Definición de Geografía Humana

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Una definición de Geografía Humana

 

 

Albert Demangeon*

Albert Demangeon, (Gaillon, 1872-París, 1940)

Desde la antigüedad muchos escritores, de espíritus curiosos y observadores, constataron en la superficie de la Tierra diferencias entre las costumbres de los hombres. Muchos viajeros, desde Herodoto, las han descripto; muchos historiadores y moralistas, desde Tucídides, las han tomado como base de sus reflexiones filosóficas. A pesar de ello, la idea de constituir una ciencia, esto es, intentar la explicación, llegó mucho más tarde y sólo apareció al fin del siglo XVIII. Hasta entonces, el estudio de los hechos que agrupamos bajo el nombre de Geografía Humana: modos de vida de los hombres en la superficie de la Tierra, modos de agrupamientos, constituía una simple descripción mirada sobre todo como un conocimiento de carácter utilitario y práctico o como una imagen pintoresca de las costumbres de las diferentes formas de ser de los pueblos. Eran relatos de informaciones destinados a guiar a los viajeros, narraciones frecuentemente romanceadas de aventuras maravillosas hechas sobre todo para agradar la imaginación; eran enumeraciones de lugares y de distancias, todas mezcladas con recuerdos históricos; eran a veces, consideraciones arqueológicas y genealógicas, nociones de estadística y de administración. Estos trabajos intentaban, ciertamente, satisfacer la curiosidad que todos los espíritus, hasta los más humildes, sienten por aquello que se relaciona con los pueblos estranjeros y con los paisajes exóticos. Por ello, de hecho, este conjunto de conocimientos era apenas un caos desordenado, sin esfuerzo constructivo, sin luz explicativa, esto es, sin características científicas.

El progreso de la Geografía Humana como ciencia remonta al progreso de nuestro conocimiento del globo, efectuado sobretodo como consecuencia de viajes de descubrimiento y de colonización del siglo XVIII; viajes efectuados sobre todo por científicos y por exploradores animados por la curiosidad científica. Ellos obtuvieron alrededor del mundo elementos de comparación entre las sociedades humanas situadas en diferentes grados de civilización; el espíritu de comparación despierta el espíritu científico, porque crea el sentido de la generalidad de los hechos.

Vidal de La Blache, que fue el creador de la Geografía Humana en Francia, mostró que el carácter científico de esta geografía remonta a dos geógrafos alemanes: Alejandro von Humboldt (1769-1859) y Karl Ritter (1779-1859), ya que los dos demostraron que entre los fenómenos físicos y los fenómenos de la vida existen relaciones constantes de causa efecto, pero cada uno de ellos poseía su forma original de concibir esta conexión. Autor del Cosmos, Humboldt, sobretodo naturalista, se interesó en estudiar los fenómenos físicos y en mostrar, por ejemplo, la influencia de los factores como la altitud, la temperatura, la humedad, la sequía sobre las formaciones vegetales. Autor de Allgemeine vergleichende Geographie, povisto de una fuerte cultura histórica, K. Ritter muestra que en Geografía Humana la naturaleza no es el único poder causal y que el propio hombre es, en la superficie de la Tierra, un agente de transformación y de vida. De esta forma, la naturaleza y el hombre, Natur und Geschichte, como decía Ritter, son "los dos términos perpetuamente asociados" entre los cuales debe girar el pensamiento geográfico. 

Es en este camino que la Geografía Humana permaneció, con dos maestros de escuelas, Ratzel en Alemania y Vidal de La Blache en Francia. Sus doctrina y sus enseñanzas fueron divulgadas en casi todos los países, inspirando aquí y allá obras que contribuyeron a difundir la nueva ciencia y en hacer penetrar los principios y las lecciones fuera de los medios intelectuales, hasta en las esferas de alta cultura. Se puede citar en Francia:  J. Brunhes; en Alemania: Philippson; en Inglaterra: Mackinder y Herbertson; en los Estados Unidos: Miss Semple; en Yugoslavia: Cvijic; en Italia: Marinelli; en Rusia: Woeikof.

