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LECTURA Y REFLEXIÓN: FESTIVIDAD DE CRISTO REY

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
23 DE NOVIEMBRE DE 2008

"SI DEUS NOBISCUM QUIS CONTRA NOS"



Orden de Caballería de Notre Dame de Sion y del Santo Espíritu
Santa María en Jerusalén
(HOL 070 - HOL 071)

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 23 de Noviembre de 2008 A.D.
Día de la festividad de Cristo Rey


Fiesta de Nuestros Señor
JESUCRISTO REY



“Sí, Yo soy Rey -dijo Jesús a Pilatos-, para eso precisamente he nacido y venido a este mundo: para dar testimonio de la Verdad”

I

“El rey que había de venir, el rey que los profetas anunciaban, no era un rey como los otros, un rey según los esquemas de las monarquías mundanas. No era un rey para dominar con la fuerza y el poder, sino un “rey-pastor” que tenía que conducir al pueblo por los caminos de Dios.”

Pilatos se recela que otro pueda venir a quitarle el poder que tiene, se inquieta y asusta. Al mismo tiempo que piensa que alguien como Jesús, un hombre pobre y preso no puede ser Rey de nada. Está confuso.


II

Jesús no es un Rey del poder y la opresión, tal como inclusive hoy concibe el poder la mente humana, es un Rey de la Verdad, del Amor y la Justicia …


III

Es a lo largo de los siglos que la cristiandad supo hallar, crear y exhibir magníficas joyas y reliquias representativa y de incalculable valor histórico y material, pero si de tesoros reales se trata, es Santa Elena, madre de Constantino es la que le da a la historia el máximo hallazgo y aporte de tan única y magnifica colección.

Es ella una gran coleccionista de arte romano y griego. Entre sus esculturas preferidas conserva una estatua de Juno, expuesta hoy en los museos vaticanos.

Pero no será esta afición lo que llevará a la celebridad a Elena, además de las virtudes morales y espirituales que la condujeron a los altares como santa, sino su excepcional hallazgo, en Jerusalén. Excavando la ermita a Venus que Adriano, en el 135, había mandado edificar sobre el calvario, encontró el madero de la cruz y otras insignes reliquias.

Inmediatamente las trasladó a Roma y las ubicó en el Palacio Sessoriano, en una capilla que había construido Constantino sobre la base de un gran salón palaciego. Al mismo tiempo hizo cargar toneladas de tierra del calvario trasladándola en dos naves a Italia, con ella reconstruyó el piso de su capilla.

Era un pedazo de Jerusalén ubicado en Roma.


IV

Sobre esa capilla Su Santidad el Papa Lucio II hizo construir, en el siglo XIII, una basílica románica quedando esta al cuidado de una comunidad cisterciense. La cual fue rehecha a nuevo en el siglo XVIII por el arquitecto Doménico Gregorini a solicitud de Su Santidad el papa Benedicto XIV. Pero ya desde el medioevo, de Basílica Sessoriana había sido rebautizada con el nombre de Basílica de Santa Croce in Gerusalemme, Santa Cruz en Jerusalén, justamente por la tierra jerosolimitana que Santa Elena había mandado traer allí.


V

Hoy en día es una de las siete basílicas mayores de Roma. Entrando a la derecha y al fondo, se conserva la capilla de Santa Elena, debajo de cuyo piso está la tierra del calvario. Curiosamente en el altar, una copia romana mutilada de la Juno vaticana que Elena tanto apreciaba, repuesta su cabeza y sus manos y con el agregado de una cruz, representa hoy a la mismísima santa.

Pero el lugar de la basílica que los peregrinos visitan con más devoción es, detrás del ábside, a la izquierda, la capilla de las reliquias, donde se custodian los preciosos recuerdos desenterrados en el calvario por la madre de Constantino.

En una vitrina empotrada en la pared del fondo se encuentra lo que ha quedado del madero de la cruz tras su fragmentación en forma de pequeñas astillas. Reliquia que a través de los siglos los obispos solían colocar en sus anillos pastorales; también uno de los gruesos clavos que atravesaron las manos del Señor y dos afiladas espinas de su corona.

También se ubica en un cofre de vidrio, un travesaño de madera que dice ser parte de la cruz del buen ladrón, según la tradición, llamado Dimas.

