Los indígenas que actualmente habitan Venezuela son
descendientes de aquellos primeros pobladores que llegaron a nuestro territorio
hace miles de años provenientes de diferentes puntos de la tierra,
principalmente de Asia. Los indígenas venezolanos conservan veintisiete lenguas
correspondientes a grupos como los Arawak, Caribe, Chibcha; aunque algunos se
mantienen sin clasificación. Esta riqueza idiomática fue mucho mayor pero se ha
desvanecido poco a poco; quedan aún en el país una treintena de tribus diferentes
que conservan sus formas especiales de vida; desde las armas que utilizan para
la guerra hasta los tradicionales ritos.
La expansión criolla ha influenciado mayoritariamente a las comunidades
indígenas. Tanto para el cultivo como para la explotación del subsuelo, rico en
petróleo y minerales. Ante esta invasión, los indígenas sólo tenían dos
posibilidades: huir hacia lugares lejanos de la selva, lo cual, implicaba
condiciones pésimas de hábitat o asimilar la cultura y estilo de vida del
criollo, quien se aprovecharía de su falta de educación, para convertirlo en su
esclavo.
Los primeros habitantes de América procedieron de
Asia, según demuestran evidencias genéticas, lingüísticas, osteológicas y
odontológicas.
El poblamiento inicial se dio en varias oleadas. La primera de ellas se
difundió desde el estrecho de Behring hasta el extremo meridional de
Sudamérica, en un largo proceso migratorio y de adaptación a nuevos ambientes
naturales. Sigue siendo controversia la fecha de entrada al continente de esta
migración: según diversos especialistas, oscila entre 40.000 y 20.000 años. La
antigüedad del hombre en Venezuela se estima de unos 20.000 años, aunque las
fechas radiocarbónicas asociadas a los primeros habitantes (conocidos como
Paleo-Indios) datan de 16.000 años a.C.
Estos cazadores de herbívoros gigantes hoy extintos, como el mastodonte y el
megaterio, lograban sus presas con artefactos líticos rudimentarios. Además,
trabajaban la madera, la fibra, el hueso, el cuero y la concha. Los yacimientos
que dan testimonio de los primeros pobladores de Venezuela son: El Jobo, Muaco
y Taima-Taima en Falcón, Manzanillo en Zulia, El Vano en Lara, y Tukupén en
Bolívar.
Alrededor de 5.000 a.C. ocurrieron cambios climáticos notables en el norte de
Sudamérica y, como consecuencia de ello, la megafauna probablemente se
extinguió y el hombre se vio forzado a buscar otras fuentes de alimentación. La
nueva vida se marca en la llamada época Meso-India. En ella se dieron diversas
formas de subsistencia, de las cuales la modalidad mejor conocida corresponde a
los pescadores, recolectores y navegantes costeños, cuyo testimonio de
existencia se ha encontrado en inmensos concheros a lo largo de la costa, en
especial en Sucre (Guayana) y Falcón (El Heneal). Además de los restos de
desperdicios de concha, se encuentra allí una industria lítica de piedra pulida
(como hachas y martillos), y de concha, como las gubias o vaciadores de canoas
monóxilas para la navegación, hechas de botutos, Strombus gigas. Los navegantes
costeños de este periodo eventualmente se familiarizaron con el mar Caribe y lo
fueron poblando paulatinamente.
La siguiente época en la arqueología venezolana y del Caribe se conoce como
Neo-India. Se caracterizó en líneas generales por la adopción de un sistema
agrícola eficiente, lo cual permitió el establecimiento de comunidades
permanentes, cuya subsistencia se basó principalmente en las plantas cultivadas
como la yuca, el maíz y otros productos tropicales, complementada con la pesca,
la recolección y la caza de animales salvajes, un modo de vida que caracteriza
aún a algunas poblaciones indígenas.
Esta época está bien documentada en la arqueología venezolana y data de unos
1.500 años a.C. La evidencia más visible de su presencia es el hallazgo de gran
cantidad de restos de cerámicas, abundantes en todo el territorio nacional.
Además de cerámica, la época Neo-India también se distingue por la aparición de
sistemas agrícolas sofisticados (campos drenados), irrigación, construcciones
artificiales de tierra y piedra que denotan una arquitectura incipiente, y
restos de objetos asociados a actividades mágico-religiosas. Fueron las
sociedades que los conquistadores europeos encontraron en el momento de su
llegada, las cuales podían variar desde grupos tribales igualitarios, pasando
por sociedades más nómadas dedicadas a la pesca y recolección, hasta cacicazgos
evolucionados.
Con la llegada de los europeos a fines del siglo XV se inicia la época
Indo-Hispana. Aquí se destaca el emplazamiento de Nueva Cádiz, en la isla
Cubagua, en el oriente venezolano, que fue la primera ciudad española fundada
en Sudamérica. Nueva Cádiz no sólo albergaba españoles y esclavos indígenas,
sino también esclavos traídos de África. Las excavaciones arqueológicas han
dejado al descubierto una serie de ruinas, restos de casas, un monasterio, la
iglesia, un convento, esculturas de piedra y gran cantidad de artefactos de
diversos materiales, tanto españoles (mayólica y azulejos) como cerámica
indígena procedente de diversas áreas del Caribe. Cubagua, como tantos otros
sitios arqueológicos de Venezuela, ha sido saqueada en tiempos recientes y urge
una política seria y moderna que proteja este patrimonio, herencia cultural de
todos los venezolanos y americanos.