Agregado el 17 de sept de 2003
La Matrix es la personificación de la ignorancia y la ignorancia genera apego:
" A tu alrededor ves las mentes de las personas que queremos salvar, pero mientras no lo hagamos, ellos continúan siendo parte del Sistema (...) la gran mayoría no está lista para ser desconectada, y están tan habituados, son tan desesperadamente dependientes del Sistema, que incluso pueden llegar a ofrecer su propia vida por preservarlo"
Por su parte, Sócrates utiliza una caverna como la personificación de la ignorancia. Allí vemos al ser humano viviendo en una especie de prisión mental, donde se confunden las percepciones con la realidad (avidya). En palabras de Morfeo:
"La Matrix está aquí mismo (...) y la percibes al ir a trabajar, al ir a la iglesia y al pagar los impuestos (...) es el mundo que te han puesto para ocultarte la verdad.
- ¿Qué verdad?
- Que eres un simple esclavo. Igual que los demás naciste cautivo. Naciste en una prisión que no puedes probar ni oler, una prisión para tu mente."
El apego puede ser tan fuerte que si a una mente fraguada se le muestra la verdad, ésta podría rechazarla. Recuerden lo que dijo Neo cuando Morfeo lo enfrentó con la verdad:
"¡Déjenme salir! ¡No puede ser cierto! ¡No lo creo!"
Posteriormente Morfeo diría:
"Creo que te debo una disculpa. Hay una regla: jamás liberamos una mente que ha superado cierta edad. Es peligroso. La mente no acepta la verdad. Lo he visto antes y me disculpo. Lo que hice fue porque (...) creo que la búsqueda del Elegido hoy ha terminado"
Según Platón - Sócrates:
"(Cuando al hombre se le muestran las cosas tal cual son) ¿No se le pondrá en el mayor conflicto, y no estará él mismo persuadido de que lo que veía antes era más real que lo que ahora se le muestra?"
REHENES DE LA IGNORANCIA
El siguiente texto aparece en el libro "Filosofía Clásica" de Pablo Huneeus y la traducción me parece excelente (PH es uno de los más grandes y consecuentes escritores latinoamericanos).
¿Para qué
estudiar?¿No será mejor ver tele?¿Hasta cuando me fastidian
con libros y tareas?
Sócrates responde la pregunta por medio de un cuento denominado El Mito
de la Caverna (...) Ahí, Sócrates compara la condición
de ignorancia con la de encadenamiento y miseria humana.
Sócrates: Ahora
represéntate el estado de la naturaleza humana, con relación a
la ciencia y a la ignorancia, según el cuadro que te voy a trazar. Imagina
un antro subterráneo, que tenga en toda su longitud una abertura que
dé libre paso a la luz, y en esta caverna hombres encadenados desde la
infancia, de suerte que no puedan mudar de lugar ni volver la cabeza a causa
de las cadenas que les sujetan las piernas y el cuello, pudiendo solamente ver
los objetos que tienen al frente. Detrás de ellos, a cierta distancia
y a cierta altura, supóngase un fuego cuyo resplandor les alumbra, y
un camino escarpado entre este fuego y los cautivos. Supón a lo largo
de este camino un muro, semejante a los tabiques que los charlatanes ponen entre
ellos y los espectadores, para ocultarles la combinación y los resortes
secretos de las maravillas que hacen.
Glaucón: Ya me imagino todo eso
- Figúrate personas, que pasan a lo largo del muro, llevando objetos
de toda clase, figuras de hombres, de animales, de madera o de piedra, de suerte
que todo esto aparezca proyectado sobre el muro. Entre los portadores de todas
estas cosas, unos se detienen a conversar y otros pasan sin decir nada.
- ¡Extraños prisioneros y cuadro singular!
- Se parecen, sin embargo, a nosotros, punto por punto. Por lo pronto ¿crees
que puedan ver otra cosa de sí mismos y de los que están a su
lado, que las sombras que van a producirse frente a ellos, al fondo de la caverna?
- ¿Ni cómo podrían ver más si desde su nacimiento
están obligados a tener la cabeza inmóvil?
- Y respecto de los objetos que pasan detrás de ellos, ¿pueden
ver otra cosa aparte de sus sombras?
- No
- Si pudieran conversar unos con otros, ¿no convendrían
en dar a las sombras que ven los nombres de las cosas mismas?
- Sin duda
- Y si en el fondo de su prisión hubiera un eco, que repitiese las palabras
de los transeúntes, ¿no se imaginarían oír hablar
a las sombras mismas que pasan delante de sus ojos?
- Sí
- En fin, ¿no creerían que pudiera existir otra realidad que estas
mismas sombras?
- Sin duda
- Mira ahora lo que naturalmente debe suceder a estos hombres , si se
les libra de las cadenas y se les cura de su error. Que se desligue a
uno de estos cautivos, que se les fuerce de repente a levantarse, a volver la
cabeza, a marchar y mirar hacia la luz; eso ha de causarle mucho sufrimiento;
la luz le ofenderá los ojos, y la confusión que sentirá
le impedirá distinguir los objetos, cuyas sombras veía antes.
