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esta artículo Cine
Reivindicado Tras
dos precuelas dudosas, George Lucas cierra su magnum opus con el
espíritu de la primera trilogía. Un clásico instantáneo. Revenge
of the Sith Ewan
McGregor, Natalie Portman, Hayden Christensen, Sanuel L. Jackson. Dirigida
por George Lucas Twentieth
Century Fox/2005 JUNIO,
2005. La verdad es que había razones para estar escépticos. The
Phantom Menace y War of the Clones decepcionaron a la mayoría
de quienes habíamos crecido con los episodios IV, V y VI. El primero
por la temática anodina –y, claro, Jar Jar Binks—y el segundo por
el exceso de efectos especiales y una historia bastante débil. Con Revenge
of the Sith Lucas encontró el balance y nos ofrece la que, con
seguridad, se convertirá en la mejor cinta de las seis una vez que pase
la algarabía actual. Si la historia original narraba la redención de Anakin Skywalker tras ser rescatado del Lado Oscuro, en ésta vemos cómo cae al abismo, no por ansias de poder ni por conquistar galaxias, o al menos no en un principio. Anakin es seducido por el Lado Oscuro para no perder lo que ama y detecta en los Jedi cierta animadversión hacia él, sobre todo por su negativa a aceptarlo como Maestro Jedi. Anakin sufre pesadillas recurrentes donde Padme, quien está encinta, muere en el parto. “Debes aceptar a la muerte como algo natural”, la advierte Yoda Una vez que Anakin le confía su temor, mismo que también es percibido por el canciller Palpatine, quien se convierte en el Emperador pero preferimos omitir cómo para no aguar la sorpresa a quienes –tal vez—aún no ven la cinta. The
Revenge of thr Sith
es la primera película de la saga que empieza con una batalla espacial
completa, una sutileza de Lucas para insinuar que el final será dramático.
El objetivo de la batalla es rescatar a Palpatine. Sin embargo será ese
el momento en que Skywalker dará su primer paso hacia el Lado Oscuro;
poco a poco Palpatine lo convence de que los Jedi están tramando un
complot contra a República –no sólo en México están de moda los complós,
por lo visto—pero el Canciller le ofrece un anzuelo todavía mejor: al
conocer el Lado Oscuro, Anakin será capaz de salvar a Padmé al momento
el parto y evitar que muera, todo esto mientras los Jedi, y en especial
Obi Wan, empiezan a ver en las habilidades de Anakin un aliado potencial
para los enemigos de la República, entre ellos los Sith. Pero no
imaginan la sorpresa que Palpatine les tiene preparada. Una
crítica frecuente hacia Lucas es que Star Wars arruinó al cine
convirtiéndolo en un monstruo de marketing que promociona cintas con un
toque infantil de modo que The Goonies y Gremlins son sólo
parte de esta repercusión. Ante esto es poco lo que se puede hacer hoy.
Pero Lucas sí puede rescatar a Hollywood de su terquedad actual por
ubicar a los efectos especiales como protagonistas y no como complemento
de una historia fílmica. The Revenge of the Sith logra un
balance en tan sentido; aunque las escenas son espectaculares, en ningún
momento las sentimos como relleno: cuando los wookies van a enfrentarse
con los sith apenas unos minutos después la historia salta hacia otro
lado, todo entretejido en la paulatina e inevitable caída de Anakin
hacia el lado oscuro. Otro
punto a favor es que Lucas no olvidó atar los hilos sueltos de la saga.
Quién es el capitán Antilles, cuándo fueron separados los gemelos
Skywalker para protegerlos del Emperador aunque queda una interrogante:
el odio entre el tío Owen y Ben Kenobi. Una posibilidad es que el
segundo haya seguido visitándolo hasta que la insistencia de enseñarle
a Luke los secretos del Jedi, algo que a Owen, temeroso --¿y quién no
lo estaría de tener el hijo de Lord Vader?—se rehúsa hasta que la
relación llega a su deterioro. The
Revenge of the Sith
nos trajo de vuelta la magia de la trilogía original para quienes la
vimos allá por 1977, algo que las dos primeras partes no consiguieron.
Efectivamente, Lucas se ha reivindicado, y si bien esta cinta cierra en
definitiva la historia de Star Wars, cabe la posibilidad que,
dentro de unos 20 años, veamos la versión remasterizada con efectos
especiales impensables hoy. Pero la historia ya está dicha, y eso es lo
que cuenta.
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