UNIVERSIDAD PEDAGOGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGOGICO BARQUISIMETO
"LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA"

DEPARTAMENTO DE FORMACION DOCENTE

Los Primeros Filósofos del Cosmos: Los Pre-Socráticos

Profesor: Juan Antonio Rodríguez Barroso

Versión en Word

(A mis alumnos de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (U.P.E.L) y la Universidad Fermín Toro en Barquisimeto, Edo. Lara, Venezuela)

Los antiguos griegos fueron los primeros hombres que intentaron penetrar en los misterios del hombre y la naturaleza prescindiendo de toda concepción cosmogónica (concepción mítica del universo) en favor de una concepción cosmológica (concepción racional del universo). Con ello dieron al mundo las muestras iniciales del germen o "logos spermatikus" del pensamiento científico moderno. En un período comprendido aproximadamente entre el 580 A.C y el 370 de nuestra era, corresponde a los pensadores helenos (a través de tres poderosos impulsos, bien diferenciados) el mérito de haber colocado las bases de la filosofía y por ende, de la ciencia, como síntesis ésta última de aquélla, por más polémica o discutible que pudiera parecer esta afirmación, a primera vista, tomando en cuenta el desarrollo posterior de la misma.

         Lo anteerior merece, no obstante, una consideración previa, sin profundizar mucho, antes de entrar a desarrollar este punto. Nótese que me refiero únicamente a la "ciencia" como una expresión concreta dentro de la esfera más amplia de la cultura humana, que abarca, desde luego, todas las manifestaciones artísticas y espirituales del "ethos" humano. Hoy en día, sin embargo, no suele hacerse distinciones entre estas esferas, pues se considera que todas ellas son expresiones tangibles de la totalidad del "ser" absoluto y del "geist", palabra de lengua alemana que describe el "espíritu" o fuerza eterna y primordial que rige los actos de la vida. Hecha, pues esta necesaria acotación, continuaremos.

         Sin obvviar los méritos de otras civilizaciones humanas que por el mismo tiempo y espacio histórico compartían el "oikúmene" o espacio habitado de nuestro planeta, lo cierto es que las actuales manifestaciones tecnológicas y científicas que conocemos, tuvieron su origen en Grecia. Allí ocurrió la primera revolución del pensamiento. En el siglo sexto A.C., en el Mar Jónico, al este y sur de Grecia se desarrolló un nuevo concepto, una de las grandes ideas de la especie humana.

            El Universo se puede conocer -afirmaban los antiguos jonios-, porque presenta un orden interno: existen regularidades en la naturaleza que permiten revelar sus secretos. La naturaleza no era totalmente impredecible, existían reglas a las que había que obedecer necesariamente para comprenderla. Este carácter ordenado y admirable del Universo recibió -por parte de los pensadores jonios- el nombre de "Cosmos" por contraposición al "Caos", palabra griega que significa "sin forma".

         Ahora bbien , ¿por qué ocurre esta revolución del pensamiento en Jonia, y no en otra civilización anterior como Mesopotamia, Egipto, China, la India o Centroamérica? 

         A diferencia de estas civilizaciones, la Grecia jónica es un reino de islas. El aislamiento, aunque no total, generó una gran diversidad. Por otra parte, Jonia era –y es todavía-  una encrucijada, por su situación geográfica, de culturas, y no uno de los centros principales, lo cual permitió un encuentro y fertilización mutua de todas las culturas mediterráneas de entonces. Allí fue donde por primera vez se adoptaría el alfabeto fenicio que daría origen al idioma griego escrito, trayendo como resultado una amplia alfabetización de las mayorías de la población. La escritura dejó de ser así, un monopolio de escribas y sacerdotes. El poder político estaba en manos de mercaderes, que promovían activamente la tecnología sobre la cual descansaba la prosperidad comercial de sus habitantes.  

         Nació eentonces, la idea de que existía una manera de comprender al mundo que no fuese necesariamente mediante la intervención de un Dios autoritario e irritado, llámase éste Zeus, Marduk o Yahvé. Los pensadores jonios de los que nos ocuparemos a continuación eran hijos de pescadores, mercaderes, campesinos y tejedores; es decir, gente que estaban acostumbradas a crear y reparar objetos, al contrario de los sacerdotes y escribas de otras naciones que criados en el lujo, no estaban dispuestos a ensuciarse las manos. Rechazaron la superstición y elaboraron verdaderas maravillas tecnológicas para su tiempo.

