reseña y fotos por Macarena Hernández M..
Comenzaré comentando mi historia por el día que llegué a Terceira, isla natal de Nuno Bettencourt. Pisé esta bonita isla el día 6 de agosto de 2004. Recuerdo que estaba nerviosa y muy ilusionada, pero también tenía algo de miedo porque viajaba sola y no sabía lo que me iba a encontrar. Además, no tenía alojamiento en ninguna de las islas porque me fue imposible llevar todo mi viaje preparado desde España, así que sentía algo de incertidumbre. Nada más llegar al aeropuerto me acerqué al mostrador de información y una chica muy simpática, a la que debo mi primer encuentro con la banda allí, me atendió. Estuvo mucho rato llamando y no había sitio disponible en ninguna residencia. Yo empezaba a ponerme nerviosa, porque no sabía qué hacer, hasta que me consiguió un sitio en un pueblo algo alejado de Praira da Vitória, lugar donde nació Nuno y en el que se realizaría el primer concierto. Durante el tiempo que estuve allí, esperando a que la chica me encontrara algo, le expliqué el motivo de mi viaje. Ella estaba sorprendida, se dio cuenta de lo emocionada que yo estaba con la idea de acudir a los shows de Extreme y Population-1.
Aproveché y le pregunté si había visto llegar ese día a la banda, y me dijo que no. Preguntó a los demás que estaban trabajando en ese momento en el aeropuerto y tampoco los habían visto. Así que decidí quedarme un rato allí esperando a ver si los veía entrar (creyendo que no habían aterrizado aún en Terceira). Mientras esperaba, se acercó un chico japonés al mostrador de información, llamado Kosei, a buscar también hospedaje. Él le dijo a la chica que también estaba allí para ver a Extreme, así que me lo presentó y le encontró habitación en el mismo sitio que a mi. Luego nos enteramos de que esa encantadora chica de información, de nombre Sara, conocía al hermano de Nuno, a Luis Bettencourt (organizador de los festivales en Las Azores), y como su horario laboral terminaba justo después de atender a Kosei, se ofreció a llevarnos en su coche hasta Praia y buscar allí a la banda.
Nos quedamos perplejos ante su ofrecimiento, creo que fue un gesto muy amable por su parte. Estuvimos buscándolos por muchos sitios, en un auditorio donde ensayaban, en un bar, por la calle, hasta que los encontramos en una plaza. Estaban Nuno y Gary acompañados de más gente. Empecé a correr hasta que llegué justo enfrente de ellos, pero me di cuenta de que Gary estaba sacando dinero de un cajero, así que esperé hasta que terminara para no asustarlo. Todos estaban virados para atrás y no me habían visto. Cuando se volvieron, les grité "hi!" y me acerqué como una loca a saludarlos. Ellos estaban algo desencajados. Creo que al principio Gary no me reconoció, pero luego escuché cómo le contaba a Nuno que yo venía desde España y que había ido el año pasado a Michigan a conocerlo. Los saludé con un gran abrazo (a Carl Restivo también, que estaba con ellos), y después me presentaron a la gente que iba con ellos: Martin Favorite (su manager), George Bettencourt (hermano de Nuno), Adrian Bettencourt (sobrino de Nuno) y no sé quién más porque ni me acuerdo; de lo emocionada que estaba no articulaba palabra alguna y no paraba de temblar. Les pedí una foto con los dos y aceptaron gustosamente (por cierto, la única foto que tengo con Nuno es esa, porque es una persona a la que no le gusta este tipo de cosas y no quise agobiarlo pidiéndole más fotos con él).
Cuando acabaron de cenar, Gary se acercó a nosotros para saludarnos y aceptó una vez más sacarse fotos con todos. Al salir del bar nos dijeron que a lo mejor iban a ensayar esa noche, así que le pregunté a Gary si podíamos estar presentes. Me dijo que sí, pero al final dejaron el ensayo para el día siguiente.
Así que el día 7 de agosto, día del primer show, llegamos a Praia temprano, a media mañana, y nos dirigimos directamente al auditorio, y nada más llegar escuchamos cómo ensayaban. La puerta estaba abierta porque la gente entraba y salía como si nada, pero nosotros decidimos no interrumpir a la banda con nuestra entrada. Escuchamos el ensayo desde fuera, empapándonos de agua porque estaba lloviendo.
