François Lepot 

"La columna de Enrique Oliva"
Análisis de la Situación

Doctor en Ciencias Políticas y Licenciado Consular. Miembro de Número de la Academia Nacional de Periodismo.
Fue director de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Participó activamente en la creación en 1951 del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, donde asimismo organizó y dirigió el Primer Censo Nacional Científico - Técnico de la Argentina.
Fue Rector fundador en 1964 de la Universidad del Neuquén, la primero íntegramente provincial y autónoma del país, ahora Nacional del Comahue. Ejerció el profesorado en las Universidades de Morón, Neuquén y de Cuyo, siendo también en esta última Secretario General.
Trabajó en diversos medios de prensa desde muy joven. En el diario Clarín escribió como corresponsal durante 25 años, 16 de ellos en Europa, con base en París, bajo el seudónimo de François Lepot. Desde allí informó sobre la actualidad internacional de todos los continentes y entrevistó a numerosos jefes de Estado.
Del 2 de abril al 30 de junio de 1982 cubrió la Guerra de Malvinas desde Londres.
Estuvo en las Malvinas antes del conflicto, en el año 1975, y fue el primer periodista argentino que visitó las islas después de la guerra, en octubre de 1986. Sus notas para el diario Clarín aún se recuerdan por el interés que despertaron, trascendiendo en otros medios del país y del exterior. Luego realizó varios viajes a Gran Bretaña, donde entrevistó a altas personalidades sobre la cuestión Malvinas.
François Lepot fue el seudónimo extranjero obligado de Enrique Oliva porque la última dictadura militar prohibió su nombre verdadero en los diarios.
François por su hijo Francisco; y Lepot porque las tres letras centrales son las iniciales de Enrique Pedro Oliva, y además por ser una palabra con similitud fonética con la expresión francesa "le pote" (el amigote) que en lunfardo argentino significa "gomia".
Sus últimos libros son: "Malvinas, el colonialismo de las multinacionales"; "En el Golfo"; "El Rey de la Araucanía y Patagonia" y su reciente publicación: "Malvinas desde Londres".


EL  IMPERIO  MUESTRA  SUS  UÑAS  EN  SURAMÉRICA

 

¿Colombia es convertida en fortaleza para el total control de Suramérica y sus

fuentes de riquezas naturales?

 

05/VIII/09                                                                              Por Enrique Oliva

         Colombia, en la actualidad es el país del Cono Sur de mayor importancia estratégica para los fines imperialistas. Tiene fuerzas aéreas, navales y terrestres en el Caribe (Cartagena) y en el Pacífico (Málaga). Posee también 3 bases aéreas en el centro Este del país que acaba de ceder a Estados Unidos y “tramita” 2 terrestres en Tolenaida y Lorandia. En realidad, el Pentágono ha venido controlando y proveyendo armamentos de última generación a todas las guarniciones mencionadas. Los convenios ya firmados y a concretar, tendrán una duración de 10 años. Además, para “combatir” al narcotráfico y a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas) ha usado por 8 años la base aérea de Manta instalada en Ecuador, país al que espera pronto deberá devolverla. Lo cierto es que hasta ahora tanto despliegue militar no ha generado progresos en ambas luchas, mientras las FARC siguen controlando un tercio del territorio.

         La estratégica Colombia limita con 4 países suramericanos (Ecuador, Perú, Venezuela y Brasil), más el centroamericano Panamá, manteniendo conflictos fronterizos y políticos con algunos de sus vecinos. A los reclamos de Lula, Bachelet, Correa y Chávez se han unido otros países repitiéndose los anuncios de reforzar fronteras. Nadie piensa que la movilización de fuerzas norteamericanas a tal alto nivel, se limitará solo a una nueva ofensiva contra el tráfico de drogas y la insurrección interna colombiana.

 

Brasil patea el tablero

         El anuncio de la cesión de bases por parte de Colombia a Estados Unidos ha provocado reacciones muy duras en Brasilia, cuando se suponía que las relaciones con Barack Obama eran “inmejorables”. A pocos mandatarios la Casa Blanca había dispensado hasta ahora tantas distinciones y elogios. Aun antes de conocer personalmente a Lula de Silva, el presidente yanqui lo consideraba el “hombre más importante del G-20” y menudearon desde entonces los encuentros

y llamados telefónicos, con exageradas muestras de amistad y promesas de respeto al presidente suramericano.

                                                                                                                 El claro disgusto de Lula reprodujo la energía con que en las postrimerías de la era Bush (h), reaccionó contra el anuncio (anuncio que sigue en pié) de activar la IV flota en las costas del Atlántico Sur. En esa oportunidad hizo una breve gira por Suramérica Thomas Shanon, entonces Secretario Adjunto para el Hemisferio Sur, para tranquilizar las asperezas creadas por la medida, unánimemente considerada intimidante y sin sentido. Ayer martes 4 inició otro viaje con más explicaciones Jim Jones, Consejero Nacional de Obama, quien no tendrá mejor suerte. Para calmar a Argentina, mañana jueves 6 llegará a Buenos Aires Albaro Uribe, presidente de Colombia, quien tampoco puede esperar una aprobación al tema bases, coherente con el anterior enérgico rechazo de nuestro país a la presencia de la IV Flota en aguas del Atlántico Sur.

