PAVESE POETA: LOS ECOS DE UN SOLITARIO
                                                                                      
                                                                     

 

                                                      Por Alberto Daneri

Nació Cesare Pavese en l908, en una familia de la pequeña burguesía turinesa. Vivió 41 años y en el año 2000 se cumplirá medio siglo de su suicidio. Esa breve vida le bastó para convertirse en un clásico y ser uno de los renovadores de la literatura italiana contemporánea; en narrativa, junto con Moravia, Vittorini y Pratolini, y en poe-sía al lado de Ungaretti y Montale. Su rigor y profundidad resurgen con una fuerza inusitada, porque su obra se hizo imprescindible. Quien tuvo la suerte de leer a Pavese en su juventud no lo olvidará. Era apenas un muchacho cuando descubrí su desgarrador diario, "El oficio de vivir", publicado dos años después de su muerte, y comprendí para siempre el sufrimiento de un alma de escritor.
Desde joven se sintió aislado. Gracias a los libros logró superar su reserva, mientras pasaba la vida, como Dante, en busca de su Beatrice. Al mismo tiempo que ofrecía casamiento a sus amores, quería estar solo, pero en medio de un círculo que lo supiese. Deseaba ser el centro de la atención y se atormentaba a sí mismo y a los demás, ya que chocaban en él una fuerte sensualidad reprimida, la tendencia a la idealización de la mujer (acentuada al leer la "Vita Nuova", de Dante) y la constatación pesimista de sus fracasos sentimentales. 
Tímido, delgado y poco agraciado físicamente, a esto unía su debilidad física a causa de una afección asmática. Por ello el mundo campesino piamontés (donde pasaba sus vacaciones veraniegas) surge en sus obras como símbolo de escape vital. La adolescencia, en cambio, transcurre en Turín, donde es un estudiante de Liceo con graves problemas de incomunicación, que en sus cartas exacerba por su radical voluntad de autoanálisis. Matriculado a los 19 en la Facultad de Letras, tras romances efímeros con dos bailarinas empezó a estudiar a los clásicos y a los escritores norteamericanos. Ese año tradujo a Sherwood Anderson y afirmó: "Dejémonos de historias. La obra de arte nos conmoverá mientras responda a algunos de nuestros problemas. No hay arte por el arte. Aún la más ociosa lírica parnasiana resolverá para su lector un problema práctico: cómo vivir soñando". En Turín se doctoró en letras con la tesis "Sobre la interpretación de la poesía de Walt Whitman", primer escritor que ejerció sobre él una notable influencia. Durante 1933 le editaron su traducción del "Dedalus", de Joyce, y empezó a dar clases en tres liceos. 
Pavese refuta el arte experimental, de vanguardia, para remitirse a un nuevo clasicismo, porque piensa, como Leopardi, que los motivos de la obra de un artista están ya vigentes en los primeros años de su vida. "Son imágenes centrales", asegura, que después se reiteran (como la cárcel en Stendhal). Luego, con Elio Vittorini y otros escritores de su generación descubre en los escritores norteamericanos un modelo cultural y moral, una síntesis de vida y oficio unidos (lo cual será siempre su ideal) y la pintura de un hombre y un lenguaje modernos abiertos a todas las posibilidades de una factible Europa nueva. Era un horizonte cultural diferente ante el asfixiante clima fascista y decide introducirlos en Italia. Su enfoque de la oposición entre lengua nacional italiana y los parámetros dialectales mostró a 
otro provinciano, como Verga, discutiendo mano a mano problemas que la cultura oficial rechazaba.
En su primera etapa poética (1930-36) es visible el ejemplo de Whitman con versos de forma alargada y el clásico endecasílabo avanzando hacia medidas más extensas. Descree de la búsqueda de efectos musicales. Ya entonces quiere contar sus pensamientos haciendo que cada verso llame a una idea o imagen totalizada. Por ello denomina "poesia-racconto" (poesía relato) a estas primeras experiencias. La lectura de los isabelinos, de Baudelaire y especialmente de Giambattista Vico (que lo empuja al descubrimiento de la imagen como recurso poético) hace que se identifique con el espíritu de la infancia en cuanto contemplación asombrada de la realidad. 