Al terminar el ensayo, la banda salió por otra puerta y no los pudimos ver. Al mediodía, cuando estábamos cerca del muelle, vimos a Gary y a Carl. Parecía que estaban buscando algo. Gary nos vio de lejos y nos saludó. Nos acercamos y nos preguntaron si sabíamos dónde estaba el campo de fútbol donde tendría lugar el show. O sea, que no tenían ni idea de dónde iban a actuar esa noche. Nosotros los condujimos hacia el lugar. Llegamos al escenario y empezaron a comprobar el sonido, pero a los pocos minutos una persona de la organización nos dijo que teníamos que abandonar el escenario porque iban a cerrar las puertas.
Y ahora viene la parte del concierto. Estuvimos esperando tres horas en fila (yo estaba la primera) hasta que abrieron las puertas. Entré también la primera y corrí a coger mi sitio, justo en primera fila y en el centro para tener a Gary enfrente. Estuve durante todo el show muy emocionada. Imaginad, era la primera vez que estaba viendo a Extreme actuando en directo, y yo llevaba esperando a que ese precioso momento sucediera durante casi 13 años.
El concierto fue, como los tres restantes, impresionante. Nuno toca la guitarra como un Dios. Gary canta y se mueve como los ángeles. Y los demás músicos son celestiales.
De Terceira nos marchamos a Corvo, isla muy pequeña en la que viven unas 400 personas durante todo el año y que tiene unos 17 km2. Imaginaros lo difícil que fue para nosotras encontrar un alojamiento allí, pero gracias a Luis Bettencourt pudimos quedarnos en una casa, y ¡totalmente gratis! Llegamos allí el día 12 de agosto y el concierto era el día 15. Supimos que Nuno, Gary, Steven y Carl se habían ido ese mismo día 12 a San Miguel, y gracias a Dios que se marcharon porque fue entonces cuando Carl se sintió mal y tuvieron que operarlo del apéndice. Si llega a estar en Corvo no sé qué podía haberle pasado porque no hay hospital y sólo había un médico en toda la isla.
Esa misma noche de nuestra llegada estuvimos acompañadas de Joe Pessia, Kevin Figueiredo, los chicos de The New Princess (banda en la que toca el bajo Donovan Bettencourt), y algún otro chico más de otras de las bandas que actuarían en el Festival do Moinhos. Nos lo pasamos muy bien hablando con todos ellos y escuchando buena música; fue una noche bastante divertida. Nuno y los demás que estaban en San Miguel, excepto Carl, que se estaba recuperando de su intervención, llegaron en un jet privado a Corvo el día 15 por la tarde. Nada más llegar, fueron a comprobar el sonido en el escenario y a ensayar algún que otro tono. Yo estuve presente observando todo. Gary llegó un poco después y se sentó junto a mí para hablar, pero yo estaba tan nerviosa que no articulaba palabra alguna. Imagino que pensaría que soy algo idiota, pero es que no me creía que estuviera sentado allí conmigo y con los nervios que me entraron no podía decir una palabra en inglés. Siempre me pasa lo mismo con él, pero creo que es una actitud normal si pensamos que Gary es una persona a la que he idolatrado durante muchos años.
Llegó la hora del segundo concierto. Creo que allí había como unas 150 personas, así que fue como si estuvieran realizando un show privado, algo muy increíble y especial para las dos coreanas y yo, ya que fuimos las únicas de sus fans incondicionales que pudimos asistir a ese concierto. Sabíamos que la mayoría de los integrantes de la banda estaban enfermos porque se habían comido un pescado en malas condiciones y tuvieron algún tipo de reacción alérgica, y Joe, que tuvo que sustituir a Carl en el bajo, tenía fiebre. Pobrecitos, lo mal que se encontraban y lo bien que actuaron. No se les notó ni un momento que estaban pasándolo mal. Nuno tuvo un detalle con Carl. Lo llamó desde un móvil al hospital donde estaba para desearle que se recuperara pronto y pudimos escuchar su voz todos los allí presentes. Después del show, los saludamos pero no quisimos molestarlos ya que sabíamos que estaban cansados y se sentían aún algo mal. Al día siguiente se marcharon de Corvo, pero nosotras estuvimos allí dos días más.
