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2001 Odisea Espacial: medio siglo después, detalles sobre un clásico
Hoy es considerada una película que se adelantó al tiempo en que fue estrenada pero en su momento hubo desdén por parte de colegas del director, la prensa y ejecutivos. La vigencia de esta película es innegable, máxime cuando, increíblemente, ya se cumplió medio siglo de su estreno
ABRIL, 2018.
Parece increíble, pero aunque este año se cumple
medio siglo de haber sido estrenada, 2001 A Space
Odissey, nos parece más contemporánea que nunca;
difícilmente pudiera pensarse que sus efectos
especiales, la propuesta de una inteligencia
artificial que se rebela ante sus creadores --y que
luego ha sido explotada decenas de veces más en el
cine-- y la ambientación que claramente inspiró a
películas como Alien y Star Wars,
fueran vistos por primera vez hace cinco décadas;
muchas cosas de aquel año nos suenan hoy
anacrónicas, en especial las vestimentas hippies; en
cambio, esta obra dirigida por Stanley Kubrick
mantiene su increíble vigencia.
Es paradójico, por tanto, que el 3 de abril de 1968,
cuando 2001 se estrenó el el teatro Loews
Capitol de Nueva York y a donde asistieron 1,500
personas, entre ellas ejecutivos y celebridades como
Paul Newman y Henry Fonda, muchos de ellos
comenzaran a abandonar la sala antes que la cinta
concluyera. 241 personas, para ser exactos, entre
ellas el actor Gregory Peck, quien molestó dijo "¡no
tengo ni idea de qué se trata esta maldita
película!"
Abundaron los abucheos y las protestas porque la historia avanzaba con exasperante lentitud (por ejemplo, el primer diálogo se escucha hasta el minuto 16), tanto así que en el intermedio, el director se veía devastado y el escritor Arthur C. Clarke, coautor del guión, no escondía las lágrimas.
Horas después y al concluir una fiesta por el estreno que más bien tenía ambiente de funeral, Kubrick dijo a su esposa, devastado, "Dios mío, en realidad odiaron la película".
Los altos ejecutivos de la MGM, que
produjeron la película tampoco estaban muy contentos; los costos se
habían elevado dramáticamente hasta los cinco millones de dólares, una
cantidad bastante respetable para la época, además de los constantes
choques con un director famoso por su perfeccionismo y por sacar de
quicio tanto a actores como a trabadores en el set.
Pero llegó el estreno al público de 2001 y se le recibió con
beneplácito; con apenas ocho proyecciones recaudó su primer millón de
dólares.
Con motivo de este aniversario, el periodista Michael Benson, autor de
un libro sobre lo que ocurría tras bambalinas durante el rodaje, lo deja
en claro: "Parte de la genialidad de la obra y parte de que hoy hablemos
de esta película tiene que ver con el enorme misterio que se relaciona
con ella... es una experiencia audiovisual total..."
Luego del enorme éxito de Dr. Strangelove, Kubrick optó por realizar una cinta "más introspectiva" entre el hombre y su relación con el espacio, de ahí que hubiera pedido al escritor Clarke para que le ayudara en el guión. Ambos pasaron horas en el departamento que Kubrick tenía en la avenida Lexington de Nueva York y otro tanto caminando por las calles de la gran urbe.
Entre los títulos tentativos
estuvieron "Viaje más allá de las estrellas" y "Despedida a la Tierra",
hasta que Kubrick determinó llamarle Odisea, en parte por la obra épica
de Homero.
La filmación comenzó en diciembre de 1965 en Gran Bretaña. El director y
dos de sus actores principales tenían horror a viajar en avión por lo
que llegaron al lugar de filmación en bote. Para Benson, esa es una de
las grandes ironías que encierra 2001, "El filme más convincente
acerca de la exploración espacial tenía como director y estelares a
gente que no le gustaban las alturas..."
La famosa escena inicial donde se ven
unos simios peleando por un pozo de agua se rodó hasta el final. en
parte porque no se lograba definir cuál sería el comienzo de la cinta.
El simio protagonista fue encarnado por Dan Richter, un mino
norteamericano quien sufría de fuerte adicción a las drogas al punto que
entre tomas recibía hasta siete dosis diarias de heroína y cocaína bajo
la supervisión de un doctor.
Cuando uno de los simios descubre el monolito y se da cuenta de la
utilidad de los objetos como herramientas termina con una escena donde
éste lanza un hueso que de inmediato se convierte en un satélite
espacial. Esta es una de las escenas más memorables en toda la historia
del cine.
Para el efecto Kubrick buscó los servicios y consejos de ex empleados de
la NASA para recrear las escenas espaciales. Es importante recordar que
cuando se estrenó 2001, el alunizaje estaba a más un año de
distancia.
Sin embargo el éxito de 2001 no hizo bajar la guardia a los críticos quienes siguieron llamando "pretenciosa" y "exageradamente lenta" a la película. El desdén de la Academia también fue manifiesto; si bien la película fue nominada a cuatro Óscares, únicamente ganó por el de Mejores Efectos Especiales (ya sería el colmo que no lo hiciera). Fue lo más alto que llegó el reconocimiento hacia Kubrick, quien ganaría un Óscar hasta 1988... pero compartido.
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