Una vez proclamada la Independencia, San Martín consideró necesario la existencia de un cuerpo de tropas peruanas que defendiera la Independencia, para tal efecto expidió un decreto protectoral el 18 de agosto de 1821 donde se creaba la Legión Peruana de la Guardia, la misma que quedó compuesta por un Batallón de Infantería, dos Escuadrones de Caballería y una Compañía de Artillería Volante.

En dicho decreto se expresaba que "consultando la dignidad del gobierno y el aumento de la fuerza física que debe sostener la independencia del Perú, he dispuesto crear un "cuerpo" cuyo eminente privilegio sea servir de modelo a los demás, por su valor en los combates y por su disciplina en todas circunstancias".

El primer comandante de la Legión Peruana de la Guardia fue el Mariscal de Campo, Marqués de Torre Tagle, peruano e Inspector General de las guardias cívicas. El Batallón de Infantería fue puesto al mando del Coronel Guillermo Miller, de nacionalidad inglesa; mientras que los dos Escuadrones de Caballería tenían como Comandante al Sargento Mayor Eugenio Necochea, de nacionalidad argentina; jefe de los Húsares de la Escolta del General San Martín y la Compañía de Artillería Volante de 100 plazas al mando del Capitán Álvarez de Arenales.

Al momento de su creación la Legión peruana de la Guardia se formó sobre la base de soldados peruanos que pasaron de los cuerpos realistas a las filas de la Patria, asimismo de criollos, mestizos y mulatos reclutados en Lima y de 600 jóvenes del interior del país, tal como lo afirma Miller en sus memorias.

En el rico historial de las unidades de la Legión peruana de la Guardia tenemos su participación en las Batallas de Torata, Moquegua, Zepita, en la histórica Batalla de Junín y de Ayacucho que consolidó la independencia del Perú así como en el Combate del 2 de Mayo y Zarumilla.