A través de pequeños grupos de profesores y alumnos de diversas universidades americanas (Hopkins, Clark), la lectura y el análisis de las obras de Marx y Engels fueron aspectos destacados en el movimiento de Geografía Radical, a fin de procurar focalizaciones para el análisis marxista del espacio. La Geografía Radical intenta superar y sustituir la Nueva Geografía. Sus principales autores (Harvey, Peet, Lacoste) considera a la Nueva Geografía como pragmática, alienada, objetivada en el estudio de los padrones espaciales y no en los procesos y problemas socioeconómicos, y con gran función ideológica. De esta forma, ella intenta analizar en primer lugar los procesos sociales, y no en los espaciales; a lo inverso de lo que se acostumbraba a practicar en la Geografía teorético-comparativa. En esta focalización, se encuentra implícito el esfuerzo en la tentativa de integrar los procesos sociales y los espaciales en el estudio de la realidad. La Geografía Radical se interesa por el análisis de los modos de producción y de las formaciones socioeconómicas. Esto porque el marxismo considera como fundamental los modos de producción, en tanto las formaciones socioeconómicas espaciales (o formaciones económicas y sociales) son las resultantes. Las actividades de los modos de producción construyen y generan formaciones diferentes. Cada modo de producción, capitalista o socialista, por ejemplo, se reflejan en formaciones socioeconómicas espaciales distintas, cuyas características del paisaje geográfica deben ser analizadas y comprendidas.

Para el análisis de los modos de producción y de las formaciones socioeconómicas, los geógrafos radicales tienen por base la filosofía marxista. Tiene como objetivo colaborar activamente para la transformación radical de la sociedad capitalista en dirección de la socialista, a través del incentivo de la revolución. Por esa razón la Geografía Radical debe ser marxista (Folke, 1972). Con el fin de lograr tales objetivos, surge el énfasis sobre los temas de relevancia social, a fin de incentivar los mecanismos de lucha de clases, tales como: la pobreza, las desigualdades y las injusticias sociales, el deterioro de los recursos ambientales, las desigualdades espaciales y sociales en las estructuras urbanas y otros. En esta perspectiva, el tema del "bienestar social" surge como nuevo ramo en la Geografía, para definir "una Geografía Humana nueva" (Smith, 1977). Considerando que la Nueva Geografía provocó una "revolución teorética y cuantitativa", la posición radical y la preocupación por la "relevancia social", vienen siendo propuestas como indicadoras de la "segunda revolución cualitativa en la geografía humana" (Smith, 1971, 1977). Presuponiendo que las injusticias y las desigualdades sociales y espaciales son estigmas de las sociedades capitalistas, y de acuerdo a los objetivos fijados, se comprende el por qué la Geografía Radical surgió y se desarrolló en el seno de los países capitalistas, principalmente en los Estados Unidos y en Inglaterra. Aunque existiesen acentuadas desigualdades sociales y espaciales en los países socialistas, ellas no son mencionadas ni estudiadas por los geógrafos radicales.

Se acostumbra criticar a la ciencia positivista de ser ideológicamente alienada y de no presentar la neutralidad analítica muchas veces propuesta. En ese conjunto, la Nueva Geografía recibe su parte de responsabilidad. Todavía la Geografía Radical no se comporta de modo diferente, mas está ideológicamente vinculada y es elemento para un objetivo político predeterminado.

Otro aspecto importante se refiere a la cuestión metodológica. La Nueva Geografía se basa en los procedimientos metodológicos del materialismo dialéctico. El tema polémico es mostrar cuál de los dos procedimientos es más adecuado. A fin de considerar que los procedimientos metodológicos basados en el positivismo lógico son inadecuados, en varios textos radicales, el término “científico” surge con connotación peyorativa. Por otro lado, entran en discusión temas como la objetividad y la exigencia de verificación y refutabilidad en la metodología científica, o el dogmatismo y la imposibilidad de verificar o refutar las explicaciones marxistas dadas a los fenómenos espaciales. En la perspectiva positivista las respuestas y las soluciones pueden ser equivocadas y modificadas; se procura mejorarlas y verificar su validez por medio de la refutabilidad. En la perspectiva marxista las propuestas no pueden ser verificadas ni refutadas. Ellas son dogmáticas y las respuestas y soluciones son más importantes que los problemas. Se encuentran prontas de antemano, las soluciones marxistas para los problemas del mundo. Cuando una situación no responde a los presupuestos establecidos, ella debe ser modificada o alterada radicalmente. En el sector de la metodología, los geógrafos radicales se han esforzado por hacer una crítica profunda e intensa sobre las perspectivas positivistas y funcionalistas imperantes en Geografía. Mas no se usa de la misma preocupación y criterios para analizar la perspectiva marxista en la Geografía.

Varias subcorrientes y preocupaciones pueden ser vislumbradas en la variada gama de las contribuciones de los geógrafos radicales. Se suelen establecen cuatro grandes tendencias:

a) Orientación anarquista, basada en los trabajos pioneros del anarquismo político (Peet).

b) Orientación popular-radical, que se caracteriza por el contacto directo de los geógrafos con las poblaciones de las áreas y de los barrios a ser investigados. El geógrafo participa y orienta a la población para solucionar sus problemas y trazar sus reivindicaciones (Bunge).

c) Orientación Tercermundista, destinada a proponer análisis sobre el desarrollo y el imperialismo, en especial sobre los temas relacionados con la dependencia (Blaut).

d) Orientación marxista, que se basa en el estudio de las obras de Marx y Engels, en el intento por lograr fundamentos teóricos y en su aplicación a los problemas socioeconómicos con expresión espacial (Harvey).

*En: Perspectivas da Geografía, SP, 1982.-