Pero quizás más impresionante aún, ubicada sobre un costado, se observa una tablilla casi entera en donde de derecha a izquierda, según la costumbre judía, en hebreo griego y latín, se lee claramente, “Este es Jesús rey de los judíos”.


VI

Sin dudas es el escrito más antiguo que se conserva sobre Jesús, el único testimonio gráfico contemporáneo a él, el único título que le reconoció, aunque más no fuera luego de su muerte física.

Estas tablitas eran colocadas por los jueces colgando del cuello de los que iban a ser ajusticiados y, después de la ejecución, fijadas a la cruz sobre sus cabezas. Contenían en una leyenda lo más breve posible el motivo de la condena. De allí que a modo de sinopsis, esas pequeñas maderas recibieran el nombre de titulus, título.

Desde ese entonces a hoy utilizamos el término: título de una obra, título de nobleza, título de propiedad, título honorífico, título académico … etc.

El pequeño trozo de madera hallada por Santa Elena, con la sangrienta inscripción de Pilatos, es el único título humano que recibió Jesús. Sin dudas, titulus otorgado burlonamente por aquellos que irónicamente terminaron reconociendo al descendiente de David con pleno derecho de sangre al trono del pueblo elegido.


VII

Sin duda en la capilla de Santa Croce in Gerusalemme, lo que se custodia y veneran son las joyas de la corona.

Ya que las verdaderas joyas de la Iglesia no son las que se conservan en los llamados tesoros de las catedrales: cálices enjoyados, copones y crucifijos esmaltados, mitras recamadas, báculos preciosos, ornamentos incrustados de oro y gemas, cáligas y quirotecas... las verdaderas joyas de nuestro Rey se guardan en la poco visitada basílica de Santa Croce in Gerusalemme.

Pero, a pesar de su Trono de madera en Cruz y su Corona de Espinas y su Cetro de Caña, Jesucristo fue, es y será Rey.


VIII

Los títulos más prestigiosos, los puestos cumbres de la historia, aún los posicionamientos aptos de atraer a si todos los tesoros y todos los placeres y todo el poder, son tildados de pueriles y transitorios en el espectáculo atroz del Rey de reyes supliciado en cruz.

Si las autoridades, regia o democrática, es función de servicio, y de sumisión a la ley de Dios buscando el bien de los gobernados, hubiesen caminado alerta al lado y al frente de los pueblos compartiendo su vivir y necesidad, tal como lo hizo el Cristo en la sublime política de su magisterio y liderazgo, y en su última y suprema batalla de la cruz, el mundo viviría en la verdad y la justicia.


IX

Consagración del Género Humano a Cristo Rey

+

Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, miradnos humildemente postrados delante de vuestro altar; vuestros somos y vuestros queremos ser y a fin de poder vivir más estrechamente unidos con Vos, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón.

Muchos, por desgracia, jamás os han conocido; muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han desechado. Oh Jesús benignísimo, compadeceos de los unos y de los otros, y atraedlos a todos a vuestro Corazón Sacratísimo.

Oh Señor, sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han abandonado; haced que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria. Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Vos: devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve, se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor. Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo; dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro reino.

Mirad, finalmente, con ojos de misericordia a los hijos de aquel pueblo que en otro tiempo fue vuestro predilecto: descienda también sobre ellos como bautismo de redención y de vida, la sangre que un día contra sí reclamaron. Conceded, oh Señor, incolumidad y libertad segura a vuestra Iglesia; otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no suene sino esta voz: ¡Alabado sea el Corazón Divino, causa de nuestra salud, a Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos!

Amén.

+


Que la Paz este con todos Ustedes.


FIRMA POR LA PRIEURÈ DE SION y
POR EL SAGRADO CÍRCULO DE MELQUISEDEC:




†††
S.E.R. e Ilma., S.M.R. Mons. Dr. NICOLÁS GUARAGNO
46to Soberano
Gran Profeta Imperial de Sion y
del Sagrado Círculo de Melquisedec
Virrey Imperial para Occidente
Gran Mariscal General de Campo al Servicio de San Santiago Apóstol de la
Sacra e Imperial Orden Mística y Militar de Caballería de la Prieurè de Sion


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