Como
una estrella fugaz
que
luce en noche sombría,
brilló
un instante María
en
el valle del dolor .
¡Ay
si!
¡Ay
no!
Era
una virgen tran pura
cual
de la tarde la brisa,
cuya
mágica sonrisa
reflejo
era de su amor.
II
Se
marchitó como rosa
que
su perfume derrama,
como
fosfórica llama
un
solo instante vivió.
¡Ay
si!
¡Ay
no!
Porque
faltaba en su alma
el
aire puro del cielo,
fué
tomando raudo vuelo
y
otra atmósfera buscó.
III
Un
día que en un jardín
íbamos
cortando flores,
emblema
de los amores
que
en la tierra puso Dios.
¡Ay
si!
¡Ay
no!
un
pensamiento le dí,
ella
me dió un pensamiento,
y
animado de contento
formé
un ramo de los dos
IV
Aquellos
dos pensamientos
la
vida simbolizaron,
quizás
identificaron
su
vida, su alma y su ser.
¡Ay
si!
¡AI
no!
porque
apenas en su lecho
hallaron
tibia guarida,
pálida
y desfallecida,
bajo
la marchita flor.
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