         El primmer gran filósofo y científico jonio se llamó Tales de Mileto. Mileto era una ciudad de Asia Menor, separada de la isla de Samos por un estrecho canal de agua. Tales pensaba que el agua era el principio común de donde se originaba todo el universo material. Podemos suponer los motivos psicológicos que lo impulsaron a afirmar esto: el agua desciende del cielo y hace brotar la vida de las plantas, que son a su vez, el alimento de los animales, los fluidos orgánicos del cuerpo humano son a base de agua, etc. Para Tales, el principio  ("arjé") de todas las cosas es, pues, el agua.

            Anaximandro tambiién de Mileto, y amigo de Tales, fué una de las primeras personas que llevó a cabo un experimento científico: examinando la sombra móvil proyectada por un palo vertical determinó con exactitud la longitud del año y de las estaciones. A diferencia de su colega, Anaximandro pensaba que el aire era la sustancia primordial de la vida, pues a sus ojos era este elemento, sutil e invisible, el que envuelve las manifestaciones vitales. También pensaba que el Sol y las estrellas estaban hechos de fuego e impregnaban con su calor el barro de donde habrían salido los primeros seres vivos sobre la Tierra. Idea bastante aproximada a las teorías actuales.

         Tales y Anaximandro polemizaron cortésmente con otros antiguos jonios que pudiéramos agrupar bajo el rótulo de pluralistas, pues éstos creían en varios principios primordiales.

            Empédocles de laa ciudad de Agrigento, en Sicilia, sostuvo por primera vez la cosmología de cuatro (4) elementos primordiales: tierra, fuego, aire y agua, de cuya combinación se forman todos los cuerpos. Junto a estos elementos admitía dos fuerzas: el amor que congrega y armoniza, y el odio, que separa o disgrega. Afirmaba que el aire no se podía ver, porque estaba infinitamente dividido y que por tanto era invisible a nuestros ojos.

            Demócrito de laa ciudad de Abdera, en la costa jónica de Tracia fue el primero que supuso que el mundo material estaba compuesto de un número incalculable e infinito de partículas diminutas e indivisibles, que denominó "átomos", y que se mueven eternamente en un vacío. Dijo que todo lo que existe, incluidos nosotros, no éramos más que una reunión de átomos juntados en forma intrincada. También imaginó el cálculo de un cono o de una pirámide mediante un número muy grandes de placas muy finas una encima de la otra, y cuyo tamaño disminuía de la base hasta el vértice, convirtiéndose así en el precursor del cálculo diferencial, que desarrollarían Newton y Leibniz, veinte siglos más tarde.

            Hemos visto las condiciones geográficas e históricas que hicieron posible el nacimiento de la filosofía en Grecia, como una forma de visión cosmológica (racional) del mundo, en contraste con las concepciones cosmogónicas (míticas o religiosas) que habían prevalecido hasta ese entonces. Igualmente tratamos -a grandes rasgos- los elementos primigenios -aire, fuego, tierra, agua- que formaban parte de los primeros sistemas filosóficos de Tales y Anaximandro, ambos de la ciudad jónica de Mileto, Empédocles de la ciudad siciliana de Agrigento y quizás el más importante de estos primeros científicos jonios: Demócrito de Abdera, al que se le considera el precursor de la teoría atómica cualitativa griega y del cálculo diferencial...

         Ahora continuaremos interpretando cómo era la visión que del orden y la armonía del universo ("Cosmos") tenían estos primeros pensadores clásicos de la Humanidad.

            Anaxágoras fue ootro brillante filósofo jónico, muy dado a la observación y a la experimentación, que se cree vivió hacia el 450 A.C. y fue traído a Atenas por el gran estadista ateniense Pericles quien lo protegió. Anaxágoras no era tan radical como Demócrito, en el sentido de creer que no había mayores unidades indivisibles que el átomo. Concebía al Cosmos como un agregado de "realidades últimas" cualitativamente diversas y en número indefinido que denominó "homeomerías". Entre las audaces conclusiones que sacó de sus observaciones encontramos la de que la Luna brilla con luz reflejada del Sol y no con luz propia, además de que elaboró la teoría de las cuatro fases de la Luna. Sostenía que el Sol era tan grande que probablemente superaba en tamaño al Peloponeso, más o menos la tercera parte meridional de Grecia. Esta última afirmación fue juzgada como excesiva por sus críticos que no descansaron hasta verlo en la cárcel. Fue condenado por impiedad religiosa y se salvó por muy poco de una muerte segura gracias a su protector, Pericles, quien lo hizo escapar secretamente de Atenas.

            Otro gran pensador, Heráclito de Éfeso, ciudad vecina a Mileto, aportó la aguda percepción de que todo lo que existe es variable y fugaz. Según él, todo está en perpetua mudanza, todo cambia. Nada de cuanto existe es, al momento siguiente, igual a sí mismo. "...la existencia -decía- es como la corriente de un río, en el cual no podemos bañarnos dos veces en las mismas aguas, porque ni el río ni el hombre son los mismos...” A esto unía la creencia de un espíritu (logos) identificado con el fuego , que en unión del aire, era lo que creaba la inteligencia humana.

