Masa
helada del Andes fue tu cuna
que
engendró tu nacer gota por gota
y
al bajar presuroso por las piedras
rompiste
en destellos por las rocas.
Como
potro salvaje abriste paso
discurriendo
entre tolas y pichanas
resonaba
tu voz entre los riscos
serpenteando
feliz por las quebradas.
Estribillo
Río
San Juan, por fin llegaste al valle,
aguas
ariscas, rápidas y frías
quedaron
casi quietas en acequias
para
que inertes tierras tengan vida.
Después
llegaron tiempos de progreso
y
así el potro salvaje con sus bríos,
quedaron
encerrados mansamente
en
coloso corral de muros fríos.
Pero
ya no te quejes de tu suerte
porque
aún has cobrado nueva vida,
tu
corazón palpita en los sembrados
y
revienta en racimos por las viñas.
Al
estribillo
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