Alberto Daneri

 

 

PARTIDAS 

    Inmóvil frente a1 aliento del cauto mar
bajo la humedad de mayo su verdeoscuro penetra
                                mi cansada mirada 
y el oleaje surge en espirales tras las gaviotas.
                                  Soy aún rico en tiempo;
he mutilado, cautivo del silencio, todo presagio. 

   Apenas ayer salté cincuenta cortos años 
y mis amigos no están. Han partido solitarios.
                               ¿Qué sangre nos nutría? 
Vuelven junto al mar como un viento fuerte 
                       sellando mis manos a las suyas.
¿Cuándo nos haremos lúgubre cadena? 

No me pidan hoy grandes palabras 
                             pues no las tengo;
guardando cenizas de hombres y mujeres 
desnudos                      el mar llora de amor. 
¿Cómo lo recorrerán esas fútiles sombras? 
Canto su ausencia en la pálida lluvia y espero.

      Tanto por tan poco. 
Cuando revivo nuestras mutuas ilusiones 
ni siquiera creo ser dueño de su historia; 
                                    algunas mañanas sueño 
utopías 
y despierto sin el pan ni el vino con memorias
                                 para siempre perdidas.

  Ya no me reconozco fuera de mí; 
voy por un sendero de arena o aire 
  para evitar el hollín de 1os hombres. 
Una mano inefable roza mi espalda 
                                 y desciendo 
   al infierno de los que se han ido; 
náufrago deseoso de unir agua y cielo 
me siento a lagrimear entre viejas rocas 
     y só1o toco escombros: 
                                    estoy entre hermanos.

 

PORQUE VOY EN BUSCA
DEL VIENTO



Oh, no te asombres de mi tristeza!
                     Y no me preguntes;
no sabría decirte sino palabras tan 
                                       vanas,
                     Dios mío, tan vanas,
que me pondría a llorar como si fuera 
                                a morirme.

Sergio Corazzini






Porque voy en busca del viento
y tengo dos manos para abrir
a plena luz y a pleno grito;
porque
el silencio es vasto en la tierra
sublevada y abismal sin un cielo;
porque
brilla la noche y estoy solo
con la oscuridad de todos;
porque
cuando las voces callan
ya no recuerdo mis olvidos
ni encuentro de los ausentes el 
camino

extiendo la mano
toco__a un hombre


Alberto Daneri Nació en Buenos Aires. Publicó A Vuelo de Poeta (1978) antología poética, Ed. El Loraine; El Mar llora de Amor, Ed. G2000 y Poemas de Sombra, Ed. Mixcoatl, México (1999). Entre otros premios recibió el Primer Premio Municipal de Teatro.

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