            Muy influenciado por Anaxímenes, para Heráclito el alma se identificaba con el aire. Esto crea una dualidad contradictoria: por un lado, el espíritu (fuego) sería la sustancia original del cosmos, pero existiría solamente en relación con el aire, que es el que lo dirige, de lo cual se deduce que a pesar de ser opuestos, se complementan. Se considera entonces a Heráclito como un precursor de la dialéctica, con sus tesis de opuestos que se incluyen entre sí y forman nuevos elementos y principios.

            Parménides de laa ciudad de Elea, y ligeramente posterior a Heráclito se oponía éste en la creencia de que el movimiento y el cambio permanente son los principios básicos del Universo. "Para que algo fluya -dice- es necesario que haya antes "ese" algo, es decir un sustrato permanente, un ser en sí" Parménides pensaba que había necesariamente que ponerle límites a ese discurrir continuo, mediante las "ideas" acerca de la naturaleza o esencia de los objetos en sí, para de allí, formar posteriormente conceptos, lo que junto a la percepción por medio de los sentidos nos permitiría conocer la esencia de las cosas, es decir el ser. Pero para Parménides este ser era único en sí mismo, inmutable y eterno, no cambiante, de donde se vuelve a plantear finalmente a Dios, pues éste es el ser infinito -según Parménides- que agrupa en sí mismo a todos los demás seres.

            Heráclito y Parménides, representan ya una variación con respecto a los filósofos anteriores, pues ambos admiten, (más Parménides que Heráclito), la existencia de un "espíritu" que es el que le da sentido a la existencia de los seres vivos y de los objetos mismos. Por ello se les suele considerar como los primeros filósofos metafísicos, es decir, que van más allá ("meta") de lo físico ("physis"), para explicar las fuerzas en movimiento (Heráclito), y de la esencia (Parménides) de las cosas y de los seres vivos en general.

            Vemos así como estos primeros pensadores griegos se fueron formando una imagen del Cosmos, como un Universo en armonía, en donde todas las cosas y los objetos que son percibidos por nuestros sentidos son, en su ser, el producto de la combinación de los elementos fundamentales aire, fuego, tierra y agua del cual se componen (Anaximandro), que los objetos se pueden dividir hasta llegar a sus límites indivisibles "átomos" (Demócrito), que son ordenados mediante la razón o "nous" (Anaxágoras), que tienen unas leyes internas ("logos") que explican sus movimientos (Heráclito) y que en su esencia son únicos, infinitos, eternos e inmutables (Parménides).

            En los libros de filosofía se suele llamar a todos estos científicos y filósofos jonios como "presocráticos" como si su papel principal hubiera sido el de preparar la llegada de Sócrates, Platón y Aristóteles y quizás influir en ellos. Esto no es cierto. Los antiguos científicos jonios constituyen de por sí una tradición diferente y muy contrapuesta a la de éstos, que está mas de acuerdo con la ciencia moderna. Tales, Anaxímenes, Empédocles, Demócrito, Anaxagóras por una parte, y Heráclito y Parménides por la otra, constituyen el primer núcleo de pensadores que tuvo la filosofía griega antigua.

            Las especulaciones de los primeros, servirían a los hombres del Renacimiento, casi dos mil después, a sentar las bases de la ciencia moderna tal y como la conocemos hoy en día. Poco después de la huida de Anaxágoras de la ciudad de Atenas, esta corriente precursora del pensamiento científico pasaría por una decadencia de dos o tres siglos, pero recuperaría algo de su esplendor con los aportes de los filósofos y científicos que se congregarían en Alejandría, Egipto poco antes del comienzo de la Edad Media.

            Del desarrollo posterior del pensamiento de los segundos, a través del concepto de las "ideas" y del "espíritu" se llegaría a la siguiente etapa o momento histórico de la filosofía griega clásica, es decir, a los grandes sistemas filosóficos de Sócrates, Platón y Aristóteles representantes del segundo impulso de la filosofía helena, hasta derivar en un tercer momento, ya en los primeros dos siglos de la era cristiana con los Estoicos y los Epicúreos, que representan quizás las dos caras de la decadencia del pensamiento del pueblo griego, inmediatamente antes de ser conquistados por los romanos, pero cuya influencia, sin embargo, conformó el mundo occidental tal como hoy lo conocemos...

 

(© 1998 por Juan Antonio Rodríguez Barroso. Este material puede ser utilizado citando a su autor, con fines didácticos e instruccionales.)

 

1