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LECTURA Y REFLEXIÓN: SAN AGUSTÍN DE HIPONA

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
28 DE AGOSTO DE 2008

"SI DEUS NOBISCUM QUIS CONTRA NOS"



Orden de Caballería de Notre Dame de Sion y del Santo Espíritu
Santa María en Jerusalén
(HOL 070 - HOL 071)

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 28 de Agosto de 2008 A.D.
Día de San Agustín de Hipona, obispo y doctor de la iglesia


San Agustín de Hipona


“Nos has hecho para ti, Señor,
y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en ti."
San Agustín


I

Aurelio Agustín viene al mundo en Tagaste el 13 de Noviembre del año 354, África, hoy Suq Ahras actualmente Argelia.

Su familia, propia de una clase estable compuesta por su padre, hombre pagano de nombre Patricio y su madre, devota cristiana de nombre Mónica.

Aurelio Agustín inició su formación en su ciudad natal, recibiendo una educación cultural clásica, perfeccionándose en Madauro, estudiando retórica.

Su Madre, Santa Mónica, trató por todos los medios a su alcance de educarlo piadosamente en la fe cristiana.


II

Corría el año 371 donde se instala en Cartago buscando una igualdad de pensamiento entre el bien y el mal, ya que su primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó su desconfianza hacia una fe impuesta y no fundada en la razón.

Su preocupación por el problema del mal, que lo acompañaría toda su vida, fue determinante refugiándose efusivamente en el maquineismo. Luego de un tiempo sé desilusiona grandemente de esta filosofía de vida por su anarquía moral e intelectual, abrazando con un gran fervor el escepticismo.

Tiempo después se traslada a Roma y desde allí pasa a Milán ocupando una cátedra de retórica.

Es allí donde recibe la visita de su madre y por su intermedio tiene la ocasión de escuchar a San Ambrosio, cuyas explicaciones sobre las escrituras lo cautivan provocándole un antes y un después.

A los treinta y dos años mientras derrama lágrimas de angustia por sus profundas contradicciones, comienza a darle lectura a libro de las Cartas Paulinas en Rom 13,13 “Revístanse de Jesucristo, el Señor, y no busquen satisfacer bajos instintos”.

Alcanzado por la gracia, y luego de charlar con su madre lo sucedido, se convirtió siendo bautizado en el año 387.

Tres años después fue ordenado sacerdote de Hipona. Recibiendo en el año 395 tras la muerte de Valerio, la ordenación episcopal.

Pablo VI dijo de San Agustín: “Es único por su riqueza, por la lucidez de su pensamiento, por la profundidad de experiencia humana, único por su actualidad. Si San Agustín viviera hoy hablaría como habló hace más de mil años, porque él personifica verdaderamente a la humanidad que cree, que ama a Cristo y a nuestro Dios.”


III

El tema central del pensamiento de San Agustín es la relación del alma, perdida por el pecado y salvada por la gracia divina, con Dios, relación en la que el mundo exterior no cumple otra función que la de mediador entre ambas partes. De ahí su carácter esencialmente espiritualista, frente a la tendencia cosmológica de la filosofía griega. La obra del santo se plantea como un largo y ardiente diálogo entre la criatura y su Creador, esquema que desarrollan explícitamente sus Confesiones.

Si bien el encuentro del hombre con Dios se produce en el amor, Dios es concebido como verdad absoluta y única. Sólo situándose en el seno de esa verdad, es decir, al realizar el movimiento de lo micro hacia lo macro, puede el hombre acercarse a su propia esencia.

San Agustín modificó su concepción de la esencia divina y de la naturaleza del mal, a partir de la idea de que “Dios es luz, sustancia espiritual de la que todo depende y que no depende de nada”, comprendió que las cosas, estando necesariamente subordinadas a Dios, derivan todo su ser de Él, de manera que el mal sólo puede ser entendido como pérdida de un bien, como ausencia o no-ser, en ningún caso como sustancia.


IV

“Señor, que todo mi corazón se inflame con amor por Ti;
Haz que nada en mi me pertenezca y que no piense en mi;
Que yo queme y sea totalmente consumido en Ti;
Que te ame con todo mi ser, como incendiado por Ti.”
San Agustín, Comentario al salmo 138

V

San Agustín, fue un hombre como nosotros, que conoce la inmensa angustia de vivir lejos de Dios, la tristeza del pecado, la alegría de la conversión y la gran fiesta del retorno al Padre. Hombre insaciable y continuo buscador de Amor y Verdad. Busca para encontrar y encuentra para seguir buscando.

Agustín, inquieto e investigador de la verdad, vive hoy en la presencia de la Verdad, de Dios.

Mediante su vida, él nos ayude en el camino de la conversión profunda descubriendo el Amor, la Verdad y el Servicio.


VI

ORACIÓN

+

Oh glorioso San Agustín, tu fuiste un hombre sensual atormentado frecuentemente por los apetitos y deseos naturales. Pero supiste encontrar tu camino hacia Dios por medio del fuerte deseo de vivir una rica vida espiritual y plena de sentido. Ayúdame a ver las cosas como tu enseñaste, que Dios esta presente en todos aquellos que con buena voluntad le buscan y en todos los que le aman como El nos ama. Ayúdame a ver a través de mis deseos de Dios y ayúdame a ver el amor de Dios en todos mis deseos. Te pido San Agustín, que me ayudes a encontrar a Dios en todo lo que veo. Infunde en mi espíritu con el deseo de conocer y amar a Dios con todo mi corazón.

Amén

+


Que el buscar y encontrar a Dios esté en vuestros corazones.


FIRMA POR LA PRIEURÈ DE SION:




†††
S.E.R. e Ilma., S.M.R. Mons. Dr. NICOLÁS GUARAGNO
46to Soberano
Gran Profeta General de Sion y
Virrey Imperial para Occidente
Gran Mariscal General de Campo al Servicio de San Santiago Apóstol de la
Sacra e Imperial Orden Mística y Militar de Caballería de la Prieurè de Sion


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