"SI DEUS NOBISCUM QUIS CONTRA NOS"

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2 de Septiembre de 2008 A.D.
Día de San Justo

Esta frase poderosa en sí misma, deseo íntimo de todo ser humano de bien, fue dicha hace más de dos mil años.

Sin temor a equivocarnos debemos aceptar que fue y es repetida a diario en todos los idiomas y dialectos de todas las etnias, habiéndose producido una profunda e imborrable huella en todas las culturas y en todas las religiones, repetida, como decía, con auténtica convicción Universal en la mayoría de los casos y también en forma de eslogan vaciando su contenido, producto éste, por la falta de convicción, fe y respeto.
Como así también apelando al mensaje retórico de la misma, dicha o expresada de diferentes maneras por la dirigencia a lo largo de los tiempos en sus más variadas expresiones, políticas, sociales, publicitarias, etc.

Muchas veces se mencionan frases cargadas de hondo significado y contenido que no siempre el común denominador sabe como llevar a la práctica.

Sin duda todo mensaje, por sencillo o encriptado que sea, tiene una síntesis, una “palabra-llave” que muchas veces no se halla cuando se lee o escucha la frase; me refiero a un término iluminador que no se lee pero está, permitiendo a modo de punta de ovillo tirar del mismo para llegar en algún momento al núcleo fundante, permitiendo entender un más hondo y catalizador sentido, llevándolo luego al plano de la realidad en beneficio compartido.

Cuando aquellos que se instruyen para allanar el camino del otro en la comprensión y el saber, muchas veces lo único que logran es repetir la frase concreta sin la adecuada enseñanza práctica y mucho menos sin practicarla, esto en el “otro” produce un profundo desencanto y rechazo llevándolo a estallidos de incomprensión y alejamiento mutuo.

¿Será éste un ejemplo concreto, éste que estamos abordando, del alejamiento de la juventud mundial de las estructuras religiosas y de su correlato las estructuras políticas partidarias establecidas?

En los últimos años, en todos los países del orbe, más aún en aquellos que más pueden, se hacen estudios en el marco disciplinario de la Psicología Social, la Sociología y de otras disciplinas, con sinceras encuestas dando basamento irrefutable a tan reveladores análisis sociales. A medida que pasa el tiempo el cisma entre las nuevas generaciones y lo establecido se profundiza cada ves más.

En los más recientes estudios, aún hechos por diferentes especialistas en los más distantes puntos geográficos del orbe, condición social y económica, los resultados son, se podría decir, un calco con respecto a su resultado final.

Los jóvenes en su mayoría no adhieren a los partidos políticos ni mucho menos a sus prácticas, como así también el distanciamiento de las estructuras religiosas es tan o igual de significativo y profundo.

O un principio de toma de conciencia superior por parte de las nuevas generaciones, frente al desatino de muchos de sus mayores?

En cada uno de estos estudios sociales expuestos para todo aquel que se interese, aparece en todos y en cada uno de ellos, en el idioma de origen, dos palabras claves y única en su máximo interés. La segunda palabra es Familia.

Una palabra como resultado del interés general e incluyente de centenares de millones de jóvenes en todo el orbe, una palabra que oficia de hilo conductor, identificatoria y excluyente de las estructuras establecidas, una palabra que les da identidad produciendo un género común activo en forma anónima o grupal.

Una palabra sintetizadora que marca un camino iniciado hace dos mil años, Solidaridad, haciendo el bien sin mirar a quién, sin conocerlo, sin especular de conocerlo y por consiguiente sin esperar nada a cambio.

Son muchas las coincidencias y tendencias que reflejan a éste nuevo género pero siempre el mismo término en función de disparador único. Solidaridad.

Son éstos centenares de millones de jóvenes de diferentes orígenes, extracción social y cultural, devenido de diferentes religiones e ideologías y situaciones políticas, actualmente desmadrados de la educación y cultura de sus mayores?

Son por su juventud novedosos renegados de las prácticas y normas establecidas y sostenidas, hasta ver como más de la mitad de la humanidad se encuentra en estado paupérrimo. Habiéndose logrado, inclusive, desnaturalizar el cauce de la naturaleza poniendo en inminente peligro la vida sobre la faz de la tierra?

O acaso estamos frente a generaciones que interpretaron el mensaje del mayor Avatar, el mayor Espíritu de Luz, que desde hace dos mil años jamás nos abandonó?

Acaso habrán descubierto que la Solidaridad es el mayor símbolo y práctica iniciadora de la raza humana para amarse unos a otros?

Como se ama al prójimo, como se extiende la mano al necesitado, al doliente, al que pide ayuda, al que tiene hambre y sed, al desnudo, al aislado de toda formación educacional, como se practica el salvataje de la tierra frente a la manipulada y suicida actuar frente a la naturaleza de los intereses humanos que nada hacen por el prójimo?

Esa mano se extiende, simplemente se extiende solidariamente ... llevando amor en acción.

Centenares de millones de jóvenes en todo el mundo son iniciadores de un nuevo género y de una nueva conciencia, unidos por una raíz invisible pero presente en sus corazones habilitándolos como Ciudadanos Universales. Sin pedir nada a cambio, sólo esperan, conscientes o no, la Divina Gracia de la recompensa silenciosa, esa recompensa cada vez más esclarecedora que sólo llega desde lo alto haciendo impacto benéfico en los corazones de buena voluntad.

Centenares de millones, aborreciendo a los políticos y sus acciones y desaprobando el poder efímero el cual supo cosechar el poder religioso, quizás todavía no sepan, o quizás no quieran aceptar, que lo que hacen es una forma autónoma y concreta de hacer política, como así también desaprobando el quehacer de las elites religiosas, lo que hacen es acercarce cada vez más a la espiritualidad y a esa maravillosa religión iniciática que, seguramente, por error u omisión los líderes terrenos fueron extraviando, pero afortunadamente millones de corazones jóvenes y tantísimos maduros que nunca perdieron el origen, la encontraron y la siguen encontrando.

“Ama y has lo que debas hacer. Si te callas, calla por amor; si hablas, habla por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor; ten la raíz del amor en el fondo de tu corazón; de ésta raíz solamente puede salir lo que es bueno.”

Frente a hechos solidarios pequeños o grandes, individuales y/o grupales, pero todos benéficos, para el que lo hace y para el que lo recibe, frente a esta avasalladora corriente energética de conciencia masiva, dando inicio al camino correcto para “amarse unos a otros”, que llevan a cabo las nuevas generaciones y todos aquellos hombres y mujeres que a lo largo de su vida no perdieron el camino que conduce a la Casa del Padre.
Me he preguntado cuantos de tantos millones de seres humanos han leído a San Agustín, seguramente muchos.

Pero de lo que no debe cabernos duda alguna es que todos los seres solidarios ateos o creyentes, ricos o pobres, analfabetos o instruidos, negros o blancos, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, aceptándolo o rechazándolo, todos sin excepción, tienen en su corazón la raíz del amor, lo tienen a Cristo Vivo en su corazón.

Amadísimos Hermanos, cultivar esta raíz es sumarse a la construcción de la Paz.

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S.E.R. e Ilma., S.M.R. Mons. Dr. NICOLÁS GUARAGNO

46^to Soberano
Gran Profeta General de Sion y
Virrey Imperial para Occidente
Gran Mariscal General de Campo al Servicio de San Santiago Apóstol de la
Sacra e Imperial Orden Mística y Militar de Caballería de la Prieurè de Sion