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Héctor Miguel Ángeli
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EL VACÍO DE LA PALOMA A esa hora invisible todavía una tiznada paloma se escapa de mi balcón. Ha comprendido que atrapada en la lujosa decadencia de los hierros tal vez no me sea grata. Por eso carga el cielo y se va por las aguas del este. El minúsculo arabesco ya no existe. Pero su vacío permanece. Y poco a poco va creando el pico, las patas, las alas de otra tonta paloma que en los hierros decadentes tiembla. |
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A UNA
OVEJA De Animales en Verso, 2004 | ||||
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Nace en Buenos Aires en 1930. Se recibe de Maestro Normal e inicia estudios de Filosofía y Letras. Ejerce la docencia desde 1952. Se desempeña en Televisión Educativa. En 1948 publica Voces del primer reloj. En 1949 funda y dirige la revista “Existencia” Tres años después empieza a colaborar en los principales diarios y revistas literarias del país, entre ellos “Sur” y “La Nación”. Dirige, con Miguel Ángel Viola, las ediciones “Cuadernos del Alfarero”. En 1959 aparece Los techos, su segundo libro de poemas. En 1962 viaja a Europa, becado por el gobierno de Italia. Traduce a importantes escritores italianos. Publica: Manchas, 1964; Las burlas, 1966; Nueve tangos, 1974 y La giba de plata, 1977, por el que obtiene el Tercer Premio Municipal y el Premio Bienal otorgado por la Fundación Argentina para la Poesía. Su siguiente libro Para armar una mañana (1988) recibe la Faja de Honor de la SADE y Mención Especial de la Secretaría Nacional de Cultura. En 1991 publica Matar a un hombre. En 1999, con el título La gran divagación, reúne su obra poética. Los poemas seleccionados pertenecen a Animales en verso (Vinciguerra, Buenos Aires, 2004) | |||||
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