La vida de John Donne 
 

 

La vida de John Donne puede dividirse en dos períodos: la juventud libre del dandy y la madurez del clérigo que termina sus días como deán de San Pablo. La línea de división es su matrimonio secreto con Anne Moore, sobrina de su protector, Sir Thomas Egerton. Ante la cólera del padre de la muchacha, el tío no tuvo más remedio que despedir a su joven secretario. Y es fama que dijo, llevado por el amor de su siglo a los juegos de palabras: “John Donne, Anne Donne, Undone...” (”John Donne, Anne Donne, la ruina...”) Así fue: desde entonces (1601) hasta su ordenación (1615) vivió en extrema pobreza y se vió reducido a alquilar su pluma...No todo lo que escribió en esos años circuló bajo nombres ajenos. Aparte de obras teológicas y de muchos poemas de tema devoto, destacan dos textos curiosos: Biothanatos, un ensayo sobre lo que podría llamarse instinto de muerte o gusto por la autodestrucción; y una sátira contra los jesuitas: Ignatius his conclave. Los argumentos del primero le sirvieron después para su Pseudo-Martyr, alegato contra la doble oposición, católica y puritana, de los primeros años del reinado de Jaime I.
No es extraño que muchos hayan visto con desconfianza la conversión de Donne. Su infancia y su juventud fueron difíciles: aparte de pertenecer a una familia que había sufrido persecución por sus creencias católicas, perdió a su padre cuando apenas tenía cuatro años. En sus mocedades fue escéptico y libertino pero la misma audacia de sus opiniones y gestos le conquistaron amigos en un círculo brillante y cercano al poder. Fue compañero del hijo y del entenado de Egerton en la expedición a las Azores y gracias a ellos este alto personaje lo nombró su secretario. Así pues, las consideraciones de orden práctico no deben de haber sido del todo ajenas a su resolución de tomar las órdenes, quince años más tarde. Fue siempre el mismo hombre. Mejor dicho: la misma dualidad. Ser de pasión y de reflexión: vive y se mira vivir. El tema constante de sus meditaciones fueron su vida y su muerte.
A su juventud corresponden los poemas de prosa conceptista que han sido reunidos bajo el título de Paradojas y problemas; a la segunda parte de su vida, los escritos teológicos y polémicos, los sermones y meditaciones, los poemas sacros. Los temas cambian, no el hombre ni el estilo. 

                                                                              Octavio Paz

Extraído de Traducción: literatura y literalidad, Tusquets Editores, Barcelona, 1981.

 

 

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