¿Qué crees que respondería, si se le dijese, que hasta
entonces sólo había visto fantasmas, y que ahora tiene delante
suyo objetos reales y más aproximados a la verdad? Si en
seguida se le muestran las cosas a medida que se vayan presentando, y a fuerza
de preguntas se le obliga a decir lo que son, ¿no se le pondrá
en el mayor conflicto, y no estará él mismo persuadido de que
lo que veía antes era más real que lo que ahora se le muestra?
- Sin duda
- Y si se le obligase a mirar el fuego, no sentiría molestias en los
ojos? ¿No volvería la vista para mirar a las sombras, en las que
se fija sin esfuerzo? ¿No creería hallar en éstas más
disitinción y claridad que en todo lo que ahora se le muestra?
- Seguramente
- Si después se le saca de la caverna y se le lleva por el sendero áspero
y escarpado hasta encontrar la claridad del sol, ¡Qué suplicio
sería para él verse arrastrado de esa manera! ¡Cómo
se enfurecería! Y cuando llegara a la luz del sol, deslumbrados sus ojos
con tanta claridad, ¿podría ver alguna de las cosas que consideramos
reales?
- Así de pronto, no podría
- Necesitaría, indudablemente, algún tiempo para acostumbrarse
a ello. Lo que distinguiría más fácilmente sería,
primero las sombras; después, las imágenes de los hombres y demás
objetos pintados sobre la superficie de las aguas; y por último, los
objetos mismos. Luego dirigiría sus ojos al cielo, al cual podría
mirar más fácilmente durante la noche a la luz de la luna y de
las estrellas que a pleno sol
- Sin duda
- Y al fin podría, no sólo ver la imagen del sol en las aguas
y donde quiera que se refleja, sino fijarse en él y contemplarlo allí
donde verdaderamente se encuentra
- Sí
- Después de esto, comenzando a razonar, llegaría a concluir,
que el sol es el que crea las estaciones y los años, el que gobierna
todo en el mundo visible, y el que es en cierta manera la causa de todo lo que
se veía en la caverna
- Es evidente que llegaría como por grados a hacer esas reflexiones
- Si en aquel acto recordara su condición anterior, la idea que allí
se tiene de la sabiduría y sus compañeros de esclavitud, ¿no
se regocijaría de haber salido y no se compadecería de la desgracia
de aquellos?
- Seguramente
- ¿Crees que envidiaría aún los honores, las alabanzas
y recompensas que allí se daban al que primero veía pasar las
sombras, al que con más seguridad recordaba el orden en que marchaban
yendo unas delante o detrás de otras o juntas, y que en este concepto
era el más hábil para adivinar su aparición; o que tendría
envidia a los que en esta prisión eran más poderosos y más
honrados? ¿No preferiría, como Aquiles en Homero, pasar la vida
al servicio de un pobre labrador y sufrirlo todo antes que volver a su primer
estado?
- No dudo que estaría dispuesto a padecer cuanto sea necesario antes
que vivir de esa manera
- Fija tu atención en lo que voy a decirte. Si este hombre volviera de
nuevo a su prisión, para ocupar su antiguo puesto, en este tránsito
repentino de la plena luz a la oscuridad, ¿no se encontraría como
ciego?
- Sí
- Y si cuando no distingue aún nada, y antes de haber sus ojos recobrado
su aptitud, lo que no podrá suceder sin pasar mucho tiempo, tuviere precisión
de discutir con otros prisioneros sobre estas sombras, ¿no daría
lugar a que estos se rieran, diciendo que por haber salido de
la caverna había perdido la vista, y no añadirían
además, que sería de parte de ellos una locura querer
abandonar el lugar en que estaban, y que si alguno intentara sacarlos
de allí y llevarlos al exterior sería preciso cogerle
y matarle?
- Sin duda
- Y bien, mi querido Glaucón, esta es precisamente la imagen de
la condición humana. El antro subterráneo es este mundo
visible; el fuego que le ilumina es la luz del sol; este cautivo, que sube a
la región superior y que la contempla, es el alma que se eleva
hasta la esfera de lo inteligible. He aquí por lo menos lo que
yo pienso, ya que quieres saberlo. Sabe Dios si es conforme con la verdad.
En cuanto a mí lo que me parece en el asunto es lo que voy a decirte.
En los últimos límites del mundo inteligible está la idea
del bien, que se percibe con dificultad; pero una vez percibida no se puede
menos que sacar la consecuencia de que ella es la causa primera de todo lo bello
y bueno del universo; que, en este mundo visible, ella es la que produce la
luz y el astro de que ésta procede directamente; que en el mundo invisible
engendra la verdad y la inteligencia; y en fin, que ha de tener fijos los ojos
en esta idea todo aquel que quiera conducirse sabiamente...