¡HAS HECHO BIEN EN PARTIR, ARTHUR RIMBAUD!



¡Has hecho bien en partir, Arthur Rimbaud! Tus dieciocho años tan refractarios a la amistad, a la malevolencia, a la necedad de los poetas de París como al ronroneo de abeja de tu familia ardenesa un tanto insensata, has hecho bien en desparramarlos a los vientos de alta mar, en arrojarlos bajo el filo de su precoz guillotina. Has tenido razón de cambiar el bulevar de los perezosos, los cafés de los poetastros, por el infierno de los animales, por el comercio de los astutos y la salutación de los simples.
¡Ese ímpetu absurdo del cuerpo y del alma, esa bala de cañon que alcanza su blanco haciéndolo estallar, claro que sí, eso es la vida de un hombre! No se puede, al salir de la infancia, estrangular indefinidamente al prójimo. Si bien los volcanes poco cambian de lugar, su lava recorre el gran vacío del mundo y le otorga virtudes que cantan en sus playas.
¡Has hecho bien en partir, Arthur Rimbaud! Somos unos cuantos los que, contigo, creemos sin pruebas la felicidad posible. 

                                 René Char
(La fontaine narrative)



O Rimbaud:
Lanzarse una vez contra el lenguaje y sacudirlo con el corazón desenfrenado, hasta que se volviera divinamente “inutilizable” por un momento... y luego seguir caminando, no mirar atrás, ser un comerciante.

Rainer Maria Rilke (El testamento) 


Jean-Arthur Rimbaud nació en Charleville,Ardenas, el 20 de octubre de 1854, en el seno de una típica familia burguesa. En el instituto dio muestras de su talento literario. En 1870 huyó del hogar atraído por la Comuna de París. 
“Lo que se puede decir de él y lo que él dijo de sí mismo le sucedió entre los quince y los diez y ocho años.” Compuso El barco ebrio, poema que habría de convertirse en una de las obras maestras de la poesía simbolista y lo envió a Paul Verlaine; fue el inicio de su fama literaria y de una relación tempestuosa entre ambos poetas, que se rompió en 1873. En ese lapso escribió alguna correspondencia (entre ella la famosa Carta del Vidente), varios poemas: Comedia de la Sed, Fiestas del hambre, Bruselas; los poemas en prosa de las Iluminaciones y la “prosa ígnea” de Una temporada en el infierno.
A partir de los veinte años dejó de escribir y su vida tomó otro rumbo: sirvió de voluntario en el ejército colonial holandés, fue marinero en un barco mercante e intérprete en un circo. Entre 1881 y 1890, como agente de una gran compañía comercial, residió en Abisinia. En 1891, afectado por un tumor maligno, regresó a Francia donde moriría el 10 de noviembre, asistido por su hermana.



Rimbaud en Londres. 
Dibujo de R. Régamey.


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