Luego cogimos nuestro avión para Sao Jorge, el mismo día del tercer concierto, el 18 de agosto. Nos dirigimos directamente a Rosais, el pueblo donde se realizaba el show en esta isla. Al llegar, ya estaba Nuno y alguno más comprobando el sonido. Conocimos allí a dos niños de 17 años, James y Dave, que venían desde UK a ver a Extreme y a Population-1. También se unieron a nosotras tres andaluces, Arturo, Héctor y Marta, y un brasileño, Marcos. Éramos los que ocupábamos la primera fila durante el concierto y todos teníamos una cara de felicidad que se nos notaba a la legua. Durante el ensayo vimos cómo la banda jugaba con una pelota de rugby, nos invitaban a palomitas, posaban con todos en las fotos y algo curioso fue que entramos en un bar donde estaban Gary y Carl sentados y nos preguntaron que qué canciones queríamos escuchar en los conciertos. Cuál fue nuestra sorpresa cuando escuchamos algunas de nuestras peticiones en ese mismo show (por ejemplo, la interpretación del tema When I first Kissed you) y en el último concierto, en Santa María (aquí tocaron Am I ever gonna change, para mí una de las canciones más maravillosas que he escuchado). Estuvieron radiantes esa noche en Sao Jorge. Al terminar el show, Nuno tuvo un detalle muy bonito con nosotros, ya que nos regaló el EP, la gorra y la camiseta de Pop-1 por haber venido de tan lejos a verlos actuar. Hubo otra vez charlas, fotos y momentos inolvidables después de la actuación.
Al día siguiente, las coreanas y yo viajamos en el mismo avión que Nuno, Mike y Carl. Antes, vimos cómo Gary, Joe, y Steven cogían el avión que los llevaría una vez más a San Miguel. Nosotros nos dirigíamos a Terceira. Estuvimos sentados juntos esperando el avión y entretanto, Nuno y Carl tocaban la guitarra. Carl incluso nos dejó escuchar su CD. ¡Qué momento tan especial para nosotras!.
Y ya, por último me queda por contarles el show de Santa Maria.
Cuando llegamos al escenario de Praia Formosa ya estaban ensayando y nos encontramos con los dos niños de UK otra vez, así que nos pusimos con ellos para disfrutar del ensayo.
Tuvimos que esperar en primera fila a que comenzara el último concierto hasta las 3:30 a.m., ya que actuaron otras dos bandas antes de Extreme y Pop.1. Este último concierto duró más de 4 horas, se hizo incluso de día mientras Gary y los demás interpretaban las versiones. Fue muy emotivo. Recuerdo que Gary se emocionó durante el "More than Words", porque todo el mundo estaba cantando; pude ver cómo se le llenaban los ojos de lágrimas. Yo también lloré mucho, especialmente cuando escuché el "Am I Ever Gonna Change". En medio de las versiones, Gary y Nuno pidieron que saliera alguien al escenario. Era Maria Bettencourt, hije de Luis y sobrina de Nuno. Nadie nos imaginábamos lo que iba a pasar en ese momento. La niña, de tan sólo 10 años, comenzó a interpretar el Bring me to life de Evanescence mientras los demás tocaban y le hacían los coros. La niña lo hizo genial, y era la primera vez que cantaba ante un público. Se me pusieron los pelos de punta cuando la escuché interpretar aquella canción.
A las 7:35 acabó el concierto. Yo estaba muy triste, sabía que tenía que despedirme y era muy duro. Nos acercamos al backstage, y nos despedimos de todos (conseguimos alguna que otra foto más). Creo que fueron los peores momentos para nosotras. Aunque realmente nos despedimos de algunos de ellos en el aeropuerto de San Miguel, porque lo que no nos esperábamos era que luego íbamos a compartir el mismo vuelo que Gary, Steven, Carl, Kevin, Adrian y el manager.
[Read this review in English]
[Regresar a las Reseñas] [Back to the Reviews page]
[Back to main page]
Gabriela.