1. Definición y objeto de la Geografía Humana

Si intentáramos precisar el espíritu que domina los trabajos de Geografía Humana y siguiéramos aquellas tendencias comunes a las cuales obedecen, podríamos llegar, por aproximaciones sucesivas, a definir el objeto de esta ciencia. 

Al inicio, la Geografía Humana aparece como el estudio de las relaciones de los hombres con el medio físico. Esta noción nos viene sobre todo de la Geografía Botánica, por intermedio de Humboldt y de Berghans y particularmente, de esa ciencia botánica llamada Ecología, que estudia hasta qué punto los factores del clima y del suelo determinan la vida de las plantas. De la misma forma, ellos pueden en gran escala determinar la vida de los hombres. Una de las primeras preocupaciones del geógrafo es colocar los hechos humanos en relación con la serie de causas naturales que pueden explicarlos y recolocarlos, de esta forma, en el encadenamiento del que forman parte. El entendimiento de esas causas nos aclara sobre los modos de vida y los hábitos materiales de los hombres. Esta influencia del medio físico ambiental, como dicen ciertos americanos, se manifiesta en todas partes, en todos los dominios de la actividad humana, en ejemplos entre los cuales el geógrafo sólo tiene que escoger. Se encuentran en una dependencia casual, frente a frente, los tres términos de una asociación que une estrechamente una planta, un animal doméstico y un modo de vida, esto es el líquen, el reno y el Lapón. La influencia soberana del medio conduce a los indígenas de las selvas de África Central a una vida de cazador y recolector, aquellos de las estepas de Asia Central a una vida de nómades y pastores. En los países áridos existe una estrecha conexión entre las fuentes y la situación de las aldeas; en las altas montañas, entre las raras manchas de buena tierra bien expuesta y el hábitat humano. ¿No huvo del punto de vista del desarrollo de la civilización una profunda diferencia entre Europa, localizada en el corazón del hemisferio occidental y Australia, aislada en medio de mares inmensos?. ¿Las penínsulas y las islas no contribuyeron a formar individualidades humanas, a Estados?. ¿La separación de Portugal en relación a España no se explica, en parte, del lado del Oeste por su posición oceánica, del lado del Este por el relieve accidentado y las gargantas salvajes que lo aislan de España?.

Por ello, al llevar hasta el fin esta primera definición de Geografía Humana, se percibe que ella no podría abarcar todo el estudio de las relaciones humanas con el medio físico. La definición, aparece mucho más amplia, porque muchas de esas relaciones escapan ciertamente a la competencia de la Geografía Humana y se unen a ciencias bien definidas. En su libro sobre La Terre et l'Evolution humaine, L. Febvre marcó fuertemente esas zonas fornterizas de la Geografía Humana. Por ejemplo, aunque ciertas razas humanas parecen ligadas a un dominio geográfico bien delimitado, no cabe a la Geografía Humana explicar las diferencias que existen entre ambas razas desde el punto de vista de sus reacciones en base al color de su piel, en base a los factores del clima. Dejemos entonces, a otros el estudio de los elementos fisiológicos de la naturaleza humana. No olvidemos que el hombre tiene una anatomía, una fisiología, una patologías que derivan de caracteres hereditarios y cuyo estudio constituye la Antropología y la Medicina. Tratemos de rectificar nuestra primera definición. 

