TEORIA DE HUECOS

    A finales de los años 20, cuando Dirac encontró su famosa ecuación y propuso la “teoría de las huecos”, se conocía sólo una partícula elemental con cargo eléctrica positiva, el protón. Sin embargo, no se lo podía considerar un “hueco” en el mar de energía negativa, ya que las masas del electrón y del hueco debían ser iguales. Sin embargo el protón es casi dos mil veces más pesado que el electrón, por eso fue necesario suponer que a la par del electrón en la naturaleza debía existir una partícula semejante pero con carga positiva. Y ya que al chocar se anulan y su materia se convierte totalmente en energía de radiación, entonces les llamaron partículas y antipartículas. Es así como en la ciencia surgió la idea de la antimateria.

    El electrón a menudo es denotado por él símbolo e+ y el antielectrón con el símbolo e+.

     El proceso de aniquilación, el nacimiento de dos cuerdos gamma, se expresa mediante, la fórmula e‑ + e+ ‑> 2y. Los cuantos gamma deben ser obligatoriamente dos, un cuanto gamma solo no puede nacer. Esto se entiende fácilmente si consideramos la aniquilación de dos partículas en reposo. Su impulso es nulo. Por la tercer ley de Newton el impulso se conserva, por eso deben nacer dos partículas que vuelan en direcciones opuestas. Su impulso total es igual a cero. En principio pueden nacer y más partículas, entonces la ley de conservación del impulso también, por supuesto se cumplirá, pero estos fenómenos son pocos frecuentes.

    La ecuación de Dirac y su descubrimiento fue el suceso científico más importante de finales de los años 20 y comienzos de los años 30. Si embargo la idea de las antipartículas‑huecos Inicialmente no fue tomada en serio.

    Hace tres siglos el filósofo y matemático alemán Leibnitz escribió: “los números imaginarios son un extraordinario vuelo del espíritu divino, son casi anfibios, que se encuentran entre el ser y el no ser”. Actualmente estos números son usados por los técnicos, ingenieros. la teoría de huecos‑antipartículas de Dirac inicialmente parecía extraña e incomprensible. Muchos físicos la consideraban como un focus teórico.

    Cuando la historia de los grandes descubrimientos científicos se observa a través del prisma del tiempo, desde lo alto de los conocimientos y la experiencia acumulada, a menudo parece sorprendente cómo esta gente no notaba un orden de cosas tan natural y aún más se negaban a comprender los fenómenos incluso después de haber sido descubiertos. Pero precisamente el problema está en que lo natural era completamente otro orden de cosas, y el reconocimiento y comprensión de un descubrimiento, a menudo requiere de negar lo que a todos les parece evidente. Para aquellos que conocen la Física Moderna, las antipartículas son objeto comunes, como los números negativos y los números Imaginarlos para los matemáticos. Pero hace medio siglo la situación era completamente otra.

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