EL CUIDADO DE LOS DIENTES ES UNA DE LAS MEDIDAS PREVENTIVAS FUNDAMENTALES PARA EL CUIDADO DE LA SALUD DEL ORGANISMO, YA QUE LA BOCA ES LA PUERTA DE ENTRADA A TODO TIPO DE INFECCIONES. EL CUMPLIMIENTO DE ADECUADAS MEDIDAS DE PREVENCIÒN PUEDE EVITAR DISGUSTOS Y SUFRIMIENTOS MAYORES.

Autocontrol y un buen cepillado: la fórmula es sencilla, pero sin embargo son muy pocos los que la siguen. ¿Es tan difícil adquirir el hábito de cuidar nuestra dentadura? A la vista de la experiencia de los adultos parecería que si, porque son muy pocos los que no pasaron por una experiencia dolorosa en el consultorio del dentista o los que perdieron muelas o dientes por caries nunca tratadas a tiempo. Pero si todas estas personas hubieran incorporado desde pequeños algunas rutinas de facil cumplimiento, otra sería la realidad. El cuidado de los dientes empieza antes de nacer: la mineralización de los dientes primarios (de leche) comienza durante el cuarto mes de embarazo. La madre debe consultar con su médico si no es aconsejable entonces la ingestión de gotitas de flúor para ayudar a ese proceso de mineralización. No siempre es el mejor camino:hay lugares en nuestro país donde el tenor del flúor en agua es muy alto, en cuyos casos el agregado de ese mineral puede resultar perjudicial (puede dejar los dientes veteados o manchados).Esto lo sabe el medico quien es el que debe autorizar o no la ingestión de las gotitas. Una vez nacido el bebé conviene estar atento al tiempo de uso del chupete y el biberón, que nunca debe superar el primer año de vida. Cuanto más riesgos se prolongue el contacto del bebé con el "pete" o la mamadera, más riesgos se corren de que su paladar se deforme y adquiera un contorno ojival que conspirará contra el desarrollo armónico de la dentadura.

EL HÁBITO SE LOGRA JUGANDO

Es recomendable que el niño empiece a adquirir el hábito de cepillarse los dientes al año y medio o a los dos años. ¿como hacerlo?:jugando. Los padres deberán acompañarlo en esta tarea haciendo bromas o contando un cuento, para que el niño sienta que esa costumbre no es una carga pesada. Es más: deberán invitarlo al baño cuando ellos se cepillan, estimulando su natural espíritu de imitación. Si antes de comer se les exige que se laven las manos, deberá ponerse igual énfasis en que después de hacerlo se laven los dientes. Y prohibirles que se lleven golosinas o galletitas a la cama: las bacterias trabajan a su antojo durante las horas del sueño, dañando el esmalte dental. Aquí hay que hacer un alto: ¿usted sabe cepillarse los dientes? La pregunta no es una obviedad porque la gran mayoría de los adultos ignora lo que es una buena técnica de cepillado, que incluye el mensaje suave de las encías, entre otros pasos. Asesórese con un buen odontólogo para que ese hábito no se convierta en una limpieza superficial y poco efectiva.

¿Cuándo se debe concurrir por primera vez al dentista? Aquí es nuy importante no esperar el dolor de dientes para hacerlo, porquue entonces el niño siempre asociarà la visita al odontòlogo con una experiencia traumàtica. La edad ideal -siempre que antes se hayan seguido los consejos preventivos- es entre los dos años y medio y los tres, que es cuando terminan de aparecer todas las piezas dentarias. Serà una visita preventiva durante la cual el profesional observarà la boca del niño, verificará el estado de su dentadura y, probablemente, recomiende una topicación con flúor. Eliga un odontopediatra que es quien mejor está preparado para hacerle pasar un grato momento al niño y grabará en su memoria que la visita al consultorio no tiene nada de traumático.

¿Cúal es la frecuencia ideal para concurrir al odontólogo? Lo más aconsejable es hacerlo cada seis meseso un año ya que está comprobado que es el término de tiempo justo para detectar una caries y curarla a tiempo.    Cuando aparecen los molares permanentes es recomendable hacerles un sellante con flúor -como si se tratara de un plastificado- con lo cual las muelas quedarán más lisas impidiendo, de esa manera, que los microorganismos se instalen en los relieves y se forme una placa bacteriana.

LA ATENCIÓN AL ADOLESCENTE

Otra etapa crucial durante la cual hay que estar muy atento en el cuidado de la dentadura es la adolescencia, que es cuando se producen numerosos cambios metabólicos en el organismo que pueden tener consecuencias en el desarrollo de los dientes. Aquí  hay que ser muy psicólogo por que el adolescente suele abandonar el cuidado de su cuerpo y adquirir nuevos hábitos que pueden afectar su salud.

¿Cómo inducirlos para que no dejen de lado sus hábitos de limpieza dental?: subrayándoles que una buena dentadura es un componente indispensable para tener una buena apariencia. Es también el momento para estimularlos a sumar otros elementos accesorios de la limpieza bucal como el hilo dental y los palillos interdentaris y recomendarles el uso de un buen enjuage que les desinfectará la boca y les mejorará el aliento. Es probable que aunque se sigan todos los consejos perventivos surja algún inconveniente con los dientes: el frecuente consumo de dulces , alfajores , gaseosas o galletitas conspiran contra todas las providencias y son el caldo de cultivo de caries. Pero si no se abandona la concurrencia sistemática al consultorio odontológico, no habrá problemas mayores. Detectada la caries no siempre hay que recurrir al tratamiento de conducto o la extracción -medidas extremas- sino que se pueden curar con una oportuna obturación.Cuando de todos modos, no se pudo evitar la extracción, es bueno reponer de forma inmediata la pieza dentaria faltante para que no se rompa el equilibrio dentor de la cavidad bucal: un buen trabajo de ortodoncia previene una dentadura sana en el futuro. Un consejo final: si su hijo tiene los dientes desacomodados o las clásicas "paletas" (insicivos) inclinados hacia adelante, acuda al ortodoncista para que le coloque un aparato corrector. La ciencia avanzó muchisimo en este campo y los nuevos productos, además de cumplir con su función estrictamente reparadora, atiende la estética y no hacen sentir al adolescente como un extraterrestre.