Se puede por tanto dar una segunda definición: la Geografía es el estudio de los grupos humanos en sus relaciones con el medio físico. Renunciemos considerar a los hombres como individuos. Por el estudio de un individuo, la Antropología y la Medicina pueden llegar a resultados científicos; la Geografía Humana no. Lo que ella estudia son a los hombres como colectividades y grupos: son las acciones de los hombres como sociedades. Debemos partir en nuestras investigaciones, no del individuo, sino del grupo. Desde los tiempos más distantes vemos en acción no a hombres aislados, sino a grupos de hombres. Tan lejos como se pueda bucear en el pasado, constatamos que vivir en sociedades, vivir con los semejantes que comparten los mismos modos de vivir, es un estado inseparable de la naturaleza humana. Esos grupos son a veces, pequeños como son las numerosas aldeas neolíticas, cuyos restos fueron encontrados. Ellos son a veces inmensos como esas sociedades de la época paleolítica, cuyas herramientas se asemejan a través del mundo. De esta forma, es a través de sus grupos que la humanidad aún primitiva entra en contacto con el medio físico. Es un esfuerzo de cooperación que vemos en el origen de las civilizaciones y de sus conquistas materiales sobre la naturaleza. Los esfuerzos como la construcción de dólmenes, la organización de la irrigación en la Mesopotamia y en Egipto, como la domesticación de animales, sólo podrían ser emprendimientos colectivos. Pero esta definición aún no es suficiente para abarcar todo el concepto de Geografía Humana, y existe una última correción que nos aproxima definitivamente a la realidad.

La Geografía Humana es el estudio de los grupos humanos en sus relaciones con el medio geográfico. La expresión de medio geográfico es más compreensiva que la de medio físico; ella engloba no solamente las influencias naturales que pueden ejercerse, sino también uan influencia que contribuye a formar el medio geográfico, el ambiente total, la influencia del propio hombre. En el inicio de su existencia, la Humanidad fue ciertamente esclava, por su dependencia de la naturaleza. Por ello, el hombre nudus et inermis no tardó en transformarse, gracias a su inteligencia e iniciativa, en un elemento que ejerce sobre el medio una acción poderosa. Se transforma en un agente de la naturaleza transformando a fondo el paisaje natural, creando asociaciones nuevas de plantas y animales, los oasis para los cultivos de irrigación, las formaciones vegetales como el matagal y la charneca en detrimento de la selva. Y esas transformaciones se extienden por diversas regiones porque hay, de grupo en grupo de hombres, migraciones, préstamos, imitaciones. Y esa acción de las sociedades humanas sobre la naturaleza es tanto más rica y más fuerte cuando sus iniciativas las han transformado en más capaces de ampliar su radio de acción, de alcanzar más. Tantos datos de la naturaleza que el hombre tiene, por su acción, es profundamente perturbado: en la antigüedad, las islas Británicas eran la extremidad del mundo conocido, en una posición excéntrica; en la época moderna, a partir del descubrimiento y del poblamiento del Nuevo mUndo, ellas ocupan una posición central. En nuestro días, la acción del hombre sobre la naturaleza se está ampliando aún más en razón de las armas que la ciencia le está dando y que el dominio de los transportes le aseguran sobre las distancias. De esta forma, las obras humanas originadas del pasado de la Humanidad contribuyen a conformar el medio, el ambiente, el medio geográfico que condicional a vida de los hombres. Así, podemos adoptar como definición de Geografía Humana el estudio de las relaciones de los grupos humanos con el medio geográfico. 

Esta definición de Geografía Humana nos permite concebir de forma concreta cual es su objeto de estudio y determinar los cuadros y los límites. Ella comprende cuatro grandes grupos de problemas que resultan precisamente de las relaciones de las sociedades humanas con el medio geográfico. 

En primer lugar está la valorización hecha por las sociedades humanas de los recursos que la naturaleza ofrece o lo que ellas conquistan sobre ella; son modos de vida tales como los modelan las grandes zonas naturales: la vida humana en las regiones frías; la vida humana en las regiones templadas; la vida humana en las regiones áridas; la vida humana en las regiones cálidas, comparándose cada una de esas zonas, su contingente de plantas cultivadas y de animales domésticos; la vida humana de montaña, la vida humana en el litoral. 

