Me miró
como si acaso
ya lo venía
pensando,
en la
partida sin vuelta
pa´
descansar en los llanos,
cual si le
fuera lo mismo
el cómo,
el porqué y el cuándo.
Olió mi
hombro y su hocico
se apoyo
sobre mi mano,
luego volvió
la cabeza
como si
hubiera aceptado,
el doliente
desenlace
al que me
había enfrentado.
Quién sabe
que luna nueva
lo
sorprendió a mi caballo,
que al
querer saltar la cerca
cayó con
un golpe malo,
y en el
suelo con sus patas
quedó mi
animal quebrado,
para nunca
mas llevarme
cielo
arriba cerro abajo.
Era como un
buen cristiano
que en la
vida me iva dando,
entre
tantas jineteadas
este cariño
de hermano,
si hasta
parece mentira
que me haya
entregado tanto.
No quisiera
que en la vida
al dueño
de algún caballo,
le pase lo
que a este criollo
tener,
tener que sacrificarlo,
y ver como
para siempre
se me quedó
descansando.
Quién sabe
que luna nueva
lo
sorprendió a mi caballo,
que al
querer saltar la cerca
cayó con
un golpe malo,
y en el
suelo con sus patas
quedó mi
animal quebrado,
para nunca
mas llevarme
cielo
arriba cerro abajo.