Desde
San Juan, hoy te escribo hermano
para
decirte que en este tiempo
en
nuestra, casa, todo a terminado
no
te imaginas cuanto te extraño.
A
mi que tanto me disgustaban
tus
largas noches de guitarreadas,
miro
tu cuarto y me duele el alma,
se
ve tan triste sin tus tonadas,
la
última carta que recibimos,
nos
habla de tus nuevas vivencias,
dices
que es lindo,
pero
igualmente sufres a diario
tu
misma ausencia.
(estribillo)
Bajo
este cielo, sobre este suelo,
donde
aún la vida es una flor;
en
este Cuyo, tierra de todos
estará
por siempre para vos,
abierto
nuestro corazón,
Recitado
Fue
una atardecer cuando partiste.
Tu
ausencia caprichosamente,
lleno
espacios de la casa
pero
ahora hermano,
que
el dolor de la distancia
te
empuja de nuevo a casa
aquel
atardecer de sangre,
que
alguna vez te llevara
se
nos hará para siempre,
amanecer
de llegada,
Y
un tercer domingo de octubre,
para
sorpresa de nuestra vieja,
el
Pata´I perro volvió a la casa,
se
lo escondimos tras de una puerta,
luego
abrazo, un beso en la frente,
fueron
testigos de tanto afecto,
lloramos
si, pero de alegría;
que
hermoso hermano, el felíz regreso.
(estribillo)