grasas animales, y las insaturadas, que se
encuentran en vegetales, aceite de oliva y pescado. Un consumo
elevado de las primeras incrementa el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares, mientras que una cantidad suficiente de grasas
insaturadas supone un aliado en la prevención de éstas y otras.
Las denominadas grasas saludables
(insaturadas) tienen principalmente origen vegetal (aceite de oliva
virgen) y también se encuentran en el pescado, sobre todo el azul.
Su consumo habitual es recomendable para mantener una dieta sana y
reducir el nivel de colesterol y triglicéridos en sangre, así como
regular la presión arterial.
Por otra parte, no es recomendable eliminar
por completo las grasas saturadas de la dieta, pues también son
necesarias. Bien es cierto que, si se ingieren en exceso, los ácidos
grasos saturados aumentan el nivel de colesterol y reducen la
capacidad del organismo para destruirlo, favoreciendo la aparición
de patologías, sobre todo cardiovasculares.
Carne, aceites de coco y palma, así como