Me
cuesta creerlo, tener que olvidarla,
después
de tenerla tan cerca de mí;
recorrer
sus calles y hasta imaginarla
prendida
a mi brazo para no morir .
Me
cuesta creerlo, metida en mis cosas,
las
que poco a poco la alejan de aquí,
pensarla
en mi cuarto, madurando sombras
y
hundirla en mi pecho, puñal de jazmín.
Lejana
y perdida,
te
arrastra el invierno
de
mis pocos años
cercados
de gris.
Fatal
melodía
que
sangra en el viento
las
huellas azules
que
dejaste en mí.
Lejana
y perdida,
perfume
de helechos,
retoño
imposible
de
un tiempo feliz.
Me
cuesta creerlo,
metida
en mis cosas...