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LECTURA Y REFLEXIÓN: EL REZO DEL SANTO ROSARIO

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
03 DE DICIEMBRE DE 2008

"SI DEUS NOBISCUM QUIS CONTRA NOS"



Orden de Caballería de Notre Dame de Sion y del Santo Espíritu
Santa María en Jerusalén
(HOL 070 - HOL 071)

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 3 de Diciembre de 2008 A.D.
Día de San Francisco Javier


El Santo Rosario



I

El Santo Rosario es la más universal de las devociones cristianas.

Es a la vez una oración y una meditación sobre el Evangelio; plegarias y alabanzas a Dios y a la Santísima Virgen María.


II

Sus oraciones son de excelencias:

El Padrenuestro, que nos lo enseñó el propio Jesucristo a petición de los apóstoles y que en siete peticiones encierra todo cuanto podemos desear.

El Avemaría, que es el conjunto más sublime de alabanzas que podemos dirigir a la Santísima Virgen María.

El Gloria, que es el himno a las Tres Personas de la Santísima Trinidad.

El Santo Rosario es una síntesis de todo el Evangelio consistente en 20 Misterios, que nos ofrece una meditación sobre la vida de Jesucristo y de la Virgen María.


III

Está dividido en 4 grupos de 5 Misterios cada uno de ellos:

Misterios Gozosos, que evocan la infancia de Jesucristo:

La Encarnación del Hijo de Dios (Lucas 1, 26-38).
La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel (Lucas 1, 39-53).
El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén (Lucas 2, 6-19).
La Purificación de Nuestra Señora (Lucas 2, 22-40).
El Niño perdido y hallado en el Templo (Lucas 2, 41-52).

Misterios Dolorosos, que recuerdan la Pasión y Muerte de Jesucristo:

La Oración en el Huerto (Mateo 26, 36-41).
La Flagelación del Señor (Juan 18, 36-38).
La Coronación de espinas (Marcos 15, 14-17).
Jesús con la Cruz a cuestas (Juan 19, 17).
Jesús muere en la Cruz (Juan 19, 25-30).

Misterios Gloriosos, que conmemoran los Triunfos de Jesús y María:

La Resurrección del Señor (Marcos 16, 6-8).
La Ascensión del Señor (Mateo 28, 18-20).
La Venida del Espíritu Santo (Hechos 2, 1-4).
La Asunción de Nuestra Señora (Cantar 2, 3-6).
La Coronación de Nuestra Señora (Lucas 1, 51-54).

Misterios Luminosos, que contemplan la vida pública de Cristo:

El Bautismo en el Jordán (Marcos 16, 6-8).
La Autorrevelación en las bodas de Canáa (Mateo 28, 18-20).
El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión (Hechos 2, 1-4).
La Transfiguración (Cantar 2, 3-6).
La Institución de la Eucaristía (Lucas 1, 51-54).


IV

Como toda oración, el Santo Rosario se puede rezar en cualquier lugar, aunque es recomendable rezarlo en el templo o en familia.

Lo rezan todos los cristianos de buena voluntad ocupados por su bienestar y salvación.

Todo momento es bueno y humano para rezarlo.

Sólo se debe elegir un tiempo del día en el que evitemos las prisas y las distracciones.


V

Esta poderosa oración es una fuente de gracias y de bendiciones.

El Rosario tiene concedida indulgencia plenaria cuando se reza con devoción en el templo, en familia, en comunidad religiosa o en asociación piadosa, como así también en la intimidad de uno con Dios.


VI

Solo algunos de los motivos para rezar el Santo Rosario son los siguientes:

Dios lo quiere, lo demuestra con los milagros realizados para glorificar esta devoción.

La Virgen lo desea, lo demostró con sus apariciones en Lourdes, en Fátima, en San Nicolás, etc.

La Iglesia lo recomienda, aconsejando a sus fieles que no dejen de rezarlo todos los días.

Los Santos han sido siempre devotos del Santo Rosario.

Los cristianos necesitamos rezarlo, para conseguir la Gracia de Dios.

La experiencia demuestra que existe más paz y felicidad en los hogares, en la vida personal y social cuando se reza el Santo Rosario.


VII

El rezo cotidiano del Santo Rosario nos proporciona serenidad espiritual y ventajas eternas:

Serenidad espiritual, al darnos fuerza en las tentaciones, consuelo en las aflicciones, luz en las dudas, al darnos la protección de la Virgen María, al glorificar a Dios, al fortalecer nuestra fe, al rogar por los seres queridos y por todos nuestros hermanos.

Ventajas eternas, al convertir a los pecadores, santificar a los cristianos y abrir a sus almas las puertas del Cielo.


VIII

Rezando el Santo Rosario

A cada día de la semana se le dedica un grupo de Misterios, alternándolos:

1. Los lunes se rezan los Misterios Gozosos.
2. Los martes y viernes se rezan los Misterios Dolorosos.
3. Los miércoles, sábados y domingos se rezan los Misterios Gloriosos.
4. Los jueves se rezan los Misterios Luminosos.


IX

Rezo del Santo Rosario

+

X

Se comienza persignándose con la
Señal de la Santa Cruz

Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Se sigue rezando el
Acto de Contrición

¡Señor mío Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

Amén.

Se pide el auxilio del Padre con el
Trisagio Angélico

Señor, ábreme los labios. Y mi boca proclamará tu alabanza. ¡Dios mío, ven en mi auxilio!, Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Amén.

XI

Se anuncia cada Misterio del grupo al que corresponde el día de la semana, rezando tras el anuncio de cada Misterio
un Padrenuestro,
diez Avemarías,
un Gloria
y la petición de protección
a la Virgen María

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Amén.

(Una vez)

Dios te salve, María del Rosario, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

(Diez veces)

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Amén.

(Una vez)

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

(Una vez)

XII

El rezo del Santo Rosario termina con una
plegaria de despedida

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas nuestras súplicas en las necesidades que te presentamos antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

Te rogamos, Señor Dios, nos concedas a tus siervos gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, ser librados de la tristeza presente y disfrutar de la eterna alegría. Por Cristo Vivo, nuestro Señor.

Amén.

+


Que la protección del Manto de la Virgen María, esté con todos Ustedes.


FIRMA POR LA PRIEURÈ DE SION y
POR EL SAGRADO CÍRCULO DE MELQUISEDEC:




†††
S.E.R. e Ilma., S.M.R. Mons. Dr. NICOLÁS GUARAGNO
46to Soberano
Gran Profeta Imperial de Sion y
del Sagrado Círculo de Melquisedec
Virrey Imperial para Occidente
Gran Mariscal General de Campo al Servicio de San Santiago Apóstol de la
Sacra e Imperial Orden Mística y Militar de Caballería de la Prieurè de Sion


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