         Carlos Amorín, canciller brasileño, adelantó el domingo pasado el pensamiento del gobierno de su país, “preocupado ante una presencia militar fuerte, cuyo objetivo y capacidad parece ir mucho más allá        de lo que pueda ser la necesidad interna de Colombia”.

         Lula ha ratificado lo dicho por Amorín y agregado otras quejas contra los procederes  de Washington. Dijo que, pese a promesas reiteradas, la política de tasas de importación de materias primas para biocombustibles, no dejan de subir en Estados Unidos, para desconcierto de los productores brasileños. Con los impuestos en alza, se rebajan los beneficios de los agricultores que esperaban más retributivos.

 

Justificada preocupación del Mercosur

         No es un secreto para nadie la vieja estrategia Norteamérica de dominar militarmente su patio de atrás. Docenas y docenas de intervenciones así lo prueban. La técnica de las dictaduras obedientes fracasó y brotaron las democracias con ideales nacionalistas reivindicatorios.

         En los objetivos del Pentágono es inocultable la “necesidad” de tener en sus manos el control del Brasil. Con ese propósito, como lo sugiere el canciller carioca, se fortifica a Colombia desmesuradamente para manejar el interior y a la IV Flota para presionar sobre sus costas, donde se han descubierto enormes yacimientos de petróleo y gas. También se veía amenaza la desembocadura del Amazonas, puerta de salida al Océano Atlántico a fabulosas riquezas naturales. Desde hace años, en  escuelas primarias y secundarias yanquis se divulgan mapas donde la bandera de las barras y las estrellas cubren la región de la Amazonía para su protección.

         El peligro que corre Brasil, a cuya suerte está tan ligado el resto de Suramérica, requiere reforzar el Mercosur con el urgente ingreso con plenos derechos de Venezuela y poner en marcha la moneda propia, el Bando del Sur y algún tipo de fuerzas armadas de defensa.

          Ante los avances de las operaciones para desequilibrar a gobiernos democráticos de nuestro subcontinente, que irán aceleradamente en aumento, la unidad y solidaridad debe ser amplia y sin reservas, requiriendo asimismo una acción diplomática a nivel internacional.

         Como lo afirma Rafael Ortega, ahora acusado como Hugo Chávez de complicidades con la guerrilla colombiana y el narcotráfico, “Colombia se estima una base de desestabilización en la región”. Además Ecuador ha prometido que no permitirá nuevos bombardeos de su territorio por parte del gobierno de Bogotá, manifestándose dispuesto a defenderse. La posibilidad de una guerra en Suramérica, desgraciadamente está lanzada en países hermanos y pobres.


OTAN ANTE LA CIÉNAGA AFGANA

 

19/VIII/09                                                                              Por Enrique Oliva

         Mañana jueves 20 de agosto, 17 millones de afganos están llamados a las urnas para designar un presidente (entre 36 candidatos a ese puesto) y 420 consejeros. Una fuerza armada extranjera de 101.000 soldados cuida el orden electoral. Pero el clima de violencia reinante no presagia nada bueno, pues esos comicios se convocan sin prometer ni siquiera una fecha probable de retiro del territorio de las fuerzas internacionales encabezadas  por Estados Unidos a través de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). ¿Se pensará que habrá alguna oportunidad de paz y democracia bajo una ocupación militar  por tiempo indeterminado, cuando ya cumplió ocho años de acciones bélicas incesantes y se habla oficialmente de 5 a 10 años más?

         Las hostilidades contra Afganistán se “justificaron” a raíz de los sangrientos actos terroristas contra las Torres Gemelas de aquel trágico 11 de setiembre del 2001. Se inició así una guerra cruenta de tierra arrasada en busca de un fantasmal Bin Laden, de origen saudita, pero sin encontrarlo jamás. Ni allí ni en el vecino país, el “aliado” Pakistán. Esta última república islámica ha sido también desestabilizada por la violencia interna y la venida del exterior provocando incesantes ataques a poblaciones y provocando un elevado número indeterminado de muertos y dos millones de desplazados. Sin embargo, el “villano” no aparece a pesar de las múltiples  recompensas ofrecidas por una información de su paradero; una sola de ellas alcanza a 25 millones de dólares.

         La OTAN acaba de estrenar un nuevo Secretario General, el dinamarqués Anders Fogh Rasmussen, que ha sido por bastante tiempo primer ministro de su país. Sus más recientes  declaraciones a la prensa puntualizan sus planes: “En primer lugar hemos de tener éxito en Afganistán. La misión en ese país es la más importante. Hay mucho en juego, tanto para el pueblo afgano, como para la comunidad internacional y para la OTAN. No podemos bajar la guardia y dejar que Afganistán vuelva a convertirse en un refugio para terroristas. Esa es nuestra tarea principal. Además, me gustaría mejorar las relaciones con Rusia y continuar con las reformas en nuestra Alianza para que pueda enfrentar los nuevos desafíos de nuestro tiempo”.