En segundo lugar está la elaboración progresiva por las sociedades, en el correr de los tiempos a través del espacio, de los diferentes procedimientos por los cuales ellas tienen, para su subsistencia, el uso de los recursos naturales, desde los más elementales hasta los más complejos: se trate de la cosecha, de la caza, de la pesa, o de la agricultura y la cría de ganado, de la industria o del comercio, del trueque y de los transportes. Se trata en suma, de la evolución de un tipo de civilización.

En tercer lugar está la distribución de los hombres en función de las condiciones de la naturaleza y de los recursos creados por su explotación: la extensión de la Humanidad, sus efectivos y su densidad, sus movimientos y sus migraciones.

En cuarto lugar están las instituciones humanas, esto es los modos de ocupación de la tierra desde las formas más simples hasta los grupos más complicados, desde la casa y la aldea hasta las ciudades y los Estados. 

Esto es lo que parece ser el contenido propio de la Geografía Humana. Es en estos cuadros que se divide todo el trabajo de investigación, toda su obra. 

2.- El Método de la Geografía Humana

Concebir y limitar el contenido y el objeto de la Geografía Humana no basta. Son necesarios principios de método, sea para entenderla mejor, sea para no apartarse de ella. He aquí los principios esenciales de este método. 

Primer Principio:

No se debe creer en Geografía Humana en una especie de determinismo brutal, en una fatalidad resultante de los factores naturales. La causalidad en Geografía Humana es muy compleja. Con su voluntad e iniciativas el propio hombre es una causa que traza perturbaciones a aquello que podría parecer del orden natural. Por ejemplo, una isla no está necesariamente destinada a la vida marítima. El nacimiento de una vida marítima procede muchas veces de los contactos de civilización. Así, los ingleses se transformaron en marineros solamente con la escuela de mercaderes escandinavos y hanseáticos. De la misma forma, la agricultura no está solamente en función de la calidad de las tierras, hay tierras poco fértiles que lo son. Todo depende del estado de civilización agrícola. El hombre es, muchas veces, el responsable por la fertilidad del suelo, por ejemplo practicando la irrigación. La antigua extensión de las viñas en Europa Occidental hasta Bélgica, Inglaterra y el Norte de Fracian se realizó en contradicción con las exigencias naturales de su vegetación; si ella pudo avanzar tan lejos en esos países fríos y poco soleados es porque en esos países había necesidad de vino para celebrar la misa y a que no se podía, por la falta de transporte barato, recibirlo de los países más meridionales; por ello, en la medida que esos transportes se volvieron menos costosos, el cultivo de la vid se redujo en dirección al Sur, en sitios más favorables y más de acuerdo con sus necesidades de vegetación y maduración. El mismo pays puede modificar profundamente de valor por la ocupación humana, conforme al grado de civilización de las sociedades humanas que lo provocan. Antes de la llegada de los europeos Australia estaba todavía en un estado de vida salvaje; no existían grandes animales para cazar, salvo algún canguro que era escaso; una pobre caza de marsupiales, de serpientes, de insectos; no existían animales a domesticar; pocas plantas salvajes para consumo; indígenas famélicos nómades en busca de una pobre alimentación. Llegan los europeos con sus plantas cultivables y sus animales domésticos y despues, con sus poderosos medios de arar y circular, hicieron de este continente mucho tiempo atrasado, un país de gran agricultura y de ganadería intensiva, una tierra de civilización progresiva y de confort humano. 

Por ello, nada de determinismo absoluto, sino solamente posibilidades puestas en uso por la iniciativa humana; nada de fatalidad, sino de voluntad humana.

