La
incompatibilidad Rh es la que se produce entre dicho factor materno
y fetal.
Todos
tenemos un grupo sanguíneo determinado (ABO) que se acompaña de un
Rh (+ o -).
Si la madre
es Rh negativo y su pareja Rh positivo, es posible que el feto sea
también positivo (10 % de probabilidad) por lo que la madre puede
desarrollar anticuerpos contra este factor, que se encuentra en los
hematíes fetales, destruyéndolos. En el primer embarazo no suele
ocurrir nada, pero en posteriores, si la madre se ha sensibilizado,
el feto puede sufrir graves alteraciones.
Esto no ocurre si ambos progenitores comparten el mismo
factor Rh o el negativo es el padre solamente.
Son muchos los momentos en los que se puede poner en
contacto la sangre materna y fetal: hemorragia, amniocentesis,
aborto, parto, cesárea… y producirse dicha sensibilización.