hubiese sido mucho más fácil sacarlas de la cantera a través de la calle que a través de esa caverna. Para Ron la solución era obvia, abrir un hoyo en el techo de la cantera y simplemente sacar las rocas hasta la ciudad. Mientras más pensaba en ello, más obvio le parecía, aunque nadie había encontrado una entrada a la cantera desde la ciudad. Así que Ron comenzó a examinar los pilares de roca, y como lo imaginaba, encontró uno que no era un pilar de piedra como tal. Era un terraplén de tierra y escombros apilados hasta el techo, y como el creía, hasta un hoyo en el techo. En la superficie parecería como piso normal. Pero sin poder examinar la sección de afuera, no sabía si la roca había sido cortada de manera que permitiera que encajara en el hoyo como una tapa, o si era sólo tierra apilada que llenaba el hoyo. pero estaba convencido de que el hoyo estaba allí.

Un túnel en la cantera

Con esta nueva información, Ron se preguntaba si existirían túneles que llevaran hasta la cantera. Si esto era así, tal vez el Arca y los otros objetos fueron bajados por el hoyo desde el área norte del templo hacia la caverna y luego a través del túnel hasta su ubicación presente. Así que empezó a buscar túneles, y como lo imaginó, encontró uno. Casi completamente escondido a la vista por peñascos y rocas sobresalientes, había una abertura hacia la cueva que estaba completamente sellada con muchas piedras cortadas, la cual estaba ubicada en la posición correcta, aunque estaba alejada del sitio en el que Ron había trabajado todos esos años. Si este era el túnel que llevaba a la cámara, Ron tendría un nuevo proyecto delante de él para limpiar ese túnel.

 

PARTE 2

 

 

 

¿Sugerencias? ¿comentarios? ¿preguntas?

envianos un e-mail

 

Hosted by www.Geocities.ws

1