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RESEÑA DE OBRA POÉTICA


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Thrillers (Historias en “16”) Poesía por Marcos Silber. Editorial Vinciguerra, 2005.

Alguien, no importa quién, habló del cine y dijo “Fábrica de sueños”.
Luego, no importa cómo, muchos lo vivieron. Cuentan que el Gloria y los Aleluyas de su nacimiento se cantaron en París, con los hermanos Lumiere. Cuentan que el réquiem de su extinción, el del cine de pueblo, ya se entonó en Cinema Paradiso, hace poco dolor. Entre uno y otro suceso, fue la magia, la aventura, el asombro todo, todo el encantamiento, los espejos del cuento de cada cual, de cada uno la historia, la epopeya de todos.
Marcos Silber cuenta el cine, lo escribe en la palabra y música del poema. Dice el cine en blanco y negro; el cine de su Hollywood de pibe, de muchacho que iba al encuentro de las historias en la sala del barrio, la más cercana, el camino más rápido para “entrarle” al sueño.
Anota el cine, y en la escritura aparecen hombres y mujeres oscuros viviendo historias aún más oscuras, pero en el esfuerzo el impulso de la vida, Hay humo en tus ojos / y nieblas en el puente de Brooklyn; / y noche hay, densa y pesada noche hay / por aquí, y adentro de ella / como en el fondo de un podrido corazón, / las chicas que caminan y golpean con sus tacos; / caminan de aquí para allá / pasadas de frío y oscuridad las chicas que caminan / y sueñan historias durante todo el tiempo. Silber escribe sus imágenes teniendo muy en cuenta el lado opuesto del sueño, la contracara del sueño americano ocupa un lugar preferencial en el reparto de sus thrillers. El poeta escribe sobre la miseria que habita en todas las ciudades, la hace visible, porque la tristeza y la suciedad tienen la facultad de desdibujarse, de desaparecer progresivamente de la escena; los espectadores del cine cotidiano de las calles hacen las veces de renovados ciegos, dejan de ver, o esquivan, la condena del frío para multitudes. Silber escribe la exclusión, la lucha por ser, por hacer una historia, una vida dentro de la vida, “Búscame en los cielos si quieres encontrarme”... / y si quieres encontrarme búscame en los cielos./ ¿No era lo que soplabas al oído de tu chica, Willy? ¿Y cómo era aquello de arremeter contra la noche / y derrotarla y meterle y meterle miedo, tanto / hasta espantarla, Willy? ¿Cómo era eso del batifondo / el barullo descomunal que asustaría al frío, / la soledad vaciaría y rendiría al mismo silencio; / cómo era eso Willy? ¿Cómo era la del día único / el grande el inagotable y luminoso día, Willy, / sin oscuridades ni sombras, cómo era?
El cine de barrio desapareció, en Cinema Paradiso el símbolo final del sueño, y por eso el rescate del poeta. Memoria y compromiso social se dan en la escritura de Marcos Silber, el cine de barrio ha muerto, y por eso el cine; la miseria, la bestia atenta, y por eso la lucha por la vida digna, En estas historias, en estos Thrillers, el mundo marginado, las tinieblas de la soledad, el saxo, esa voz humana de la noche que cuenta el sueño que cuenta el desvelo que cuenta la pasión; tal vez, la obertura de la película que sigue, la que vendrá, la que aún nos debe la vida, la del trabajo digno, la del amor posible, la de la humana felicidad, así anotó el poeta. 

Edgardo Lois / junio 2005

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