Segundo principio:

La Geografía humana debe trabajar apoyándose en una base territorial. En todos los lugares donde vive el hombre, su modo de vida implica una relación necesaria entre él y el sustrato territorial. Es precisamente la consideración de este lazo territorial que diferencia a la Geografía Humana de la Sociología. Los sociólogos poseen tendencia a percibir apenas los aspectos psicológicos de los grupos humanos, al olvidar las relaciones de los hombres con la tierra, al tratar al hombre desligado de la superficie terrestre. No se podía desconocer, además, que existen otros cimientos sociales que la tierra, en particular aquellos que reposan en los principios de naturaleza psicológica, tales como el parentesco o la religión y su estudio pertenece no a los geógrafos sino a los sociólogos. 

Aún, lo propio de la Geografía Huamana es constatar que el hombre no puede ser estudiado sin el suelo queél habita y que el suelo es el fundamento de cualquier sociedad. Se puede decir que cuanto más larga y rica es esta base, más profundas son las relaciones entre ella y sus habitantes. Cuanto más fuerte es la densidad de población  más intensiva la explotaciín de la tierra, más estrechos se transforman esos lazos.

Se pude decir, como Sanderson que aún en las tribus de cazadores, la utilización del mismo territorio crea una solidaridad social, independiente de los los lazos sanguíneos y más fuerte que ellos. Entre los Algonquinos de América del Norte, pueblo cazador, el territorio de cada tribu era dividido en sectores atribuidos desde tiempos inmemorables a las mismas familias; esos grupos de familia constituian la verdadera unidad soscial; el cimiento de esta unidad no era el lazo de parentesco sino la comunidad de poder del mismo territorio, del mismo sector. Esos sectores tenían entre los Algonquinos una media de 200 a 400 millas cuadradas por familia en el territorio central de la tribu, y dos a cuatro veces más sobre las fronteras de ese territorio. Sobre ese territorio la familia caza, La caza es reglamentada de tal forma que apenas el crecimiento natural de los animales es consumido; teniéndo cuidado de dejar después de cada estación muchos animales para asefurar las provisiones del año siguiente: se sabe que una masacre indiscriminada expondrá a la familia al hambre. En todos los dominios de caza de América precolombina (caribú, bisón, guanaco) existía la misma organización. Entre los pueblos inferiores de Australia, la tribu tenía los mismos derechos de recolección y de caza sobre un territorio devidamente limitado; en el interior mismo del territorio de la tribu cada unidad familiar poseía derechos semejantes. Con mayor razón entre los pueblos agrícolas, la base territorial lleva gran ventaja como cimiento social sobre los principios de naturaleza psicológica. Todas las comunidades agrícolas tienen una estructura determinada por los lazos que las prenden al suelo; agrupamiento de las viviendas en aldeas, dada la necesidad de defensa y sobre todo las necesidades del trabajo común; la organización extremadamente regulada por la poseción de las tierras cultivadas y basada en la rotación de cultivos de una parte a otra del territorio; carácter permanente de los límites de la tierra; en ciertos países, las obras de irrigación cuya localización comanda la repartición territorial de los campos cultivados. Sanderson continúa aún: "la comunidad de la aldea fue el medio de a la humanidad un gobierno local basado sobre el principio territorial de preferencia la principio de parentesco". Sustituyendo la organización tribal por esta organización territorial, hay una base geográfica que desde una alta antigüedad, la mayor parte de las civulizaciones dio a los agrupamientos rurales. Esos habitats donde los hombres se agrupan, donde ellos trabajan, son de dimensiones muy desiguales que pueden ir de la localidad elemental al gran territorio. Ellos forman los cuadros en el interior de los cuales se distribuyen los hechos geográficos y por sus caracteres propios, imprimen una originalidad para la Humanidad que allí se concentra.

