HA NACIDO UNA ROCA.
EL PAÍS. Miércoles 18 de Júlio del 2001. Jorge Wagensberg
Jorge Wagensberg es director del Museo de la
Ciencia Fundación La Caixa
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Contenido:
1-HA
NACIDO UNA ROCA.
2-REFERENCIAS.
1-HA
NACIDO UNA ROCA:
En el
desierto, y para el ojo del viajero, domina la geología sobre la
biología. Los estratos horizontales, descubiertos por la
erosión, muestran un ritmo de hondas fracturas verticales. El
resultado es un paisaje cubista. De cuando en cuando, de mucho en
mucho, un bloque cúbico milenario de la primera fila, debilitado
en las caras que aún le unen a la montaña, se desprende y rueda
a trompicones pendiente abajo. Ha nacido una roca.
La roca queda en la
ladera a merced de la incertidumbre ambiental: ardores diurnos,
heladas nocturnas, descargas de lluvia y electricidad, oxidación
paciente, impactos de otras rocas, pulido tenaz del viento... El
bloque se desgasta y meteoriza. Uno de los pedazos es menos
anguloso y bastante más pequeño... Ha nacido una piedra.
Es bien posible que
una tromba de agua venida de lo alto (o un temblor de tierra cuya
improbabilidad se encarga de corregir el simple paso del tiempo)
despegue la piedra de su asiento centenario y la haga rodar hasta
una torrentera. Allí se reunirá con una multitud de piedras,
capturadas por el cauce natural de las aguas, para sumarse a una
tumultuosa carrera hacia el mar. La carrera se reanuda cada vez
que se desata la furia breve del agua y se aplaza durante
larguísimas treguas. Hay muy pocas reglas que respetar, sólo
las de Newton. Todo lo demás está permitido: choques,
erosiones, empujones, fracturas..., incluso expulsiones del
cauce. Las piedras se rompen en otras más pequeñas y se
redondean. El resultado puede medir unos cuantos milímetros. Ha
nacido un guijarro.
Si el guijarro
permanece en carrera, entonces rueda, choca y se desgasta por
abrasión. Su tamaño se encoge hasta unas pocas décimas de
milímetro. Ha nacido un grano de arena. Un grano de arena corre
entonces un alto riesgo de quedar cazado entre vecinos de mayor
tamaño y explotar en una nube de minúsculas partículas de
milésimas de milímetro. La propia abrasión genera también una
multitud de miríadas de tales partículas. Es el polvo.
En suma: la multitud
de piedras se convierte en grava; la grava, en arena gruesa; la
gruesa, en fina; la fina, en muy fina; la muy fina, en polvo...
Pero no es fácil llegar al fondo del mar. En cualquier momento,
una partícula puede ser secuestrada fuera de la carrera por el
viento o puede ser expulsada de ella por una turbulencia. En
algún lugar, las partículas se acumulan y se entierran.
Entonces, las fuertes presiones y las infiltraciones de agua con
sustancias en suspensión y disolución compactan y cementan las
partículas entre sí. Y renace la roca.
Los guijarros de la
grava forman roca de conglomerado, la arena hace arenisca, el
lodo fino hace limo, y el lodo finísimo, arcilla...
Muchas partículas
llegan por fin al océano, al mar o a un lago. Tras la
estruendosa y caótica carrera de choques sigue la sorda y
disciplinada sedimentación. La partícula se va al fondo, se
hunde, se compacta y se integra, como un grano más, en las
entrañas de la placa continental. El continente tiene mucha
fuerza y poca prisa. Tanto empuja, que el grano nacido en la
torrentera empieza a ascender prisionero dentro de su estrato de
sedimentación. Asciende y asciende hasta que, quizá en algún
lugar del desierto, el grano vuelve a salir al calor del sol
prisionero dentro de un bloque cúbico, a cientos de metros sobre
el nivel del mar. Han pasado decenas de millones de años, una
corta eternidad en la que muchas especies de animales y plantas
han tenido tiempo para aparecer, para triunfar y para
extinguirse.
A veces, uno de estos
bloques se desprende y rueda a trompicones pendiente abajo. Ha
nacido una roca.
2-REFERENCIAS:
Wesenberg, J. 2001. Ha nacido una roca.
EL PAÍS. Mierc. 18-8-2001.
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DE GEOLOGÍA>
Geo_Info. J.B.R.