Nace así en 1933 esa poesía de "imagen-relato" a partir del poema "Passagio I" sustituyendo la narración naturalista por el relato de las relaciones que el hombre descubre entre sí
y las cosas. Dice al final: "O tal vez un muchacho que escapó de su casa/ regresa hoy justamente, hoy que sube la niebla/ sobre el río, y olvida su existencia/ el hambre, las miserias y la fe traicionada, / para quedarse en una esquina, bebiendo la mañana./ Volver vale la pena, aunque se haya cambiado". Son recuerdos subyacentes en la memoria o el subconsciente del poeta; no olvidemos su acercamiento a las teorías de Freud y luego, pese a ser Pavese un agnóstico, a Jung, de quien aprende que el mito nace de la herencia espiritual arcaica, del inconsciente colectivo. 
Contando 27 años, tras haber coqueteado con el fascismo Pavese es detenido. Por amor a una mujer se vincula con algunos grupos clandestinos antifascistas y guarda documentos comprometedores de su amada. Ese primer gran amor, que inició la tragedia de su vida, es aún una mujer rodeada de misterio. Él la menciona en su diario con la letra T y Lajolo, su primer biógrafo en 1960, la llama "la mujer de la voz ronca". 
La cárcel (sobre la que Pavese escribirá una novela) lo hace asumir la soledad; el mar, que en su niñez era para el una fuga de lo cotidiano, se torna ahora hostil; la separación de su amada lo desespera, se aísla en el recuerdo y comienza a escribir su notable diario, que abarcará un período de 15 años. Como desahogo redacta los 16 poemas que titulara "del Confinamiento". Mientras sigue preso publican en 1936 su primer libro de poemas, "Lavorare Stanca" (Trabajar cansa). Uno de los dedicados a esta misteriosa mujer es "Nocturno", y expresa en algunos versos: "Tu tierna sangre se hizo en otra parte./ Las palabras que dices no se avienen/ con la áspera tristeza de este cielo./ No eres más que una nube dulcísona, blanca, / enredada una noche entre ramas antiguas" 
A fines de 1936 y debido a sus ataques de asma le fue condonada la pena y regresó a Turín. Pero ella no sólo no lo esperó; se había casado con otro. Ya entonces aflora en su diario la tentación del suicidio por esta crisis amorosa. ¿Qué distingue a "Trabajar cansa" de otros poemarios? Si su narrativa está basada en ambientación sumaria, diálogos breves y desenvoltura de pasajes autobiográficos, su poesía -como él aseguraba con orgullo- no proviene de los modelos anglosajones en boga.
Hombre de campo y colina, Pavese rechaza el mar y descubre "lo piamontés" como síntesis de su ser. Sin embargo, en estos poemas el mar hace de fondo para su realidad asfixiante de preso. Ese primer y trascendental libro, que se reeditaría en 1943, era un escrito de rebeldía y no fue valorado. Si bien existe en él cierta influencia d'annunziana, no es por narcisismo sino por necesidad afectiva. Allí aparecen por vez primera, en su hermoso poema "Los mares del Sud", la niñez en las colinas, su adolescencia turinesa, la campiña piamontesa con sus viñas, el sol, las costumbres y los ritos inmutables de los campesinos, la ciudad de Turín y su deslumbrarse ante ella, las noches solitarias, el vagabundeo taciturno y un primo que viene allende del mar para retornar maquinalmente a su origen. 
Creo que si Raymond Chandler, para definir a la novela negra, dijo que "Hammet sacó el crimen del jarrón veneciano y lo depositó en un callejón", Pavese con "Lavorare stanca" rescató 