Comprender y describir esas unidades regionales es una de las funciones primordiales de la Geografía porque cada una de ella forma frecuentemente una especie de personalidad que es preciso revivir. Esta Geografía Regional constituye uno de los puntos de apoyo esenciales del trabajo de la Geografía General, porque generalmente sólo se consigue concebir a los grandes conjuntos por el análisis de pequeños pays que los componen; para abarcar mejor los hechos generaleses bueno partir de lo particular, de lo localizado, de lo regional, observar lo que la región contiene de particular en sus horizontes, sus plantas, sus habitantes y definir alguna cosa que resulta de la unión de un fragmento de tierra con un grupo humano. Somos llevados de esa forma invenciblemente al punto de partida de nuestro conocimiento del mundo, al sustrato inmediato de nuestra existencia material. Es frecuentemente por el análisis de los caracteres que componen la fisonomía de una región que se puede comprender mejor las relaciones que unen a los hombres a su medio. 

Tercer principio:

Para ser comprensiva y explicativa, la Geografía Humana no puede atenerse solamente a la consideración del estado actual de las cosas. Es preciso encarar la evolución de los hechos, esto es, recurrir a la Historia. Muchos hechos que, considerados en función de las condiciones presentes aparecen como fortuitos se explican desde que se los considera en función del pasado. La Historia abre vastos horizontes sobre el pasado que vio suceder tantas experiencias humans. Esta noción de edad, de evolución, es indispensable. Sin ella la razón de lo que existe se nos escaparía frecuentemente. Por ejemplo, la Geografía Urbana podría soslayar la Historia?. Como explicar Roma, París o Londres sin conocer su pasado?. Como comprender la población de un viejo país como Francia, si no conocemos la historia de la agricultura, de la desforestación, del parcelamiento de los campos, de los trabajos de drenaje y de represamiento?. Todo el estudio de esta conquista del suelo fue hecha en base a la Historia. Es por ello que los trabajos de Geografía Humana contienen siempre mucho de investigación histórica, y también por qué los geógrafos se encuentran frecuentemente en los depósitos de archivos con los historiadores. Para explicar los hechos que observa, el geógrafo no debe contentarse sólo en situarlos racionalmente en el espacio; es preciso también que los proyecte en el pasado. También debe saber valerse de los documentos históricos, sabiendo dónde encontrarlos. Para tomar solamente el ejemplo de Francia, existen grandes depósitos de archivos: los Archivos Nacionales de París, que poseen para las diferentes series al menos un inventario sumario; los Archivos Departamentales, que no están del todo inventariados; los Archivos Comunales, muy desigualmente accesibles. Muchas bibliotecas poseen depósitos de documentos inéditos, desde la Biblioteca Nacional de Paris hasta las de las grandes ciudades de Francia y las de los establecimientos públicos como la École des Ponts et Chaussées. Están también los archivos de las administraciones públicas: Ministerios de Obras Públicas, de Comercio, de Agricultura; catastro, sin olvidar los archivos de la Cámara de Comercio, de la Red Ferroviaria, Compañías Mineras, Compañías de Navegación, Sociedades Agrícolas e Industriales, hasta los archivos de los notarios, tan interesantes para investigar las propiedades y exploraciones. Puede ser, en fin, un ejemplo de una masa de documentos a disposición de investigadores la colección de documentos inéditos sobre la historia económica de la Revolución Francesa, con más de cien volúmenes y que proyectan una viva luz sobre tantos hechos de la Geografía Humana: la explotación agrícola de áreas pantanosas, bienes comunales, derechos de uso y de terrenos cuyo pastoreo es libre, oficinas rurales e industrias domiciliarias; la metalurgia y los bosques, los inicios del maquinismo, la red de caminos y de vías navegables, el movimiento de la población, la evolución de la agricultura, los regímenes agrarios. Por ello, el estudio del pasado es necesario a la explicación de los hechos de la Geografía Humana. La Humanidad evolucionó en el tiempo. Para comprender esta evolución el testimonio de la Historia es tan necesario como el conocimiento de las leyes naturales.

En: Problèmes de Géogrephie Humaine, 1942.



 

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Última modificación: 16 de Mayo de 2008
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