PROVERBIOS DEL INFIERNO



En tiempo de siembra, aprende; en tiempo de cosecha, enseña; en invierno, goza.

Aquel que desea pero no obra engendra pestilencia.

Sumerge en el río a aquel que ama el agua.

Jamás se convertirá en estrella aquel cuyo rostro no irradie luz.

La Eternidad está enamorada de las obras del tiempo.

Del agua estancada espera veneno.

La abeja laboriosa no tiene tiempo para la tristeza.

Un pensamiento llena la inmensidad.

 

                        (De El Matrimonio del Cielo y el Infierno)



William Blake

 

 

La actitud de William Blake ilustra de un modo insuperable la dirección de la poesía y el lugar que ocupa al iniciarse nuestra época. Blake no escatima sus ataques y sarcamos contra los profetas del siglo de las luces y especialmente contra el espíritu volteriano. Von el mismo furor no cesa de burlarse del cristianismo oficial. La palabra del poeta es la palabra original, anterior a las Biblias y Evangelios. "El genio poético es el hombre verdadero... Las religiones de todos las naciones se derivan de diferentes recepciones del genio poético" (All Religiones are One, 1778). La misión del poeta es restablecer la palabra original, desviada por los sacerdotes y los filósofos. "Las prisiones están hechas con las piedras de la ley, los burdeles, con los ladrillos de la Religión. "Pero la sociedad que profetiza la palabra del poeta no puede confundirse con la utopía política. La razón crea cárceles más oscuras que la teología. El enemigo del hombre se llama Urizel (la Razón)... La verdad no procede dela razón , sino de la percepción poética, es decir, dela imaginación... Los grandes poemas de Blake no son sino la historia de la imaginación, esto es, de los avatares del Adán primordial. Escritura de fundación y profecía: lo que fue, será y está siendo desde toda la eternidad. ¿Y qué nos profetizan estas sagradas escrituras poéticas? El advenimiento de un hombre que ha recobrado su naturaleza original y que así ha vencido a la ley de gravedad del pecado. Aligerado de la culpa, el hombre de Blake vuela, tiene mil ojos, fuego en la cabellera, besa lo que toca, incendia lo que piensa. Ya es imagen, ya es acto. El poeta limpia de errores los libros sagrados y escribe inocencia ahí donde se leía pecado, libertad donde estaba escrito autoridad, instante donde se había grabado eternidad. El hombre es libre, deseo e imaginación son sus alas, el cielo está al alcance de la mano y se llama fruta, flor, nube, mujer, acto... El reino que profetiza Blake es el de la poesía.

Octavio Paz (El arco y la lira)

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