JURISTA
TUCUMANO
Por
Carlos Páez de la Torre (h).
La
figura destacada del doctor Miguel Romero.
Merece un recuerdo la figura del doctor Miguel Romero. Fue un destacado
jurisconsulto tucumano que actuó con gran lucimiento en Buenos Aires, y que
gozó de bien asentado prestigio en la magistratura, en la ciencia jurídica y
en la función pública. Había nacido en esta ciudad el 6 de febrero de 1859.
El conocido hacendado Miguel Romero y doña Serafina López fueron sus padres.
Su madre era hija del gobernador Javier López, y entre sus hermanos estaba
doña Serafina Romero de Nougués, donante de los terrenos sobre los cuales se
edificó el Colegio Salesiano costeado por Manuel García Fernández.
Enrique Larreta proporciona datos biográficos de Romero en “La Biblioteca”,
revista de la que este fue colaborador. Nos informa que realizó el
bachillerato en nuestro Colegio Nacional.
Egresó en 1877, y pasó luego a Buenos Aires, a la Facultad de Derecho. Allí
se doctoró en 1883, con la tesis “Derecho sucesorio”. Durante su época de
estudiante, se desempeñó como secretario privado del presidente Julio
Argentino Roca, pero dimitió en 1885, para dedicarse plenamente a las tareas
jurídicas.
En mayo de ese año, fundó la “Revista General de Administración”. Fue una
publicación sumamente valiosa por sus informaciones sobre derecho público,
reseñas de fallos, análisis de los actos y documentos oficiales y artículos
de juristas conocidos. Viajó también a Europa, donde trabó contacto con
centros universitarios de Derecho Administrativo.
Durante la intervención federal del doctor Francisco L. García, tucumano, a
la provincia de Catamarca (1893) el doctor Romero se desempeñó como
secretario. Fue asimismo juez de primera instancia en lo Civil. Sus fallos
fueron muy comentados por la amplia versación que revelaban.
De su capacidad como cultor de la ciencia del Derecho hay testimonio en sus
libros: por ejemplo, “Lo contencioso administrativo”, “El problema monetario
argentino” y “El Parlamento”; este último muy consultado en su tiempo, sobre
todo en las cuestiones relativas a fueros. El doctor Romero falleció
repentinamente en Buenos Aires el 21 de mayo de 1907. Se encontraba
conversando en el despacho del doctor Williams, cuando un ataque cardíaco le
quitó la vida.
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