RESEÑA POÉTICA


NOTACIONES
por Horacio Félix Herrera. Alción Editora, Córdoba, Argentina, 1999.

Notaciones: título del último poemario de Horacio Félix Herrera, poeta-abogado oriundo de la provincia argentina de Córdoba, residente en la Ciudad de Buenos Aires. Félix Herrera se “trae” un libro “plenus”, en la plenitud del vocablo. Nos entrega como es su estilo, una vez más, su obra de manera exquisita y calma; todo su conocimiento que es vastísimo, su palabra “posada” en las cosas: tierra, agua, fuego, aire. El trabajo de esas cosas en plena libertad, sin limitaciones pacatas o formales. Trama y urdimbre en armonía, derecho y revés de un todo revelador de realidades transformadas en poesía pura, que conmueven e identifican al hombre preocupado, por todo lo que “es”, existe. De todo lo que nombra está hecho el universo; lo que sucede natural-mente; tenemos la certeza que si algo queda por decir corre por nuestra cuenta; Herrera nos da la posibilidad de compartir su obra. No promete, no pontifica ni soluciona, pero logra conmocionar, asombrar como el canto de un pájaro a medianoche. El poeta cordobés monologa, se cuestiona. No nos “ ubica” en lugar alguno, determinado, tampoco nombra el suyo, por tanto territorio “anda” su decir, pero él y nosotros habitamos espacios donde “la gente se amontona, se empuja, intercambia virus, bacterias, pero no se comunica”. “El lenguaje sirve al lucro, el poder a la exacción”. Voluntad de poemar el paisaje y el tiempo. Palabra y sentimiento en lírica unidad expresiva. Imágenes del Bosco, o más cercano y más intenso, el arte de Frida Kahlo podrían ilustrar esta valiosa obra.
“¿Es el hombre una pulsión encarnada?, quizá en un flash televisivo donde muerte y horror, rasan la mirada, con rapidez de pulso, pulso de hombre, trágico. En el Principio fue el Verbo. Lo será por siempre.

                                                                        María del Carmen Chales

POÉTICA DE LOS ESCOMBROS
por Elsa Copati. Gente de Letras, Buenos Aires, 1998, 84 páginas.
Arte de tapa: David Almirón.

Poesía-descarnada, poesía-verdad es la que ofrece el tercer libro (de poemas) de Elsa Copati. Desde el título, “Poética de los escombros”, la autora lanza su desafío: trabajar entre brozas, deshechos. Escribe Antonio Requeni en la contratapa: “Sus composiciones sobrias, despojadas de todo preciosismo, impresionan como una herida abierta en la carne del lenguaje; una herida en cuyos bordes se abisma el conocimiento y creemos vislumbrar negros soles o la luna sangrante del Apocalipsis.” Porque aquí Copati se convierte en testigo lúcido y protagonista dolorido de la época actual. Ante el desmoronamiento de los valores, ante un ser humano transformado en hombre masa, casi objeto, sobreviviendo en un planeta herido y que se destruye paulatinamente, su voz afirma: “Ya no hay nada que gire/ ni nada por qué girar/ ni eje.” Pero aún en el caos entrevée un destello de esperanza: “ Sin embargo/ Amor/ en algún lugar madura el fruto/ aunque el rumbo/ esté huyendo a nuestro lado.” Poesía lacerante, por momentos irónica, auténtica hasta las raíces, sin concesiones. No en vano, el poema que cierra el libro lleva un epígrafe de Lautréamont: “La poesía debe tener como fin la verdad práctica.”

                                                                                           Cristina de Berbari
LAS PREGUNTAS
por Liliana Lukin. Ediciones de La Flor, 1998.


Lectura como juego. Juego de encastres: desinterrogar lo interrogado, asentir con ello lo inquirido:
¿si yo pregunto sabré? ¿qué quiero preguntar?
¿si yo pregunto sabré qué quiero?
¿si yo pregunto sabré qué quiero preguntar?
Recurrimos a la cita de Paul Celan que ha escogido la poeta: “No separes el no del sí...”, luego:
si yo pregunto sabré qué quiero preguntar
si yo pregunto sabré qué quiero
si yo pregunto sabré qué quiero preguntar.
Breve tránsito, íntimo sin contradicciones, para sentirse afirmado en un “corpus”, planeta de un sistema. Fractal, punto conjunto, molécula; lo microscópico puesto a crecer solidario, en un cuerpo vivo, sensible, que es libro, breviario. Limo fijando fértiles deltas. La autora de Las Preguntas asevera: “Soy una mujer de palabra: mi palabra es mi cuerpo/ cuando te doy entrada” “...en la lengua que nos une/ haz el favor de tomarla”. Mística sentencia, visión religiosa. Verbo consagrado que se entrega sin retaceos, en estado puro a través de vida vivida. Dicha y dolor. Una propuesta que no debemos rechazar. A los lectores nos corresponde “ganar el juego”, unir lo fraccionado, los puntos como hacen los niños sobre el papel. La figura aparece: está dada con lealtad, a juego limpio. Todo ha sido respondido. La sangre que el poema provoque derramar es la nuestra. “...lo que se recibe regalado / no se devuelve”. Recibamos entonces con complacencia este nuevo poemario de Liliana Lukin sin devolución.

                                                                                              María del Carmen Chales

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