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PASANDO LA RASQUIÑA

Mtro. Alejandro Vera R.

 

 

Fue apenas hace unos días. Estaba, por cierto, en la tarea cotidiana de intentar, esta vez, aclararle a otros poco claros, ese concepto peligroso y rasquiñoso , escurridizo, del posmodernismo. Creo entonces recordar la imagen “videada” de la suspensión de un colgado tarótico, anunciándome el balance que implica el equilibrio. Mientras ello acontecía, la vida me transcurría como un leve sudor circulándome en la piel a mediodía. Ocúrresele  un naciente acontecer inesperado como el escozor, a un apreciado y coexistente amigo, pasarme la rasquiña; eso si, sólo por un día; y me llega entonces, esa “rasquiña contagiosa” que se impone la inquietud creativa, desde su manufactura, para coordinarme en planos de discurso y acto, como victimizado y luego victimario, en el juego de “pasar” la rasquiña, al siguiente en la cadena del turno de leerla (a fin de estar aquí, haciendo los actuales comentarios). A sus creadores, Seguro no debió faltarles suficiente comezón, de esa necesaria para la aventura y  también aquella que la misma rasquiña glorifica, comezón...“abajo del calzón”. No sólo tuve que pasar la rasquiña a alguien más que la leyera, sino a muchos otros que sin saberlo, se picaron con la rasquiña, incluso “nada más de verla”, oírla o sentirla tocar su piel. (Ahora sí, no nos hacemos responsables de los efectos secundarios del pasón).

 

Qué el rascarse la cabeza, sea señal de inteligencia, cuando menos biológica, a fin de desprender a veces, el bicho astuto que genera en su sarna, comezón; no implica siquiera en el caso de “la rasquiña” sancristobalense, que el pensar se cierre en la razón autojustificada de una hegemónica cultura que le da la vuelta a la locura-que-lo-cura del monopolio de lo inmóvil y lo “Real”.  Es más bien “la rasquiña”, ese salto casi de pulga cirquera, que se aposta en la piel de los mortales para inquietarnos lo suficiente y sacarnos de la plácida ignorancia  que ignora la sátira risa de las letras y las imágenes de caleidoscopio pluritemático y multi-acción del decir que “como sarna”, requiere su “rasquiña” incontenible, cuando la inquietud emperadora de la comezón no cesa.

 

            Ya de haberme rascado hasta el sentimiento, me aparece una inquietud que no reconoce por suerte, territorio vedado al pudor de lo convencional. Así “la rasquiña”  nos muestra en su invasión, territorios que si no se rascan, no se miran, ni oyen, ni huelen, ni se ven, y menos se pueden sentir en el tacto intenso del rascar. “Rasquiña” que contagia territorios diversos que van de la entrevista que entre visita notas de música y color hasta reflexiones que flexionan entendimientos abiertos que se fugan en los argumentos poéticos del  cuestionamiento intensivo ( y aquí aparece, a media rasquiña, la presencia, del “anticuerpo” de Leonardo Sánchez) que juega también  corporeizado ,en las ganas de rascar y rascarse algo más adentro, la cabeza; rascado de recónditas historias que filosofan la historia para la vida y su teatro al alba de un humor que quiere también, rascarse la risa.

 

            Les deseamos, mi comezón y los que estén de acuerdo con ella, que la rasquiña siga dando de que rascarse con el pretexto de los textos que reúne esta Revista artesana y contagiosa de una comezón que no deja en paz las absurdas paradojas de la vida que guerrea consigo misma. SI. Que siga la incontenible risa de pensar que molesta las convenciones de una “villa viciosa” que da lugar en la piel de sus diversidades, a bichos invisibles a veces, que se citan, a crear una sarna del pensamiento que no quiere dejar de rascarse los buenos deseos bajo la ropa. No hay tiempo de recomendar, en medio de esta “rasquiña”, el antídoto del aburrimiento y la osadía de un hacer alegre y paciente, manual, del pensar insistente como la comezón implacable que no cesa de intentar perforar con cierta urgencia, la superficie de las pieles. Que se disfrute entonces, el calor de “la rasquiña”, en la lectura de aquellos contagiados de un pensar alegre, no sé si posmoderno o retroprogresivo-diverso, irónico-poético o ...simplemente, picazón , pica-zonas, picaronas páginas que muestran lo inquieto de rascarse lo que quieran, en lo abierto.

 

 

San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Viernes 20 de Agosto, del 2004.

 

 

 

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