a la poesía del hermetismo y aún del surrealismo versificándola en secuencias adheridas a la "forma mentis" de los humildes, creando la señalada poesía-relato, una poesía narrativa que exalta la realidad del proceso discursivo natural, práctico y dialectal, de fraseo descarnado, sin adornos, similar a la renovación de imágenes del neorrealismo en el cine. Dio comienzo con él una revolución poética parangonable a la de Verga en la prosa narrativa medio siglo antes con la claridad conceptual de "I malavoglia". Sólo treinta años después el Grupo 63 comprendió el esencial aporte que había realizado Pavese. 
Italo Calvino póstumamente descubrió y publicó las "poesías del desamor" escritas entre 1934 y 1938. Concluye con ellas la vena expresiva que iniciara en "Lavorare stanca", pues después de 1940 su estilo cambia radicalmente al dejar de lado las confesiones y dedicarse a escribir un grupo de novelas marcadas por su excepcional lenguaje poético. Insiste en fusionar dos inspiraciones: mirada abierta a la realidad cotidiana y recato, artesanal, humanista. Su comunismo fue harto discutible pues para él la política no era esencial. Sí lo era su hartazgo de la vida, que llamó vicio absurdo.
Guido Piovene decía que Pavese veía en otros escritores, a excepción de Vittorini, adhesión servil u oposición ficticia al régimen.Y es que creía mucho en el carácter, como construcción moral o como trampa.“Nosotros no iremos hacia el pueblo-discurseaba Pavese-, porque ya somos pueblo. Iremos, en todo caso, hacia el hombre. Proponerse ir hacia el pueblo es confesar una mala conciencia. Tenemos muchos remordimientos, pero no hemos olvidado nuestras raíces”. Pavese se avergonzó de sí mismo -como prueba su diario- durante el fascismo. Y decidió no atrincherarse en la complicidad del silencio.
En 1950, tras ganar el Premio Viareggio, se enamora de una actriz norteamericana, Constance Dowling. Cuando ella lo deja para retornar a EE.UU. le escribe los poemas reunidos en "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos". En ellos ya no quiere narrar: desea revelar la personalidad femenina y entonar su lamento amoroso. "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos/ esta muerte que nos acompaña/ de la mañana hasta la noche, insomne, / sorda, como un viejo remordimiento/ o un vicio absurdo. Tus ojos/ serán una vana palabra, / un grito callado, un silencio./ Así los ves cada mañana/ cuando te inclinas solitaria sobre ti/ ante el espejo. Oh querida esperanza/ ese día sabremos también nosotros/ que eres la vida y eres la nada".
El 16 de agosto reconoce en su diario que desde los 28 años vivió bajo la sombra del suicidio: "¿Por qué morir? Nunca me he sentido tan vivo como ahora, tan adolescente. Un clavo desaloja a otro clavo. Pero cuatro clavos hacen una cruz. Mi parte pública la hice, hice lo que podía hacer. Trabajé. Di poesía a los hombres, compartí las penas de muchos". 
El día siguiente, 18 de agosto de 1950, escribe: "Todo esto da asco. Basta de palabras. Un gesto. No escribiré más". Lleno de vergüenza y melancolía por lo que supone cobardía nace su último acto, que Pavese creyó de libertad pero en realidad fue de desesperación. Amaba tanto la vida que se fue cuando se cansó de amarla sin vivirla. Lo hizo en el hotel Roma de Turín ingiriendo somníferos. Junto a su cuerpo apareció abierto en la primera página "Diálogos con Leucó", su libro más amado.
La sinceridad de sus personajes y la dureza de su literatura jamás buscan cautivar al lector. Era un provinciano: he aquí su idea fija y también la conciencia de su fuerza, afirma Calvino. Sus nueve novelas cortas integran el siglo narrativo italiano (junto a los textos de Moravia) más homogéneo de este siglo. Escritor crucial para comprender su tiempo, fue la suya una vida que ha quedado como el doloroso retrato de un creador cuyo suceso literario (era el momento de mayor éxito de su carrera) no lo salvó de la autodestrucción. Como escribió alguna vez Scott Fitzgerald, “muéstrenme un triunfador y yo les mostraré una tragedia”. 

(Extraído de la conferencia pronunciada el 1-9- 1999 en la Asociación Dante Alighieri, Buenos Aires, Argentina)

 

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