         Pero el jefe máximo de la OTAN se ha encontrado con un incremento fuerte de las actividades terroristas en Afganistán. El viernes pasado, a menos de una semana de los comicios, en la llamada “calle más segura” de Kabul, la capital afgana, en el barrio Wazir Akbar Khan, frente mismo a la ultra vigilada comandancia de la OTAN, a cargo del general Stanley McChrystal, un vehículo con 500 kilos de explosivos, conducido por un suicida, dejó 8 muertos y 91 heridos. Y ayer martes se registraron otros diversos atentados. Dos misiles fueron disparados contra el Palacio Presidencial, granadas se lanzaron a un cuartel policial. Un suicida en un camino mató a 2 trabajadores de las Naciones Unidas. Otro suicida con un vehículo bomba se arrojó sobre un convoy de la OTAN, casi a las puertas de Kabul, provocando 8 muertos y 59 heridos. Las amenazas para sabotear los comicios son múltiples; hasta  prometen los rebeldes talibanes cortar un dedo a quienes concurran a votar. Estos serían fácilmente identificables porque en las boletas se requiere dejar una huella digital impregnada de tinta. Paralelamente se descuentas fraudes y la multitud de periodistas evidencian en las calles la compra de votos.

         Las encuestas dan como ganador al actual presidente Hamid Karzai y en segundo término a su ex ministro de asuntos exteriores Abdula Abdula. Para no amedrentar a los votantes el gobierno ha prohibido a los medios de difusión informar sobre atentados durante las horas del comicio.

 

La situación en medios europeos

         El diario de centro-derecha Le Figaro de París, comentando el atentado del viernes dijo: “Sin lugar a dudas, Washington y la OTAN han cometido errores tácticos en Afganistán. Sus aviones han lanzado bombas, sin tomar en cuenta el sentir de la población, el equilibrio entre los grupos étnicos y las realidades económicas…”.

         El diario holandés Trow escribió: “Las tropas de la ISAF (nombre del operativo de la OTAN en Afganistán) han vuelto a colocar bloques de cemento en la calle que conduce a su cuartel, otra vía de acceso fue completamente bloqueada. Eso corresponde ya casi a la rutina tras cada atentado explosivo. Pero cada vez más bloques de cemento y bloqueos de calles asfixian a Kabul. Entre tanto se plantea la pregunta de porqué  no se trasladan las sedes de ISAF y otras instituciones que figuran en la lista de blancos de los talibanes a las afueras, donde el peligro de que se vean afectados civiles  resulta considerablemente menor”.

         El diario romano La República considera a los Talibanes como “todopoderosos e invencibles o por lo menos eso es lo que parece”. Y, haciéndose  eco de  un  sentir cada vez más claro de los europeos, se pregunta “¿porqué tienen que morir nuestros soldados en Kabul? Y esto tanto más porque nos da la impresión de que esos guerreros nos sorprenden con sus ataques espectaculares y nos da la impresión de que nuestra presencia allí no tiene sentido…”.

         Ayer martes, la germana agencia Deutsche Welle, mientras se discutía en el parlamento de Berlín el tema de las tropas en Afganistán, la Canciller (cargo equivalente a Jefa del gobierno) Angela Merkel declaró: “Alemania no pondrá en riesgo los esfuerzos realizados por la misión internacional en Afganistán con una salida anticipada de sus tropas”.Con tales palabras apoyó lo manifestado por su ministro de defensa Franz-Josef Jung opinando que la normalización de la situación en el país de los talibanes, “tomará seguramente de 5 a 10 años más”.

         Ulrico Weisser, antiguo oficial de la Bundeswehr en materia de planeación, pidió en el periódico Frankfurter Rundschaua a los políticos alemanes “una alternativa digna de credibilidad, y no la perspectiva de continuar por 10 años más una guerra que no puede ser ganada, en un país carcomido por la corrupción”. Por su parte, el presidente de la comisión de asuntos exteriores del Bundestag (Parlamento) Ruprecht Polenz advirtió: “Si los talibanes se percatan que en Alemania hay enorme debate al respecto, perpetrarán más atentados contra nuestros soldados”.

         En España El Periódico de Barcelona trae un título inquietante: “La violencia arrecia en la zona española de Afganistán”.

         “Dos franceses de cada tres se oponen a la intervención en Afganistán” refiriéndose a una encuesta encargada por Le Figaro se lee con comentarios en el blog en internet del diario Liberation de París, un título que muestra un estado de ánimo de los franceses en extensión en los europeos.

          Le Monde titula con una advertencia muy difundida en la prensa internacional donde dice que “los talibanes afirman disponer, en el corazón de Kabul, de 20 kamikazes listos a morir” y que los mismos ya están “dispersos por la capital esperando órdenes”.


 

 

                         

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