Es importante tener en cuenta que el aspecto del cabello brinda información certera sobre la salud de la persona. Un cabello que no está sano puede ser consecuencia de diversos factores: una mala alimentación, stress, problemas hormonales hereditarios.

En primer lugar, garantizar la belleza y el brillo del pelo depende fundamentalmente de una correcta y adecuada nutrición basada en vitaminas A, B y C, proteínas y sales minerales. Una dieta que evite la ingesta de alcohol, cigarrillo, grasas, y chocolates.

La agresión de tratamientos tales como blanqueadores, tinturas, permanentes, coloraciones, altas temperaturas, ocupan el segundo puesto en el ranking de los enemigos del cabello.

Y en tercer lugar, agentes externos como el sol, el viento, el agua del mar,, afectan profundamente el aspecto de la fibra capilar, así como el stress, los estados de ánimo y los inconvenientes hormonales.

En conclusión: los cuidados especiales son necesarios. Cada persona, con cada problema específico y según su tipo de cabello, debe recurrir a un tratamiento adecuado. En general, son altamente recomendados los productos basados en elementos naturales que, en contacto con el pelo, sean una verdadera fuente de nutrición: colágeno, miel, gingseng, germen de trigo, aloe vera entre otros.

A más de 60 años de la introducción del shampoo a la industria cosmética, existen formas cada vez mas perfeccionadas de tratar cada necesidad. Actualmente al desarrollar un shampoo, se tiene en cuenta demandas específicas asociadas ya no solo con la belleza sino también con tratamientos y fórmulas cada vez mas eficaces. La salud del cabello es la clave.